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Karl Marx, ¡tenías razón!

El 5 de mayo de 1818, en la ciudad sureña de Tréveris, Alemania, ubicada en la pintoresca región vinícola del valle del Mosela, nació Karl Marx. En esa época, Tréveris era diez veces más pequeña que ahora, que tiene una población cercana a los 12.000 habitantes. Según uno de los biógrafos recientes de Marx, Jürgen Neffe, Tréveris es una de esas ciudades donde “aunque no todos se conocen, hay muchas personas que saben bastante de los demás”.

Estas restricciones provinciales no iban con el ilimitado entusiasmo intelectual de Marx. Fueron pocos los pensadores radicales de las principales capitales europeas de su época que no conoció o con quienes no rompió por motivos teóricos, entre ellos sus contemporáneos alemanes Wilhelm Weitling y Bruno Bauer; el “socialista burgués” de Francia Pierre-Joseph Proudhon, como lo etiquetaron Marx y Friedrich Engels en su libro El manifiesto comunista, y el anarquista ruso Mikhail Bakunin.…  Seguir leyendo »

El artículo, publicado en marzo de 1928 en La Gaceta Literaria, vitrina de la vanguardia española y europea, se titulaba Los intelectuales y el comunismo y estaba firmado por Walter Benjamin. En la página 5 de la mencionada publicación, dirigida por Ernesto Giménez Caballero, aparecía enfrentado a otro de Ettore de Zuani titulado Los escritores italianos y el fascismo, una encendida apología del pujante régimen de Mussolini que concluía con la afirmación: "Solo donde hay disciplina política puede darse libertad artística". Benjamin, por su parte, en su más bien escueta reseña (traducción poco fiable de un artículo publicado en Die Literarische Welt en 1927) contaba que la literatura rusa que crecía a la sombra de Lenin era mejor tema para la estadística que para la estética.…  Seguir leyendo »

Fue el último en llegar, pero tiene todo el aspecto de ser el que va a quedarse durante más años. La primera edición seria de Walter Benjamin no comenzó a publicarse hasta 30 años después de su muerte (Gesammelte Schriften, Suhrkamp, 1972-1989); y nadie pudo leer su obra emblemática, Los Pasajes, hasta 1982. Era sólo un nombre cuando las cátedras, seminarios y revistas de filosofía europeos estaban tomados por el existencialismo sartriano y las disputas clericales sobre aspectos psicóticos del marxismo leninismo. En el mejor de los casos, por empeños hermenéuticos sobre Heidegger.

Hoy es todo lo contrario: aquel desconocido ha tomado el centro del escenario.…  Seguir leyendo »