África necesita más innovación en la creación de mercados

África necesita más innovación en la creación de mercados

Para erradicar la pobreza e impulsar la prosperidad en África se debe comenzar en las juntas de los consejos empresariales. Los líderes de negocios africanos tienen que hacer uso de sus puestos para generar un crecimiento económico más inclusivo que beneficie a todos los actores –clientes, empleados, proveedores y comunidades-, en lugar de centrarse en utilidades cortoplacistas que fracasan a la hora de fortalecer a las comunidades vulnerables.

Pero para ampliar el pastel económico estos deben adoptar un enfoque completamente nuevo a la innovación y el crecimiento. Para generar prosperidad en común, las juntas corporativas africanas deben centrarse en crear nuevos mercados en África, para los africanos, lo cual significa priorizar las innovaciones en la creación de mercados.

Como muchos observadores han señalado, la famosa frase del premio Nobel de economía Milton Friedman de que la única finalidad de una empresa es maximizar el valor para los accionistas ya no se puede sostener, dados los altísimos niveles de desigualdad. Por ejemplo, en el África subsahariana, más de 230 millones de personas padecen desnutrición crónica.

Este tipo de innovaciones pueden comenzar a mejorar la precaria situación de estos y otros grupos vulnerables, transformando productos complicados y costosos en unos más simples y asequibles, para que los llamados “no consumidores” puedan adquirirlos. Si más compañías africanas desarrollaran estrategias para apuntar a los cientos de millones de no-consumidores del continente, sería posible hacer la realidad la visión de una prosperidad en común.

Crear nuevos mercados puede parecer una tarea gigantesca, si no imposible, ya que exige importantes inversiones para atraer a clientes que se considera son demasiado pobres para consumir. Pero así es precisamente es como África puede empezar a volverse más próspera.

Por ejemplo, hace poco más de 20 años, Mo Ibrahim fundó la operadora Celtel de telecomunicaciones móviles con el objeto de que el africano promedio pudiera acceder a teléfonos móviles y tecnología de las comunicaciones a precios baratos. Aunque muchos predijeron que la iniciativa fracasaría porque África era demasiado pobre y corrupta, Celtel prosperó. Hoy, gracias al poder de innovación en la creación de mercados de Ibrahim, África cuenta con cerca de mil millones de abonados a telefonía móvil y el sector de las telecomunicaciones africano sostiene cerca de cuatro millones de puestos de trabajo, generando cada año miles de millones de dólares en muy necesitados ingresos tributarios.

Las juntas de las compañías africanas deben responder ahora a los muchos retos que les plantean los no-consumidores del continente. Por ejemplo, ¿cómo podría la mayoría de los africanos obtener acceso a mejores servicios de salud? Gran parte de los gobiernos han subfinanciado los presupuestos de salud, mientras que las organizaciones no gubernamentales suelen carecer de los modelos de negocio sostenibles que se necesitan para aumentar la escala de las iniciativas de accesibilidad. Los nuevos mercados pueden dar solución a este problema.

Por ejemplo, la compañía de atención de salud ghanesa mPharma se está ampliando rápidamente por el continente con sus medicamentos asequibles y de calidad. La firma ha prestado sus servicios a más un millón de africanos, creando cientos de empleos y reuniendo más de $50 millones de fondos de capitales de riesgo para ampliar sus operaciones. mPharma ha seguido al pie de la letra lo esperable para crear mercados, y con gran éxito.

En términos muy resumidos, las innovaciones en creación de mercados se centran en las necesidades de la mayoría. Cuando el singapurense Tolaram Group buscó crear un nuevo mercado de fideos instantáneos en Nigeria a fines de los años 80, su junta adoptó la sensata decisión de aprovechar las redes minoristas y de distribución informal ya existentes en el país para crear un producto que el consumidor promedio se pudiera permitir. El paso siguiente fue fabricar los fideos en la misma Nigeria, asegurándose así de que el contexto y las habilidades locales bastaran para satisfacer las demandas de los clientes. Decisiones como esas subrayan el papel que las juntas empresariales pueden desempeñar a la hora de crear nuevos motores de crecimiento para sus organizaciones y la sociedad.

Son motores que se necesitan con suma urgencia. La pandemia de COVID-19 amenaza con empeorar la creciente desigualdad al ampliar la desigualdad que ha acompañado el crecimiento económico africano en los últimos 25 años. El coronavirus ha perturbado las vidas de un 85% de los trabajadores informales de África que carecen de acceso a servicios sociales y se ven empujados cada vez más al pozo de la pobreza. Lo más probable es que esas personas sean no-consumidores de varios productos y servicios que mejorarían tremendamente sus vidas. El crecimiento inclusivo en África provendrá de dirigir las innovaciones a ellos.

Así, los líderes de negocios africanos están ante una oportunidad única para un nuevo rumbo de crecimiento del continente. Pero para eso primero es necesario que los africanos aprecien y valoren el extraordinario potencial de crecimiento dentro de África.

Para jugar un papel clave en el desarrollo de una prosperidad de base más amplia, los altos ejecutivos africanos deben comprender que la pieza faltante es la innovación en la creación de mercados. Una manera de apoyar estas iniciativas es destinar un porcentaje de sus utilidades al desarrollo de innovaciones que apunten a los no-consumidores. Ahora que, sin duda, la pandemia exacerbará el problema es el momento ideal para actuar.

Más aún, las firmas africanas pueden apoyar a los gobiernos mediante la creación de iniciativas de colaboración pública y privada que apunten a democratizar la innovación. Por ejemplo, Wecyclers, una compañía que recolecta y procesa basura reciclable, y el gobierno nigeriano han establecido una relación de colaboración para mejorar las iniciativas de recolección de basura. Con un gasto promedio de alrededor de $300 por persona, los gobiernos africanos necesitan este tipo de colaboración para hacer realidad su potencial de desarrollo.

Si ha de ser sostenible, el crecimiento económico africano ya no puede beneficiar a unos pocos en desmedro de la mayoría. Y las estrategias de desarrollo no tienen por qué limitarse a capear tormentas económicas como las que ha originado la pandemia de COVID-19. El desarrollo de productos innovadores para no-consumidores posibilitará un camino más predecible, inclusivo y sostenible a la prosperidad de cientos de millones de personas. Como nos lo ha recordado el coronavirus, apuntar a cualquier objetivo que no sea la prosperidad para todos pondrá en riesgo a todo el continente.

Carl Manlan, a 2016 New Voices Fellow at the Aspen Institute, is Chief Operating Officer at the Ecobank Foundation. Efosa Ojomo is a Senior Research Fellow at the Clayton Christensen Institute and a co-author of The Prosperity Paradox: How Innovation Can Lift Nations Out of Poverty. Traducido del inglés por David Meléndez Tormen.

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