A vueltas con la consulta

El pleno de Política General que celebraremos hoy, viernes, en el Parlamento vasco llega este año precedido por la disputa a la que hemos asistido en el PNV entre quienes apuestan por seguir en una estrategia de acumulación de fuerzas nacionalistas y han hecho de la consulta soberanista su bandera, y quienes entienden que el futuro de los vascos tenemos que construirlo entre todos, respetando la legalidad y en ausencia de violencia.

Por desgracia para los que queremos una Euskadi cohesionada en lo social y políticamente unida en los temas esenciales, todos sabemos cómo ha acabado la disputa en Sabin Etxea: con la renuncia de Josu Jon Imaz a seguir al frente del partido y con la aprobación de una ponencia política en la que el PNV deja la puerta abierta a la consulta soberanista que Ibarretxe quiere convocar a toda costa y que permite presagiar un nuevo tiempo de división e incertidumbre.

Escribo "un nuevo tiempo" y me doy cuenta de inmediato de que en realidad de nuevo no tiene nada. Es un tiempo muy viejo. Es el tiempo de Lizarra y del plan Ibarretxe. Es el tiempo del sectarismo y de la política con minúsculas a la que nos tiene acostumbrados este lehendakari. Un lehendakari que, cuando no está de viaje en el Caribe, está refugiado en el raca-raca del debate identitario con el que trata de ocultar su incapacidad para liderar el país, para llegar a acuerdos transversales en lo fundamental y para resolver los problemas reales de la ciudadanía.

Ibarretxe se pasa la vida reclamando que se dé la palabra al pueblo, pero luego es incapaz de escuchar a la ciudadanía vasca cuando ésta habla elección tras elección. Su problema es que la normalización política que reclama no consiste sólo en llegar a un acuerdo "amable" con España. Consiste en llegar primero a un acuerdo entre vascos que amplíe el consenso político que logró el Estatuto de Gernika, una vez que desaparezca el verdadero mal de la política vasca que es el terrorismo.

Si, como parece, Ibarretxe va a anunciar en el pleno de hoy que celebrará una consulta que lejos de unir a la sociedad vasca lo que pretende es dividirla y crisparla, cometerá un grave error. Y además faltará a su palabra, porque se comprometió a hacerlo en ausencia de violencia y ahora dice que es irrelevante que ETA exista o no.

¿Qué haremos los socialistas vascos si se produce esta situación? Lo que hemos hecho siempre: responder democráticamente a su desafío. Con serenidad, pero con contundencia. La hoja de ruta la tenemos clara y además encaja a la perfección con las normas que los vascos y las vascas nos hemos dado: acuerdo amplio y transversal en Euskadi para mejorar nuestro autogobierno y reforzar la convivencia, aprobación de ese acuerdo en Cortes Generales y ratificación en referéndum. Ésa es la consulta que esperan y se merecen los ciudadanos y ciudadanas de este país. Ésa es la consulta a la que tenemos derecho. La que dentro de la legalidad sirva para refrendar los acuerdos que nos permitan hacer Euskadi entre todos y no unos contra otros.

Y hacerlo, además, en ausencia de violencia, cuando todos podamos hacer política en igualdad de condiciones. Sin que nadie, por defender unas ideas, tenga que estar sometido a la presión del terror. Hasta entonces, la prioridad es hacer frente a la amenaza de ETA con todos los medios que el Estado de derecho tiene a su alcance y con todos los mecanismos que la política puede desarrollar. Y esto no quiere decir, como algunos interpretan interesadamente, que la agenda política la marque ETA. Quiere decir, simple y llanamente, que la prioridad hoy es acabar con el terrorismo para que todos podamos hacer política en libertad y en igualdad de condiciones.

Esto es lo que, en nombre de los socialistas vascos y de una mayoría de ciudadanos y ciudadanas, trasladaré a la sociedad vasca en el debate de este viernes. Si Ibarretxe quiere seguir sacando conejos de la chistera es su decisión, pero los demás no vamos a quedarnos a mirar un juego de magia que ya aburre porque todos conocemos el truco. La libertad, la democracia y el autogobierno que hoy son garantía de convivencia, estabilidad, bienestar y calidad de vida para todos los ciudadanos de este país constituyen bienes preciosos que nos ha costado mucho conseguir y con los que no se juega. Euskadi no puede vivir permanentemente instalada en la provisionalidad y en un debate interminable sobre su identidad. Eso no hay sociedad que lo resista.

Vivimos en democracia y la última palabra la tiene la ciudadanía. Los socialistas vascos estamos unidos y preparados para gobernar y ésa es nuestra apuesta: la única que Euskadi no ha ensayado en los últimos treinta años. Un lehendakari socialista que lidere otras políticas y haga política de otra manera. Un lehendakari socialista que gobierne pensando en las personas y no en las patrias excluyentes.

El futuro que queremos para nuestros hijos sólo se podrá construir desde el acuerdo y no desde la imposición. Desde el pacto entre diferentes y no desde la división. Desde el consenso y no desde el desgarro que algunos quieren provocar con una consulta que nos obligue a elegir entre dos realidades que no se entienden la una sin la otra.

Patxi López, secretario general del PSE-EE.