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Ha sido el mejor regalo que la literatura de creación nos ha hecho a los lectores en el último tramo del año 2010. Recuperando de forma quizá involuntaria el trepidante modelo de los folletines por entregas del siglo XIX, EL PAÍS y otros cuatro grandes periódicos de Europa y Norteamérica nos han ido intrigando, entreteniendo, informando y a veces confundiendo, confundiéndonos -de un modo que también es intrínsecamente literario- entre la noticia y el reportaje, el momento actual y el tiempo pasado; no creo haber sido el único lector de la novela coral de Wikileaks que a menudo tenía que recapitular, o al menos mirar el encabezamiento de cada plana impresa del diario, para saber si aquel encubrimiento jordano-americano o aquella componenda venezolana había sucedido el día anterior o era el relato en presente histórico de lo que un funcionario averiguó y puso por escrito a sus jefes cinco años atrás.…  Seguir leyendo »

Tan intrépido como simplista, el joven periodista australiano Julian Assange y el puñado de sus colaboradores sostienen que la publicación de documentos secretos de los gobiernos mejorará la calidad de la democracia, frenará las tropelías que cometen los gobiernos y aumentará las oportunidades de paz. La reciente cascada de información hasta ahora secreta en varios periódicos de talante progresista ha sido su mayor victoria. Una victoria, me temo, algo pírrica.

Si han tenido la paciencia de pasar el rastrillo sobre la masa documental, habrán comprobado que no contiene ninguna novedad que haga temblar al orbe. Lo que algunos diplomáticos opinan de diversos jefes de Estado es lo que cualquiera puede escuchar en una recepción mundana, cuando no en la mismísima calle.…  Seguir leyendo »

La verdad es que Wikileaks se ha convertido en un espectáculo de primer orden que desborda lo informativo y lo político para meterse por los laberintos de la filosofía, la sociología y la ética. Unos consideran que es el Santo Grial del periodismo; otros, como Hillary Clinton, sostienen que es un ataque a la seguridad internacional. En la red se puede leer que Julian Assange es un paladín de la transparencia o una serpiente inquietante y venenosa. Y a partir de ahí un montón infinito de alabanzas y descalificaciones. En vez de periodismo de investigación, yo lo calificaría como periodismo de revelación, derivado de un determinismo tecnológico.…  Seguir leyendo »

A pesar de las fiestas, estos días las embajadas trabajan arduamente. Las de todos los países. Como siempre, envían notas confidenciales con las informaciones que obtienen y reciben órdenes sobre lo que han de lograr. La tarea de trámite. Pero no seamos ingenuos: además de eso, ahora cruzan mensajes con sus gobiernos y con las otras embajadas sobre la manera de asentar la tesis de que Aquí no ha pasado nada a resultas de los documentos desvelados por Wikileaks.

Tendremos que esperar a que alguien consiga y filtre los detalles de lo que hacen y dicen las embajadas en esta nueva fase del caso, pero es evidente que se ha producido un cambio de estrategia.…  Seguir leyendo »

El torrente de filtraciones de Wikileaks no ha defraudado lo más mínimo. En Europa las posturas oficiales más extendidas estriban en no otorgarles importancia, pero la tienen y mucha. Han sacado a la luz evidencia primaria relevante. Algo por lo que suspira cualquier analista que se precie. Nadie la ha desmentido.

Numerosos documentos comentados en este periódico dejan entrever los contornos político-diplomáticos de la relación de Estados Unidos con España en los últimos años. No alumbran el periodo precedente. La etapa Aznar hubiera sido mucho más interesante. No en vano representó una considerable desviación, profundamente atípica, de su cauce previo.

Los documentos dados a conocer abarcan cuatro categorías de actuación:

1.…  Seguir leyendo »

Wikileaks ha hecho públicos menos del 1% de los 251.287 documentos del Departamento de Estado estadounidense que se ha anunciado que verán la luz. Suficiente sin embargo para conmocionar el mundo del periodismo, que anda discutiendo cuál es el papel de los medios en esta nueva época de filtraciones masivas (o robos de información) que se cuelgan en internet. Lo que no es tan evidente es la repercusión que este asunto tendrá sobre la seguridad internacional y, en particular, sobre la diplomacia. El enorme volumen de información pendiente nos hace pensar que las consecuencias del Cablegate en el conjunto de las relaciones internacionales están todavía por determinar.…  Seguir leyendo »

El secreto no es garantía de verdad, aunque a veces parezca verosímil. Los secretos tienen casi siempre una componente sustancial que se trata de encubrir para que no alcance uso o conocimiento público. La verdad exige identidad irreversible: es lo que es, aunque a veces no lo parezca. Cuando en las alturas del Estado se echa mano de un pretexto desviatorio de una verdad reservada o secreta, la respuesta diplomática más habitual es: «No parece verosímil».

Mi reflexión viene a cuento de Wikileaks y el escándalo que aqueja al Departamento de Estado de Estados Unidos. Se rompió la vaina, y ahí están todos, o muchos, de sus secretos ¿Cómo se ha podido llegar a tal fuga de información confidencial?…  Seguir leyendo »

En estos días, todo el mundo tiene –o tendrá pronto– su cable diplomático americano favorito, en vista de que en los 250.000 documentos obtenidos por WikiLeaks figuran referencias a casi todos los países del mundo. En el caso de América latina, WikiLeaks ha aportado hasta ahora datos interesantes –tanto de cotilleo como substanciales– sobre el Brasil y la Argentina, análisis interesantes y de primera calidad relativos a Honduras, Bolivia y México y algunas notas curiosas sobre la política regional y las relaciones internacionales.

No se ha revelado nada extraordinario, pero los cables de que ahora se dispone permiten a los lectores y los analistas sacar algunas conclusiones preliminares acerca de las opiniones del gobierno de Obama sobre la región, sobre actitudes de los dirigentes de América Latina para con los Estados Unidos y sobre la calidad de las actividades diplomáticas y de recogida de datos en el hemisferio: nada del otro mundo, pero mucho digno de comentario.…  Seguir leyendo »

La divulgation par WikiLeaks de plus de 250 000 télégrammes diplomatiques des ambassades américaines a provoqué un embarras et un émoi considérables. Compte tenu des déclarations apocalyptiques concernant à la fois l’ampleur des fuites et le traitement devant être infligé au responsable de WikiLeaks, Julian Assange, il est utile d’examiner avec un peu plus d’objectivité quelles sont les conséquences, si toutefois il y en a, de ces fuites sur la diplomatie telle qu’elle se pratique dans le monde. Il est donc nécessaire en premier lieu de comprendre exactement ce que WikiLeaks a fait, ou n’a pas fait – et quelle est la nature des communications diplomatiques.…  Seguir leyendo »

Les 250 000 documents de la diplomatie américaine révélés par le site WikiLeaks ont provoqué un émoi bien compréhensible. Il est vrai que cette diffusion brise les règles établies du traitement d'un type de documents bien particulier, les notes et télégrammes diplomatiques. L'historien ne peut qu'être intéressé – mais aussi saisi de vertige par moment – par la lecture d'une telle masse de textes qui ne sont pas passés par les filtres habituels auxquels leur accès est normalement soumis mais s'interroge aussi sur les conditions de leur production, dans un monde multipolaire où les missions des diplomates sont constamment redéfinies et mises en concurrence.…  Seguir leyendo »

Desde que el vallisoletano Juan Velázquez de Velasco fuera nombrado por Felipe III "espía mayor de la corte y superintendente general de las inteligencias secretas" mucho y poco ha cambiado en el mundo del espionaje. Los legajos que hoy consultamos en los archivos de Simancas sobre la corte francesa o inglesa son similares a los que Wikileaks filtra del Departamento de Estado norteamericano, aunque con cuatro siglos de diferencia. De repente, nos encontramos ante el frescor de acontecimientos contemporáneos y de los cuales aún tenemos memoria viva, sin el tamiz de un sueño de los justos de varias décadas, algo inédito en la historia.…  Seguir leyendo »

En la Universidad de Princeton, Woodrow Wilson, que fue presidente de la institución antes de convertirse en presidente de Estados Unidos, nunca anda muy lejos. Su imagen de proporciones históricas observa a lo largo y a lo ancho del salón comedor en Wilson College, del que soy miembro, y de Prospect House, el lugar donde come el personal académico y que fue su hogar mientras dirigía esta universidad.

Así que cuando estalló el furor por la difusión por parte de Wikileaks de 250.000 cables diplomáticos, recordé el discurso de 1918 de Wilson en el que formuló Catorce Puntos para que una paz justa pusiera fin a la I Guerra Mundial.…  Seguir leyendo »

Hace más de un siglo, en 1897, se publicó en Berlín una novela titulada Los hijos de Satán que cosechó cierto grado de elogio. Era el relato de un grupo muy reducido de anarquistas medio locos dispuestos a incendiar la ciudad donde vivían y a continuación todo el mundo. Incluía una historia de amor trágico y largos debates sobre Nietzsche y Bakunin. El autor era polaco, Stanislaw Przybyszewski (1868-1927), que escribía tanto en su idioma materno como en alemán; un autor de tono simbolista bastante conocido en su época, pero hoy olvidado; el libro estaba dedicado al famoso pintor noruego Edward Munch.…  Seguir leyendo »

Como arrastrada por la maldición del código binario, Internet ha vuelto a colocar a la sociedad contemporánea ante un conflicto aparentemente irresoluble, una encrucijada que involucra al periodismo, la política y las nuevas tecnologías. El caso Wikileaks nos muestra con toda claridad el modo en el que el flujo de información marca hoy una nueva fase de las relaciones humanas, con difícil encaje en la política tradicional.

La batalla entre el imperativo de confidencialidad y la libertad de expresión, cuyos "efectos colaterales" hemos visto estas semanas, y cuyas implicaciones finales atañen al funcionamiento mismo de la democracia, trae los ecos de polémicas que han marcado la historia del periodismo, pero también resulta inédita en muchos aspectos.…  Seguir leyendo »

A global power’s diplomatic archives are inevitably full of caustic dispatches. In Britain, a new batch of Foreign Office records is declassified each January under the “30-year rule” (a “50-year rule” before 1968). Historians can peruse elegantly handwritten mockeries of President Eisenhower’s name as exotically Eastern European, or files deriding Americans as the planet’s “most excitable” people — other than Bangladeshis.

For the most part, such documents provide little more than a snapshot of a moment in history or a window into the mind of a particular diplomat. Over the last two weeks, however, WikiLeaks has opened another perspective. Its quarter-million cables provide a sample broad enough to reflect the culture in which American foreign policy takes shape.…  Seguir leyendo »

Como documenté en mi libro Comunicación y poder, el poder reside en el control de la comunicación. La reacción histérica de EE. UU. y otros gobiernos contra Wikileaks lo confirma. Entramos en una nueva fase de la comunicación política. No tanto porque se revelen secretos o cotilleos como porque se difunden por un canal que escapa a los aparatos de poder. La filtración de confidencias es la fuente del periodismo de investigación con la que sueña cualquier medio de comunicación en busca de scoops.Desde Bob Woodward y su garganta profunda en The Washington Post hasta las campañas de Pedro J.…  Seguir leyendo »

Dejaríamos de ser humanos si no lleváramos encerrado en nuestro almario un ingente volumen de curiosidad insatisfecha. El mirón, el «voyeur», el «peeping tom», es un arquetipo literario porque fue primero, y sigue siendo, una poderosa realidad vital. Una de sus variantes, el espía, cubre brillantemente los anaqueles de bibliotecas y librerías. Mecida entre la credulidad de las teorías conspiratorias y la necesidad de encontrar fuentes para corroborarlas, la humanidad se acerca con pasión al taumaturgo que le desvela los secretos de la imaginación frustrada. Para muchos la respuesta a ese impulso cósmico está hoy encarnada en Wikileaks y en su fundador y líder, el australiano Julian Assange, a lo que parece no solo lanzado a la cruzada de revelar lo que complotan los malignos norteamericanos, sino también, entre cotilleo y cotilleo, y según la fiscalía de la muy exigente y calvinista Suecia, dedicado al sano deporte de violar a sus colaboradoras.…  Seguir leyendo »

En los últimos días la prensa y las televisiones de todo el mundo están recogiendo las revelaciones formuladas por Wikileaks acerca de la diplomacia estadounidense en los centros más activos de interés político: desde China y Corea a Francia, Argentina o los mismos Estados Unidos. El público español no se sorprenderá al ver que, por más que se esfuerce un periódico en que parezca lo contrario, no hay muchas menciones de España en los mensajes filtrados. No hay revelaciones acerca de cómo oró Zapatero cuando acudió al Desayuno de Oración en Washington, o de cómo se comportó su ex ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, en sus peregrinaciones regulares a la Alianza de Civilizaciones.…  Seguir leyendo »

Las últimas filtraciones de Wikileaks han aportado súbitamente una gran transparencia al campo de la diplomacia internacional. Este Cablegate plantea, entre otras, la pregunta de si quien publicó la información actuó legal o éticamente. Existe, sin embargo, otra forma de acercarse a esta cuestión: ¿actuaron legal o éticamente aquellos que a priori debían pero no hicieron pública la información?

El derecho de acceso a la información, reconocido por la legislación internacional y por más de 80 leyes a nivel nacional (no en España), nos otorga a todos el derecho a saber qué hacen nuestros Gobiernos. Incluye no solo nuestro derecho a saber lo que hacen nuestros Gobiernos a nivel nacional, sino también lo que hacen cuando nos representan a nivel internacional.…  Seguir leyendo »

La propaganda difundida en los días anteriores a la reciente filtración masiva de documentos del Departamento de Estado norteamericano llevada a cabo por Wikileaks nos hizo pensar que se trataba de un arma de destrucción masiva, en forma de una montaña de documentos secretos, y que iba a transformar por completo nuestra percepción, si no del mundo en el que vivimos, desde luego sí de las relaciones internacionales.

Sin embargo, ninguna de las revelaciones es tan trascendental como para modificar la visión de la política mundial que recibimos a través de los medios de comunicación libres -una avalancha abrumadora y omnipresente de periódicos, canales de televisión que dan noticias a todas horas y sitios de Internet, con Google a la cabeza-, ni tampoco su publicación ha hecho un daño irreparable a los dirigentes implicados ni a las relaciones entre Estados.…  Seguir leyendo »