
Los puertorriqueños no debemos ser tratados como ciudadanos de segunda clase
Cuando yo era niña en los años ochenta, mi madre, Abigail, sufría de ataques de asma severos que la llevaban constantemente a la sala de emergencias. Su salud acabó deteriorándose al punto de tener que dejar su trabajo de maestra. Al mismo tiempo, ella y mi papá se separaron y ella no sabía cómo iba a poder mantener el hogar, siendo una madre soltera con una enfermedad crónica. Un día una asistente social del hospital le dijo que podría ser elegible para un programa llamado Seguridad de Ingreso Suplementario (SSI, por su sigla en inglés), que brinda pagos mensuales en efectivo a personas mayores, ciegas o discapacitadas con ingresos y recursos limitados
Pero había un problema: mi madre residía en Puerto Rico, donde esos beneficios no están disponibles para los residentes que son ciudadanos estadounidenses.… Seguir leyendo »