Buscador avanzado

Nota: la búsqueda puede tardar más de 30 segundos.

Foto tomada en las bartolinas policiales de San Marcos el 31 de mayo de 2021, cuando 846 personas privadas de la libertad fueron trasladadas a cárceles administradas por la Dirección General de Centros Penales. (Cortesía de la Secretaría de Comunicaciones de la Presidencia de El Salvador)

La salvadoreña Edith Pineda lleva 17 meses sin poder ver a su hijo y 20 sin poder ver a su marido. Este cisma familiar indeseado tiene un culpable: la Dirección General de Centros Penales, la entidad que administra las cárceles en El Salvador. Jonathan y Noé, el hijo y el marido, están privados de libertad y Edith no sólo lleva año y medio sin visitarlos, sino que ni siquiera le han permitido conversar con ellos.

Tras dos años en el poder, el gobierno del presidente Nayib Bukele ha dado sobradas muestras de que el respeto a la institucionalidad y los derechos humanos no son los faros que guían su camino.…  Seguir leyendo »

Sin dignidad no habrá rehabilitación en las cárceles de El Salvador

El Salvador tiene una notoria reputación por la brutalidad de sus pandillas. Pero dentro de las cárceles del país, las condiciones inhumanas y el hacinamiento, no la violencia, representan algunas de las mayores amenazas. Viajé al país centroamericano en diciembre como parte de una misión de observación con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

En la prisión de Zacatecoluca, algunos reclusos dijeron que no habían recibido visitas en años (la ley prohíbe las visitas familiares en las cárceles de máxima seguridad). Algunos dijeron que no habían visto el sol en meses mientras se acurrucaban en las oscuras y húmedas celdas. Algunas prisiones en El Salvador se desbordan con más del 600% de capacidad.…  Seguir leyendo »

Inside El Salvador’s prisons

El Salvador has a notorious reputation for its brutal gang-related crime. But inside the country’s prisons, inhumane conditions and overcrowding represent some of the biggest threats, not violence. I traveled to the Central American country in December as part of an observation mission with the Inter-American Commission of Human Rights.

At the Zacatecoluca prison, inmates said they hadn’t had any visitors in years. (Family visits are prohibited by law at maximum-security prisons.) Some said they hadn’t seen the sun in months as they huddled in the dark, humid cells. Several prisons in El Salvador are overflowing with over 600 percent capacity.…  Seguir leyendo »