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Adeli Carranza camina a casa en Choloma, Honduras, una de las ciudades más peligrosas del mundo para las mujeres. crédito Victor J. Blue

El asesinato de Sherill Yubissa Hernández Mancía explica por qué las mujeres centroamericanas están huyendo hacia el norte.

Hernández tenía 28 años y era funcionaria de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC), el órgano que se encarga de investigar los asesinatos de mujeres. Ella tenía una relación amorosa con Wilfredo García, quien era director de la oficina de la ATIC en San Pedro Sula, la segunda ciudad más grande de Honduras. Según personas involucradas en el caso, Hernández llegó a sospechar que su amante, quien además está casado con la hermana de un líder de la MS-13 —la pandilla más grande del país—, ayudaba a los criminales en vez de trabajar para acabar con el grupo delictivo.…  Seguir leyendo »