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El descubrimiento en 1983 de La dormición de la Virgen, de los años de juventud en Creta, favorece una nueva lectura de El Greco. El tema es tradicional y vendría en este sentido a confirmar la adscripción de Doménico a “la manera griega” luego superada, pero basta la comparación con otra espléndida Dormición cretense coetánea, del taller de Georgios Klotzas, y de configuración análoga, para percibir ya su modernidad cromática, la carga de sensibilidad en Cristo que toma el alma de su madre y, sobre todo, la mancha de luz que envuelve a la aureola angélica, nexo entre la escena del tránsito de la Virgen con su entronización en el cielo.…  Seguir leyendo »