He visitado varias veces Palmira. He dormido, obviamente, en el hotel Zenobia, que se encuentra (o se encontraba) casi en medio mismo de las ruinas de la ciudad. En Palmira uno de los hechos que más impresionan son los amaneceres y las puestas de sol, que dan a las columnas, templos, arcos y monumentos un color rosáceo y anaranjado inolvidable. Esto para los amantes del paisaje.
En cuanto a la ciudad y sus ruinas, basta recordar al gran arqueólogo e historiador ruso Michael Rostouzeff – que acabó sus días siendo profesor en la Universidad de Yale–, que, en su libro Ciudades caravaneras (1932), dice de las ruinas de Palmira cuando las visita en 1928 que « son, indudablemente, las más románticas del mundo antiguo».… Seguir leyendo »
L’histoire n’existe pas pour Al-Qaeda, Boko Haram, les milices Al-Shabab, ni pour les douzaines d’autres groupuscules jihadistes. Aucune historicité n’est admise, comprendre l’histoire comme un processus de nouvelles interprétations et analyser le passé pour mieux saisir les développements et phénomènes du présent est prohibé. Les jihadistes n’admettent qu’un seul temps : le «temps originel» pour utiliser le mot de l’historien des religions et philosophe Mircea Eliade, in illo tempore. Ce temps primordial est le temps du vivant du prophète Mohammed et, à un degré moindre, le temps de la communauté musulmane sous les quatre premiers califes (al-Khulafa’ al-rashîdûn, les «califes bien guidés») et les Pieux Ancêtres, les al-salaf al-salah, un terme qui a donné son nom au salafisme.… Seguir leyendo »
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