Acuerdo UE-Mercosur: Ahora o Nunca

Todo el foco de atención sobre la vida comunitaria se centra hoy en el reparto de la Presidencia de las principales Instituciones. El Consejo Europeo se reúne el día 30, sabiendo que el Parlamento Europeo elegirá a su Presidente en su sesión constitutiva del 2 de julio.

Hay, sin embargo, un asunto que debería quedar cerrado antes de la entrada en funciones de la nueva Comisión, prevista, en principio, para el 1° de noviembre. Me refiero al Acuerdo UE-Mercosur, que lleva negociándose desde hace 20 años. Los acuerdos que negocia la UE son acuerdos de Asociación Política, Concertación Económica y Cooperación. Los Capítulos Político y de Cooperación se encuentran cerrados. El Comercial está cerrado al 95 por ciento.

Esta semana los negociadores continúan su trabajo en Bruselas para superar las diferencias que todavía subsisten, habiéndose previsto, para hoy, una ronda ministerial donde los Ministros del Mercosur encontrarán a los Comisarios de Comercio y Agricultura.

Según avanza el proceso, las presiones se incrementan. El presidente de Francia y los primeros ministros belga, irlandés y polaco, han expresado su preocupación por algunos aspectos. Por otro lado, los de España, Alemania, Países Bajos, Portugal, Suecia, Letonia y Chequia, insisten en que el mandato negociador otorgado por el Consejo debe respetarse y alcanzarse un acuerdo equilibrado y ambicioso entre las partes.

Asistí en Estrasburgo al notable discurso del presidente Macron sobre el futuro de Europa donde nos alertaba del riesgo que suponían para nuestro continente la emergencia de potencias autoritarias, la existencia de graves conflictos internacionales, el desistimiento de los EE.UU., y la necesidad para hacer frente a esas amenazas, de construir sobre la premisa de una Europa que protege, una nueva soberanía europea.

Pero una cosa es la Europa que protege y otra la Europa proteccionista. Comercio es paz, comercio es progreso, comercio es prosperidad y comercio es empleo. Por cada 1.000 millones de euros que la Unión exporta, se crean 14.000 puestos de trabajo.

Las barreras, como estamos viendo en la guerra comercial entre EE.UU. y China, los muros, los telones de acero, como comprobamos cuando se desmoronaron la URSS y los regímenes del socialismo real, se sitúan hoy en el paleolítico de la historia.

La Comisión Europea y su presidente, que han tenido un gran acierto en el rediseño de la política comercial de la Unión, al caerse el Acuerdo de Comercio e Inversión con los EE.UU., tienen que estar a la altura de las circunstancias, apoyar a la comisaria Malmström y no desaprovechar esta oportunidad verdaderamente histórica.

El Acuerdo UE-Japón es el mayor pacto de liberalización comercial del planeta, las empresas europeas ahorrarán en aranceles más de 1.000 millones de euros anuales.

El Acuerdo con el Mercosur es más importante y estratégico. El Mercosur representa la séptima economía más potente del mundo y el quinto mercado más grande fuera de la UE. Con un PIB anual de 2.2 billones de euros, este Acuerdo permitirá, a todos los países de la UE, acceder a un mercado de más de 275 millones de consumidores y ahorrar a nuestras empresas 4.000 millones de euros anuales.

Uno de los beneficios clave de este Acuerdo, será la eliminación o reducción de aranceles en sectores importantes para las empresas europeas: automóviles y piezas (35%); maquinaria (20-35%) y productos farmacéuticos (14%).

La UE es el primer exportador de productos agrícolas, habiendo pasado en los últimos años de tener una balanza deficitaria a una balanza con superávit en este sector. El acceso al mercado agrícola del Mercosur tiene aranceles elevados: productos lácteos (28%); chocolates y confitería (20%); bebidas espirituosas (35%); champán (20-35%) y vinos (20%). Este Acuerdo ofrecerá beneficios sustanciales al sector, pudiendo compensar eventuales impactos con los 58.400 millones de euros anuales de la PAC.

También el textil, un sector donde las exportaciones al Mercosur son mucho más bajas que a otros mercados, debido a aranceles del 35% en productos de ropa y calzado y del 26% en tejidos de punto, se verían muy beneficiados por este Acuerdo.

Además, el Acuerdo favorecerá a las Pymes que se enfrentan a grandes dificultades para acceder a nuevos mercados debido a una pesada carga burocrática, costosos requisitos de prueba y certificación y a una falta real de conocimiento de los procedimientos administrativos. Gracias al Acuerdo se establecerá una plataforma online, que brindará toda la información necesaria para conocer los beneficios a los que se podrán acoger las Pymes.

Por todo ello, además de las ventajas relativas a la libre prestación de servicios, contrataciones públicas de nuestras empresas, protección de denominaciones de origen europeas (unas 350 aproximadamente), del medio ambiente y barreras no arancelarias, sería un grave error, que beneficiaría a otros actores como China, dilatar en el tiempo la conclusión de este importante Acuerdo.

José Ignacio Salafranca, diputado al Parlamento Europeo y ponente del Acuerdo UE-MERCOSUR.

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