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Le llegó el turno a Nabokov. En realidad, nunca dejaron de rondarle, nunca dejó de ser el autor de un libro peligroso que, en su época, se consideró pornográfico (y solo una editorial sicalíptica de París se atrevió a publicarlo) y, en la nuestra, sostén y apologista de la violencia patriarcal. Ambas acusaciones parecen fútiles, pero la primera se entiende en el contexto de una sociedad puritana que aún no había aprendido a hablar de sexo en público. La segunda, sostenida en España últimamente desde varias tribunas, es mucho más injusta e injustificable. De Nabokov no conocíamos más crimen que los que cometió con su cazamariposas, ni más vicios que la lepidopterología, la literatura y la vida tranquila con su mujer, Vera.…  Seguir leyendo »

Hace unos días, Laura Freixas publicó en este mismo periódico un artículo titulado ¿Qué hacemos con Lolita?. En dicho texto Freixas critica la actitud de aquellos creadores e intelectuales que, asustados y hostiles al movimiento feminista del #Metoo,“temen que la ideología se imponga a la calidad como criterio supremo” a la hora de valorar una obra de arte. Para desarrollar su argumento y su crítica a esas personas, Freixas recurre a Lolita, la novela publicada por Vladimir Nabokov en 1955.

Su razonamiento se basa en una afirmación clara y contundente: Lolita “es una historia de violencia ejercida por un hombre contra una mujer”; una historia “que muestra, e implícitamente justifica, la violación de una niña, la reducción del ser humano femenino a la condición de objeto para el placer masculino”.…  Seguir leyendo »

¿Qué hacemos con ‘Lolita’?

Miedo y hostilidad: es la reacción de muchos ante el movimiento #Metoo, es decir, ante el feminismo aplicado a la cultura. Creadores, intelectuales, se inquietan por la libertad de creación; temen que la ideología se imponga a la calidad como criterio supremo; y afirman el derecho del arte de representar el mal.

Este último argumento me parece el más interesante y en él me voy a concentrar. No podemos exigir, nos dicen quienes así piensan, a las novelas, películas, óperas... que pinten un mundo edulcorado, políticamente correcto, con personajes positivos y acciones moralmente irreprochables. El arte que así lo hiciera sería falso.…  Seguir leyendo »