Soledades contemporáneas
Pocos han querido para sí la soledad, pero quizá por esa exigencia selecta -hasta los cartujos se precian de su ‘parvus numerus’- ha habido soledades con prestigio. Pensemos en el retiro libresco de Montaigne, en el consuelo de Maquiavelo con los clásicos, en la cueva de Manresa que iluminó, hace ahora quinientos años, a San Ignacio de Loyola. Por haber, ha habido incluso soledades a la moda, y el solitario romántico ha conocido no poca fortuna en el devocionario pop: para el ego del adolescente, nada más propio que el ‘Caminante’ de Friedrich ante el abismo sublime de su mar de nubes.… Seguir leyendo »