África amazig, la nación tuareg

La creación de Azawad como nuevo país del Sahel demuestra una vez más cómo las fronteras coloniales hechas con tiralíneas sin tener en cuenta los pueblos van estallando. En este caso son los tuaregs de Mali los que han conseguido un pedazo de este gran territorio tras intentarlo en varias ocasiones desde los años sesenta en Níger y en Mali. Derrotados por ejércitos mayores y mejor armados, grupos de exrebeldes que habían huido de Mali y enrolado en el ejército libio de Gadafi regresaron el 2012, aportando un buen acopio de armas. La zona reivindicada cubre las regiones de Tombuctú, Kidal y Gao: los tuaregs son mayoritarios al norte del río Níger.

La organización del Movimiento Nacional por la liberación de Azawad (MNLA), creada en noviembre del 2010, se define como una organización que defiende y valoriza la política pacífica para recobrar los derechos históricos expoliados del pueblo de Azawad. En la victoria de los tuaregs que se manifiestan laicos, no así sus compañeros de armas, el movimiento salafista Ansar Dine al que más que la independencia le interesa introducir la charia –derecho islámico– en todo Mali, Al Qaeda del Magreb y otros yihadistas. Últimamente estos wahabíes intransigentes han destruido los morabitos de Tombuctú venerados popularmente.

El portavoz oficial del MNLA en Europa, Mossa Ag Attaher, invitado en Barcelona por las asociaciones amaziges de Catalunya, proclamó que los tuaregs tienen derecho a recuperar su tierra. Difícil aventura reconocer una nación que discurre entre cinco países: Argelia, Libia, Mali, Níger y Burkina Faso. La gran Tamazga, como denominan algunos sectores militantes amazigs al norte de África, es una amplia zona geográfica que va del oasis de Siwa en Egipto hasta las islas Canarias. Ello supone que acoge en mayor o menor medida etnias bereberes que tienen estrategias nacionales y locales muy diversas: los amazigs marroquíes han conseguido que se reconozca en la nueva Constitución la lengua y tienen escuelas de primaria, o los kabiles que preferirían una autonomía como la catalana y se sienten lejanos a sus primos tuaregs.

Sobre diferentes aproximaciones políticas y culturales recomiendo el libro editado por Pagés Editors, Els amazics avui, la cultura berber; donde aparecen las visiones de grupos y sectores amaziges. Pero volvamos a Azawad que etimológicamente quiere decir tierra de trashumancia: hombres, ganado, comercio. Una región que está en el umbral de la pobreza pero que en sus áridas tierras encierra oro, uranio, petróleo. Los tuaregs pertenecen a la gran etnia amazig y desde la antigüedad han convivido con otras civilizaciones históricas. En el siglo XV formaron grandes federaciones que se expandieron hacia el sur. Guerreros nómadas cuya filiación viene dada por las mujeres que contrariamente a la actualidad nacional estaban más alfabetizadas que los hombres y transmitían la escritura tifinag .

La ayuda yihadista para derrocar el ejercito de Mali y su implantación en la zona norte hace difícil la convivencia. Un grupo de mujeres en Kidal, la mayoría de etnia tuareg, fueron agredidas por parte de los hombres de Ansar Dine cuando estas se manifestaban contra la imposición de la charia, de llevar velo y de que les impidieran comerciar. Nina Walled Intalou, la más mediática de los dirigentes del MLNA, ha respondido desde Mauritania que las mujeres continuarán manifestándose contra unas costumbres ajenas al pueblo tuareg. Nacida en Kidal, marcha en 1984 a Costa de Marfil y se convierte en una importante mujer de negocios. Vuelta a Kidal en 1997 gana las elecciones a esta alcaldía, pero los islamistas no le permitieron acceder al cargo. Creo que serán la mayoría de las mujeres de África Occidental las que no aceptarán no poder trabajar porque es conocido el importante papel que juegan en el comercio entre los países Mali, Níger, Ghana, Senegal, Benín, Togo, Burkina Faso y Costa de Marfil.

Según los estudios, el 90% del comercio formal e informal transfronterizo lo realizan las mujeres. Al utilizar sus propios recursos pueden iniciarse con el pequeño comercio ya que se asientan en ferias y mercados. Compran y venden telas, pescado seco y también todo tipo de productos manufacturados; algunas son importantes mayoristas que cubren diversos países. Nina Walled también dice algo preocupante que afecta a los jóvenes de esta zona saheliana: la gran cantidad de dinero que les ofrecen los islamistas salafistas para que se adhieran a sus filas.

En el siglo VII de nuestra, la reina bereber Dihia, más conocida como Kahena –sacerdotisa–, combatió la expansión de los árabes a los que derrotó en diversas batallas. Cuenta la tradición que, vencida al ser traicionada, antes de morir pidió a sus hijos que se hicieran musulmanes para sobrevivir y continuar su raza y cultura. Algunos historiadores hacen referencia a ello como símbolo de que los amazigs tienen una gran capacidad de resiliencia que les ha permitido mantenerse a pesar de milenios conviviendo con civilizaciones más potentes.

Maria-Àngels Roque, directora de Cultures Mediterrànies, IEMED

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *