Cuando una vieja nación, o un país, decide suicidarse y auto destruirse lo menos que se puede pedir es que lo haga a sabiendas. Ya es vomitiva la capacidad de utilizar los medios de Comunicación y la Educación, por parte de los dos “grandes Partidos”, para engañar y ocultar la realidad a los ciudadanos, sobre todo a los votantes que no tienen tiempo, ni tienen porqué tenerlo, de buscar la verdad detrás de las tretas y las mentiras.
Por ejemplo, se nos da una higa si la famosa amnistía es constitucional o no. ¿Es más o menos constitucional que el infame indulto producido? ¿Es más o menos constitucional que establecer una relación/negociación bilateral “de Gobierno a Gobierno” para acordar cambios en el código penal español? ¿Es más o menos constitucional que la inmersión lingüística? ¿Es más o menos constitucional que la destrucción de la unidad de mercado? ¿Es más o menos constitucional que negociar el “encaje” de hispano Cataluña en España (Feijoo “dixit”), cuando la CE deja meridianamente claro que Hispano Cataluña ES España? Todo el mundo debe saber, y los políticos lo sabemos todos, que en España puede ser constitucional cualquier cosa y su contraria. Es constitucional, en suma, lo que diga el Tribunal Constitucional, que ha demostrado servir a su Señor. Y no ahora, sino desde hace lustros. Por lo cual lo que importa del tema de la famosa amnistía, como de los “referenda” venideros y subsiguientes es saber que, constitucional o no, supone un atentado al bien común de los españoles, a la convivencia en igualdad, al Estado de Derecho y al futuro de la Nación. Desviar eso hacia una pugna maniquea entre ilustres juristas, algunos activistas político/ideológicos y algunos bien pagados, no es distraer a los votantes, es engañarlos absolutamente, banalizando y tapando el mal. Y a ese juego se están prestando los dos “grandes partidos”
Otrosí decimos que toda la parafernalia montada sobre el tema de la igualdad, y su hermano siamés: “el progreso”, es, sencillamente, grotesca. Y se debe a la renuncia de los Partidos a admitir que la dinámica desigualitaria del régimen es estructural y sistémica tal y como se han desarrollado hasta ahora la Constitución y las Autonomías. Estamos abocados, sistémicamente, a mayor desigualdad interindividual y a profundizar en la creación de españoles de primera, segunda y demás categorías. Estamos convencidos que los políticos lo sabemos, todos, los separatistas incluso lo reivindican, pero ninguno de los dos grandes partidos es capaz de admitirlo en público y con realismo, y explicarlo a los votantes. Porque romper la dinámica desigualitaria para iniciar una igualitaria (que no igualitarista) supondría empezar desde cero en muchas cosas, derogar muchas cosas, es decir, renunciar a privilegios para los políticos y admitir gigantescos errores del pasado. Pero, si esto fuera una democracia, los votantes sabrían la verdad sustancial. Podrían perfectamente votar esa dinámica porque la prefieran, pero sabiendo que es estructuralmente inicua, lleva a diferentes grados de libertad y a peligrosos riesgos de enfrentamiento y violencia. ¿A qué viene intentar engañarlos con que lo que se persigue es el camino a la imposible igualdad?
Finalmente, y probablemente rezumando la irritación e indignación de nosotros, los políticos Casandra que llevamos lustros denunciando la situación y que clamamos ¿A qué viene jugar ahora a la caída del caballo paulino o del guindo cañí? Desde Felipe Gonzalez a Núñez Feijoo, pasando por todos, todos los políticos, sobre todo los que hogaño se rasgan las vestiduras, todos los políticos sabíamos y sabemos que, a lo que el PSOE actual aspiraba era a llegar a una situación como la actual, porque la victoria electoral era imposible, y que desde esa situación iba a hacer exactamente lo que está haciendo: pactar con el diablo la destrucción de España, la aniquilación de la igualdad de los españoles y la reducción discriminada de sus libertades. Todo político que haya votado al PSOE lo sabía perfectamente. ¿Lo explicó, anunció la senda que seguiría y sus consecuencias? ¿Lo anunció y denunció el gran Partido de la oposición?
El empeño de los dos grandes Partidos por salvar un régimen terminal, antisocial y antidemocrático, a base de hacer vivir a la masa de votantes en un engaño y en el pensamiento Alicia está llegando al paroxismo. El régimen está demandando agónicamente una reforma, una reestructuración y una redemocratización Y todos los políticos, españoles y extranjeros, lo sabemos. Todos. Allá cada cual con su conciencia.
Por Enrique Calvet Chambon, ex europarlamentario y Presidente de ULIS.