Acción decisiva contra el hambre

Según el último informe sobre El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo, de 2017, cerca de mil millones de personas sufrían desnutrición o privaciones crónicas de alimentos. Esto significa que una de cada nueve personas en el mundo se va a dormir con hambre. Esta impactante afirmación muestra que las positivas tendencias de reducción del hambre observadas en los últimos 15 años se han dado la vuelta. El aumento del hambre, que afecta al Sahel y a Asia occidental, en particular, se debe principalmente a conflictos, eventos climáticos extremos y desaceleraciones económicas, o incluso a una combinación de los tres.

Y mientras se daba esa privación crónica de alimentos, la necesidad de ayuda humanitaria del año pasado no han tenido precedentes: cuatro países se enfrentan a un riesgo alarmante de hambruna. En Yemen, el noreste de Nigeria, Somalia y Sudán del Sur, entre 20 y 50 millones de personas estaban en riesgo de morir de hambre. La ONU lo llamó "la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial" y utilizó el término "hambruna" por primera vez desde 2011.

Esta situación significa que, no solo no estamos en camino de lograr el objetivo de Hambre Cero, sino que también nos arriesgamos a no alcanzar otros Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, como erradicar la pobreza y garantizar vidas saludables.

Cumplir los objetivos acordados por la comunidad internacional es una responsabilidad colectiva. Por lo tanto, tenemos que aumentar y ampliar nuestro trabajo, fortalecer nuestro compromiso político y mejorar la coordinación de nuestros esfuerzos conjuntos. Tenemos que utilizar los recursos de la Tierra con mayor prudencia, evitar el desperdicio de alimentos, empoderar a las mujeres y crear oportunidades de empleo decente para los jóvenes en las zonas rurales y periurbanas. Además, debemos adoptar la innovación, apoyar a los pequeños agricultores, la agricultura sostenible y los sistemas alimentarios que sean resistentes al cambio climático. La investigación y la innovación desempeñan un papel clave para hacer frente a estos desafíos que hacen que la agricultura sea más sostenible. Bajo este espíritu de colaboración, se ha celebrado en Madrid los pasados días 29 y 30 de octubre la primera Cumbre Parlamentaria Mundial contra el Hambre y la Malnutrición con la participación de una delegación oficial del Parlamento Europeo.

El objetivo Hambre Cero solo puede lograrse mediante esfuerzos coordinados y sostenidos a lo largo del tiempo. Los parlamentarios deben desempeñar un papel activo y decisivo a través de la legislación, el control sobre el poder ejecutivo y la competencia compartida en el presupuesto de la UE. El Parlamento Europeo debate actualmente el próximo marco financiero plurianual de la UE y es nuestra función garantizar la financiación adecuada de nuestros compromisos internacionales, incluida la erradicación del hambre y la malnutrición.

Con ese propósito, he abogado desde el comienzo de mi mandato por un Plan Marshall para África de 40.000 millones de euros. Su objetivo: atraer inversiones europeas, desarrollar infraestructuras y crear una base industrial y de fabricación en África. Al crear trabajo y fomentar el crecimiento, podremos crear nuevas oportunidades para los jóvenes africanos en el hogar, y así abordar las causas fundamentales de los flujos migratorios.

Nuestra prioridad debería ser el Sahel, específicamente. Por eso viajé a Níger en julio junto con 30 empresas de distintos sectores del mundo agrícola, digital y energético. Era una petición del presidente Issoufou. También participaron representantes de otras instituciones europeas, organizaciones internacionales, entre las que estaban organismos de Naciones Unidas como la FAO y la UNIDO, así como investigadores y académicos. El objetivo era reunir a diferentes actores y actuar con una sola voz. La única forma en que podemos abordar las causas de la migración es la acción integral con todos los medios y recursos de la UE, en cooperación con actores internacionales y el sector privado. Se trata de ofrecer respuestas sólidas a la pobreza, la inseguridad alimentaria y el hambre, los conflictos y el cambio climático.

La evidencia muestra que cada vez que el hambre aumenta un 1%, la migración lo hace en un 2%. Y esta realidad continuará creciendo con el cambio climático, especialmente en las zonas rurales. Por lo tanto, trabajar por el desarrollo del continente africano resulta vital, no solo por el calentamiento global sino también por la demografía. La población de África es hoy de casi 1.000 millones, pero alcanzará los 2.500 millones en 2050 y 4.400 millones en 2100. En las próximas décadas, el desafío para África más apremiante será generar suficiente empleo para absorber esta fuerza laboral en auge, el 60% de los cuales probablemente será en las zonas rurales.

Nuestra acción debe ser, por lo tanto, decisiva. Necesitamos cambiar nuestro enfoque para ir más allá de la ayuda tradicional al desarrollo e involucrar al sector privado. En este sentido, el recientemente lanzado Plan Europeo de Inversión Externa (EIP) ofrece una gran oportunidad para fomentar la inversión responsable y sostenible del sector privado en la agricultura y el desarrollo rural, con vistas a crear oportunidades de empleo en toda la cadena de valor agrícola, en particular para jóvenes y mujeres. El EIP representa un paso importante en la dirección correcta. Sin embargo, su presupuesto de 4.100 millones de euros no se acerca a los 40.000 millones de euros que solicito. La inversión en salud y educación debe ir de la mano de la inversión en la mitigación y adaptación al cambio climático. Paradójicamente, África es el continente que menos emite pero es el que más sufre las consecuencias del cambio climático.

La migración, la agricultura y el desarrollo rural están estrechamente interconectados. El Parlamento Europeo sigue comprometido en trabajar activamente en estos temas con un enfoque holístico. Espero que se mantenga el mismo nivel de compromiso después de las elecciones europeas de mayo de 2019.

Antonio Tajani es presidente del Parlamento Europeo.

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