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El 11 de marzo de 2011, un terremoto de magnitud 9 sacudió al este del Japón, seguido de un tsunami de 15 metros que desactivó el sistema de electricidad y enfriamiento de tres reactores de la planta nuclear de Fukushima Daiichi y provocó uno de los accidentes nucleares más graves de la historia.

Vista la cercanía con grandes urbes (Tokio está a poco más de 200 kilómetros), más de 10 millones de personas podrían haber quedado expuestas a la nube de radiación. Afortunadamente para las poblaciones (y en perjuicio de los ecosistemas costeros), gran parte de la radiactividad fue a parar al mar.…  Seguir leyendo »

Gravestones photographed on Feb. 28 stand near a Namie, Japan, seaside devastated by the March 11, 2011, tsunami, which crippled the nearby Fukushima Daiichi nuclear power plant. (Toru Hanai/Reuters)

Saturday marks the sixth anniversary of the Fukushima nuclear accident, the worst recorded since the Chernobyl meltdown in 1986. How did Fukushima affect the lives of those touched by its radioactivity?

One narrative used by the media in its Fukushima reporting described those who volunteered to return to the dangerous site as “samurai,” “kamikaze,” or simply “Fukushima heroes.”

But my research with Japanese people who have survived radioactive exposure — first from the Hiroshima and Nagasaki bombings, and then from Fukushima — suggests that they bear the burden of discrimination and shame. In Japan, these survivors are known as the hibakusha.…  Seguir leyendo »

It is two years since Japan’s 9.0- magnitude earthquake, one so powerful it shifted the position of the Earth’s figure axis by as much as 6 inches and moved Honshu, Japan’s main island, 8 feet eastward. The tsunami generated by the earthquake obliterated towns, drowned almost 20,000 people and left more than 300,000 homeless. Everyone living within 15 miles of Fukushima was evacuated; many are still in temporary housing. Some will never be able to return home.

More than 300,000 buildings were destroyed and another million damaged, including four reactors at the Fukushima Daiichi nuclear power plant on the northeast coast.…  Seguir leyendo »

Summer took its own sweet time leaving Japan this year. Late into September, workers and students riding the always-busy subway cars across the vast expanse of Tokyo carried small towels to wipe away the beads of sweat that gathered on their brows. The air conditioning might have been on, but the temperatures remained stubbornly high even indoors.

Ever since the March 2011 tsunami that swept into northeastern Japan and the nuclear disaster that followed, the Japanese have had to make do with much, much less electricity.

The community-minded Japanese looked calm doing their part to deal with the crisis. But in the aftermath of the tsunami and the meltdown at the Fukushima nuclear plant, Japan faces rising political temperatures and difficult choices.…  Seguir leyendo »

Hace no mucho, leí una obra de ciencia-ficción en la que la humanidad decide enterrar cantidades ingentes de residuos radiactivos en las profundidades subterráneas. No saben de qué modo deben advertírselo a la generación futura, a la que se le dejará el cometido de deshacerse de los residuos, ni quién debe firmar la advertencia.

Desgraciadamente, la situación ya no es un tema de ficción. Estamos endosando unilateralmente nuestras cargas a las generaciones futuras. ¿Cuándo abandonó la humanidad los principios morales que nos impedían hacer algo así? ¿Hemos superado un punto de inflexión fundamental en la historia?

Después del 11 de marzo, me quedaba levantado todas las noches hasta bien tarde viendo la televisión (una costumbre recién adquirida tras el desastre).…  Seguir leyendo »

La tragedia que está viviendo Japón tiene dos dimensiones. Es, por un lado, una catástrofe de la naturaleza y, por otro, una amenaza del propio ser humano. El país ha sido barrido por un tsunami que se ha impuesto con la fuerza de un destino y vive pendiente de si los reactores de Fukushima serán capaces de contener las furias que se esconden tras la energía nuclear.

Es verdad que el peligro que emana de la central nuclear hubiera sido impensable sin el concurso del terremoto, pero nadie podrá dudar de que ese peligro estaba dado como posible en la construcción de la central nuclear.…  Seguir leyendo »

Après l'éruption du volcan islandais qui avait un temps cloué au sol une des plus éclatantes inventions humaines, la maîtrise du ciel, la catastrophe naturelle que subit le Japon rappelle la fragilité des affaires humaines et leur dépendance par rapport à des éléments non prévisibles et non maîtrisables, ici un tremblement de terre et un tsunami. Face à ces événements, les sociétés ont à se protéger, à s'acclimater, en dressant aussi bien des digues matérielles que des barrières philosophiques et culturelles. Le peuple japonais a appris à vivre avec la possibilité de ces catastrophes, il a mis en œuvre des moyens matériels et une organisation sociale qui limitent l'ampleur de la catastrophe humaine.…  Seguir leyendo »

Cuando escribimos se cumplen nueve días desde que un cataclismo natural abriese la caja de Pandora de las pesadillas que la ficción fílmica y literaria ha soñado en el último siglo. Y, en concreto, las que desde la hecatombe de 1945 han tenido a Japón como escenario. A día de hoy resulta probable que se haya consumado un grave accidente cuando este texto vea la luz; y sólo posible que los operarios que se juegan la piel para aplacar Fukushima logren confinar al genio atómico en su arcón. Sobra añadir que, de cumplirse lo primero, se habrá desatado una calamidad sin apenas parangón, cuya gravedad oscilará entre el horror de Chernóbil y la devastación que remató la Segunda Guerra Mundial, cuando el bombardeo de Hiroshima y Nagasaki sumó cerca de 150.000 muertos y una legión de heridos, amén de secuelas que aún duran.…  Seguir leyendo »

Science's Arrogance. By Satoru Ikeuchi,  an astrophysicist at the Graduate University for Advanced Studies. This article was translated by Matthew Fraleigh from the Japanese.

The physicist Torahiko Terada wrote in 1934, “The more civilization progresses, the greater the violence of nature’s wrath.” Nearly 67 years later, his words appear prescient.

Humans have become increasingly arrogant, believing they have conquered nature. We build ever larger, ever more concentrated, ever more uniform structures. Scientists and engineers think that they are responding to the demands of society, but they have forgotten their larger responsibilities to society, emphasizing only the positive aspects of their endeavors.…  Seguir leyendo »

Desconocemos cómo acabará la historia de los reactores nucleares de Fukushima y cuáles serán sus consecuencias. Los análisis que se hacen son precipitados y todos tenemos la culpa. En la sociedad mediática contemporánea, no solo pedimos información veraz y exhaustiva en tiempo real, sino que exigimos otras dos cosas imposibles: análisis certeros inmediatos de fondo y pronósticos urgentes exactos. Eso, en situaciones de evolución variable como la de Japón, es imposible de atender. Lo máximo que podemos conseguir son previsiones aproximadas de expertos. Pero las recibimos mezcladas con especulaciones insolventes y con propagandas interesadas (en este caso, de los pronucleares y los antinucleares), y nunca lograremos discernir qué son cada una de las voces que nos llegan y a cuáles debemos escuchar.…  Seguir leyendo »

En 1958, le philosophe allemand Günther Anders (1902-1992) se rendit à Hiroshima et à Nagasaki pour participer au 4e congrès international contre les bombes atomiques et les bombes à hydrogène. Il tint pendant tout ce temps un journal. Après de nombreux échanges avec les survivants de la catastrophe, il note ceci : "La constance qu'ils mettent à ne pas parler des coupables, à taire que l'événement a été causé par des hommes ; à ne pas nourrir le moindre ressentiment, bien qu'ils aient été les victimes du plus grand des crimes - c'en est trop pour moi, cela passe l'entendement."…  Seguir leyendo »

Concern about radiation exposure has been rising in Japan as nuclear experts struggle to contain the cores of at least three nuclear reactors and a spent nuclear fuel facility at the Fukushima Daiichi nuclear plant.

Details of the Fukushima accidents remain sketchy, and it will likely be months before the true scope of radiation release will be known, both in terms of which isotopes have escaped containment and at what levels. According to the International Atomic Energy Agency, radiation levels following Monday’s reactor explosion reached 100,000 microsieverts per hour, four times the maximum allowed by the I.A.E.A., and more than 100 times the normal radiation exposure per person, per year.…  Seguir leyendo »

The horrible and heartbreaking events in Japan present a strange concatenation of disasters.

First, the planet unleashed one of its primordial shocks, an earthquake, of a magnitude greater than any previously recorded in Japan. The earthquake, in turn, created the colossal tsunami, which, when it struck the country’s northeastern shores, pulverized everything in its path, forming a filthy wave made of mud, cars, buildings, houses, airplanes and other debris.

In part because the earthquake had just lowered the level of the land by two feet, the wave rolled as far as six miles inland, killing thousands of people. In a stupefying demonstration of its power, as The New York Times has reported, the earthquake moved parts of Japan 13 feet eastward, slightly shifted the earth’s axis and actually shortened each day that passes on earth, if only infinitesimally (by 1.8 milliseconds).…  Seguir leyendo »

Los problemas de la central nuclear de Fukushima -y de otros reactores- en el noroeste de Japón han asestado un duro golpe a la industria nuclear mundial, poderoso cartel de menos de una docena de importantes empresas de propiedad u orientación estatal que han estado pregonando un renacimiento de la energía nuclear.

Pero ya se conocen perfectamente los riesgos que corren los reactores costeros, como el de Fukushima, a consecuencia de desastres naturales. De hecho, resultaron evidentes hace seis años, cuando el maremoto habido en el océano Índico en diciembre de 2004 inundó el segundo complejo nuclear en importancia de India, con lo que quedó desconectada la central eléctrica de Madrás.…  Seguir leyendo »

Una nación entera sufre ahora las graves consecuencias de un fenómeno natural incontrolable y destructivo, que ha supuesto la pérdida de vidas humanas y la destrucción de bienes materiales necesarios y valiosos; en este caso nos referimos a la generación y distribución de energía eléctrica. En el momento que se escriben estas líneas, miles de trabajadores están haciendo todo lo posible para mantener en estado seguro dos unidades nucleares en el emplazamiento de Fukushima Daiichi. Como consecuencia de esta situación anormal, cerca de 300.000 personas están sufriendo los inconvenientes y angustias propias de una evacuación prolongada. Nuestra más cordial consideración por el esfuerzo de unos y la paciencia de los otros.…  Seguir leyendo »

The troubles of the Fukushima nuclear-power plant – and other reactors – in northeast Japan have dealt a severe blow to the global nuclear industry, a powerful cartel of less than a dozen major state-owned or state-guided firms that have been trumpeting a nuclear-power renaissance.

But the risks that seaside reactors like Fukushima face from natural disasters are well known. Indeed, they became evident six years ago, when the Indian Ocean tsunami in December 2004 inundated India’s second-largest nuclear complex, shutting down the Madras power station.

Many nuclear-power plants are located along coastlines, because they are highly water-intensive. Yet natural disasters like storms, hurricanes, and tsunamis are becoming more common, owing to climate change, which will also cause a rise in ocean levels, making seaside reactors even more vulnerable.…  Seguir leyendo »