Análisis crítico de la política antiterrorista británica y las consecuencias de los coches bomba de junio de 2007

Tema: En este ARI se examina el desarrollo reciente de las políticas antiterroristas británicas y la “Declaración sobre seguridad” pronunciada por el nuevo primer ministro británico el 25 de julio en el contexto más amplio de la respuesta a los complejos problemas que plantea la lucha antiterrorista.

Resumen: En este ARI queda de manifiesto que las estructuras y estrategias de respuesta antiterrorista del Reino Unido son de naturaleza dinámica y reflejo de la experiencia extraída de atentados terroristas previos, pruebas obtenidas a raíz de planes de atentados frustrados y el reconocimiento de insuficiencias organizativas. En el documento se explica la lógica que subyace al gran cambio organizativo en las competencias del Ministerio británico que encabeza la lucha antiterrorista, el Ministerio de Interior (Home Office, HO), así como el renovado énfasis en la necesidad de coordinación. Se analiza de forma crítica la “Declaración sobre seguridad” pronunciada el 25 de julio por el nuevo primer ministro británico, Gordon Brown, en el contexto más amplio de la respuesta a los complejos problemas que plantea la lucha antiterrorista y, más concretamente, se examinan las propuestas de éste en base a un análisis inicial de los intentos de atentado con coche bomba (Artefactos Explosivos Improvisados en Vehículos, VBIED por sus siglas en inglés) de junio de 2007, en el centro de Londres y el aeropuerto de Glasgow.

Análisis

“... el desafío, de toda una generación, de derrotar la violencia de inspiración al-qaedista…”. (Primer ministro Gordon Brown, julio de 2007)

Introducción

En los últimos 12 meses el Reino Unido ha modificado muy considerablemente las estructuras de gobernanza de su lucha antiterrorista y tiene previsto seguir haciéndolo.[1] Aunque esas modificaciones no llegan a establecer una estructura semejante al Departamento de Seguridad del Territorio Nacional de EEUU, sí que representan, en su totalidad, el reconocimiento de que los esfuerzos británicos de lucha antiterrorista requerían un empuje, una cohesión, una integración y una rendición de cuentas más centrales. Parte de ello se ha logrado creando una estructura gubernamental departamental más parecida a las que pueden observarse en otros Estados de la UE, mediante la división del Ministerio de Interior (Home Office) en un Ministerio de Interior propiamente dicho (Ministry of the Interior) y un Ministerio de Justicia (Ministry of Justice) aparte. En este período, la cúpula del Gobierno laborista del Reino Unido ha experimentado un gran cambio: Gordon Brown sustituyó a Tony Blair como primer ministro en junio de 2007. Ese mismo mes, el Reino Unido también experimentó sus primeros incidentes con Artefactos Explosivos Improvisados en Vehículos (coches bomba) relacionados con el terrorismo islamista, dos en Londres y uno en la terminal del aeropuerto de Glasgow.

El nuevo primer ministro no lleva suficiente tiempo en el cargo como para que pueda apreciarse algún cambio real en las políticas y prácticas de lucha contra el terrorismo, especialmente porque algunos de los cambios estructurales no se produjeron hasta los últimos meses del mandato de Blair. Aun así, sí parece existir una tendencia consciente a impulsar un enfoque consensuado y bipartidista de política antiterrorista. Esto puede apreciarse particularmente en la propuesta de prolongar el período de detención permitido antes de presentar cargos, bajo supervisión judicial, más allá de los 28 días permitidos por la Ley de Terrorismo de 2006 (Terrorism Act 2006). Efectivamente, en el verano de 2005, el anterior primer ministro, Tony Blair, ya pidió al Parlamento que accediese a aumentar hasta un máximo de 90 días, partiendo desde los 14 permitidos en ese momento, la duración del período de detención de sospechosos sin cargos para reflejar el período “óptimo” para los servicios policiales en casos de investigaciones complejas. El Parlamento rechazó esta propuesta.

Aunque el Reino Unido sigue decidido a mantener el modelo de gobernanza con un departamento que “lidera” la gestión de los tres principales tipos de contingencias civiles (catástrofes naturales, catástrofes causadas por el hombre y actos de terrorismo), sigue siendo muy evidente que la cooperación y la coordinación entre los distintos departamentos y agencias son un requisito indispensable para el eficaz funcionamiento del sistema de dicho departamento, sobre todo por lo que respecta a tres aspectos de la actual estrategia británica de lucha antiterrorista. En primer lugar, el Plan de Acción Preventing Violent Extremism: Winning Hearts and Minds depende de la cooperación y coordinación entre el Ministerio de Interior (HO), el Ministerio de Asuntos Exteriores (FCO), el Departamento para las Comunidades y el Gobierno Local (DCLG) y una miríada de órganos y autoridades locales, como la Comisión para la Integración y la Cohesión.[2]

En segundo lugar, durante casi 20 años el Reino Unido ha venido reflexionando de forma periódica acerca de la conveniencia de disponer de un único servicio de control de fronteras. Los controles fronterizos del Reino Unido son llevados a cabo por la división de controles preventivos de fronteras de la Agencia Británica de Aduanas e Impuestos Especiales (HMRC), la Dirección de Inmigración y Nacionalidad (bajo supervisión del Ministerio de Interior) y las Unidades de Aeropuertos y Puertos de la Delegación Especial de la Policía británica. Tras los atentados de Londres en julio de 2005, el primer ministro Blair daba la impresión de estar proponiendo el rápido establecimiento de un servicio unificado, pero no se produjo ningún cambio significativo. En su “Declaración sobre seguridad” del 25 de julio de 2007, el primer ministro Brown anunció que el Reino Unido dispondría de un cuerpo de control fronterizo unificado a fin de “… reforzar las competencias y la capacidad de supervisión…” del personal de control de fronteras.[3] Esa iniciativa pretende unir en la Agencia de Fronteras e Inmigración (Border and Immigration Agency, BIA) del Ministerio de Interior al personal de visados del Reino Unido, de control fronterizo y de aduanas. Además, el personal de fronteras de la BIA se ha convertido en un elemento uniformado de esa agencia. Dicho esto, la iniciativa no llega a ser del todo lo que parece. En realidad, la Agencia de Fronteras e Inmigración se creó en abril de 2007 (si bien no empezará a estar totalmente operativa hasta 2008), y el ex ministro de Interior, John Reid, ya había esbozado propuestas para uniformar parte del personal de la Agencia y aún están por concluir los debates sobre la relación entre la presencia policial fronteriza y la fuerza fronteriza unificada.[4]

No está del todo claro qué tiene exactamente en mente el primer ministro, a pesar de la importancia dada a su anuncio. En su declaración, declaró: “… integraremos las vitales funciones de la Agencia de Fronteras e Inmigración, aduanas y visados tanto en el exterior como en los principales puertos de entrada al Reino Unido y crearemos una fuerza fronteriza unificada”.[5] Está previsto que el secretario del Gabinete presente, en octubre de 2007, un informe sobre las fases de ejecución y “… sobre la posible necesidad de seguir adoptando medidas…”, previsiblemente mediante la incorporación de la policía. Y, sin embargo, el 2 de julio de 2007, el secretario de Interior Lord Bassam of Brighton comunicó a la Cámara de los Lores que “no contemplarían la posibilidad de fusionar esos tres servicios tan diferenciados, con especialidades tan distintas… pero sí insistirían en que éstos coordinaran su información y su despliegue táctico”.6] ¿Indica semejante disparidad entre las dos afirmaciones que parte de las reflexiones sobre los atentados fallidos con coche bomba apuntaban a la necesidad de dotar de un impulso real al refuerzo de los controles fronterizos?

Y en tercer lugar, la cuestión de la coordinación entre distintos departamentos y agencias guarda relación con la capacidad de adaptar los recursos a las exigencias de sistemas específicos de control de individuos. Resulta de máxima gravedad que siete sospechosos de terrorismo sujetos a órdenes de control conforme a la Ley de Terrorismo de 2006 hayan conseguido eludir sus regímenes de control personal y hayan desaparecido. En el contexto de otra área de política, muchas de las personas sobre las que recayó la atención tras los intentos de atentado con coche bomba eran médicos extranjeros que trabajaban para el Servicio Nacional de Salud británico (NHS). Todo el nuevo personal médico, tanto británico como extranjero, debería ser sometido a controles de seguridad antes de empezar a trabajar. Sin embargo, debido a problemas con un nuevo programa de formación de médicos jóvenes, en 2007 “… cientos de médicos jóvenes, algunos extranjeros, serán empleados por los hospitales… sin ser sometidos [previamente] a adecuados controles de seguridad”.7] Jeremy Levy, director de Educación Médica en el Hammersmith Hospitals NHS Trust de Londres, declaró: “Se pueden tardar meses en someter a un control de seguridad a los médicos extranjeros. No nos queda más opción que permitirles trabajar antes de recibir el visto bueno definitivo de la policía”.[8] Estos tres aspectos problemáticos de la coordinación entre distintos departamentos y distintas agencias en materia de contraterrorismo se han señalado como factores relevantes en relación con las aspiraciones de mejora de las políticas británicas de contraterrorismo que tiene Gordon Brown.

En este análisis se estudiarán aspectos generales de la estructura y la estrategia de lucha antiterrorista y las consecuencias de los intentos de atentar con Artefactos Explosivos Improvisados en Vehículos y, en ese contexto, se examinará la “Declaración” del primer ministro del 25 de julio de 2007 y los documentos de apoyo conexos.

Estrategia y estructura: mayor profundización

En términos de estrategia, el Reino Unido dispone actualmente de la estrategia global antiterrorista “Contest”, o de las “4P” (Prevención, Persecución, Protección y Preparación)[9], así como de una serie de estrategias vinculadas y especializadas con programas asociados, como el Plan de Acción Preventing Violent Extremism: Winning Hearts and Minds o la Security and Counter-Terrorism Science and Innovation Strategy. Aun así, en su “Declaración” del 25 de julio, el primer ministro Brown manifestó su nuevo objetivo de publicar la primera estrategia nacional de seguridad del Reino Unido en otoño de 2007 y de crear un único presupuesto de seguridad. Esto parece guardar relación con la percepción de que “... tanto el Reino Unido como el resto de los países... tienen que hacer frente al desafío, de toda una generación, de derrotar la violencia de inspiración al-qaedista”.[10]

También parece guardar relación con los cambios estructurales observados en la gestión de la lucha antiterrorista que siguieron a la división del Ministerio de Interior (HO) a finales del mandato de Tony Blair. El amplio abanico de competencias adjudicadas al Ministerio de Interior (HO) era un problema que venía de lejos, pero la situación llegó a un punto crítico en 2006, tras una serie de ejemplos de graves deficiencias administrativas en la gestión de casos de inmigración y asilo, junto con el reenvío a sus respectivos países, mediante deportaciones, de los extranjeros condenados a prisión una vez cumplida su condena. El entonces ministro de Interior declaró que partes del Ministerio de Interior no eran “adecuadas para su cometido”. De forma bastante repentina y sin un previo proceso de consulta pública, Tony Blair aprobó una propuesta, en febrero de 2007, para traspasar las competencias relativas a las prisiones y el sistema de justicia penal a un Ministerio de Justicia de nueva creación, en la actualidad dirigido por Jack Straw. Esto dejó al Ministerio de Interior (HO) con unas competencias similares a las de los Ministerios de Interior de los demás Estados miembros de la UE, abarcando básicamente las siguientes áreas de seguridad interna: control y prevención de la delincuencia, lucha antiterrorista, inmigración y asilo, servicios de policía y el servicio de seguridad MI5.[11]

Un rasgo importante de estos cambios ha sido la creación de una estructura de gobernanza más claramente enfocada para la aplicación de la política británica antiterrorista. A su cabeza se sitúa un Comité Ministerial sobre Seguridad y Contraterrorismo (al que Gordon Brown denomina Comité Nacional de Seguridad), presidido por el primer ministro y que se reúne de forma mensual. También se celebra de forma semanal una sesión informativa sobre seguridad, presidida por el ministro de Interior. Además, Gordon Brown se ha salido del círculo habitual de lores y diputados de partido para competencias específicas en este ámbito y ha nombrado a un almirante retirado con experiencia en la esfera de la inteligencia, Lord West of Spithead, secretario de Estado con competencias específicas de seguridad y contraterrorismo, y a un ex comisionado de la Policía Metropolitana, Lord Stevens, su asesor en materia de terrorismo internacional.[12] Dentro del Ministerio de Interior (HO), lo que anteriormente había sido la Unidad de Protección contra el Terrorismo, bastante poco destacada y posteriormente perdida de vista dentro del abanico general de la “prevención del crimen y la protección de la comunidad”, se reconvirtió en Oficina para la Seguridad y la Lucha Antiterrorista (Office for Security and Counter Terrorism, OSCT), cuyos objetivos declarados son: “… dotar de un nuevo impulso y de mayor cohesión y capacidad estratégica a nuestra lucha contra el terrorismo…” y “… aplicar un sistema incluyente e integrado con una verdadera rendición de cuentas a nivel político”.[13] Al mando de la Oficina para la Seguridad y la Lucha Antiterrorista está un funcionario con categoría de director general, Charles Farr, antiguo funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores y de la Commonwealth que ha ocupado altos cargos en el ámbito de la seguridad y el contraterrorismo desde 2003. Se dice que, “... según fuentes de Whitehall, es actualmente la principal figura en la determinación del Gobierno de elaborar estrategias de lucha contra el terrorismo internacional”.[14] Además, quizá subrayando las aspiraciones que se tienen para la nueva función de Farr, se ha reducido la categoría del hasta entonces poderoso secretario permanente de Seguridad, Inteligencia y Respuesta de la Oficina del Gabinete hasta situarla por debajo de la de secretario permanente. Las consecuencias de esos objetivos y cambios son que, desde el 11-S, a pesar de las mejoras en la capacidad británica de lucha contra el terrorismo y los éxitos operativos en ese ámbito, se han observado deficiencias en la gestión y la supervisión centrales del contraterrorismo.

El nuevo énfasis en un liderazgo central, frente a la tendencia de perseguir iniciativas que acaparen los titulares, algo que caracterizó a la Administración Blair, se repite también en el mandato de la nueva Unidad de Investigación, Información y Comunidades (Research, Information and Communities Unit, RICU) del Ministerio de Interior. Dicho mandato consiste en “... encabezar un planteamiento nacional e internacional sin fisuras para combatir los factores ideológicos y de otra índole que empujan a grupos e individuos al extremismo”.[15] La Unidad de Investigación, Información y Comunidades responderá ante un Consejo Ministerial de Supervisión integrado por miembros del Ministerio de Interior, el Ministerio de Asuntos Exteriores y el Departamento para las Comunidades y el Gobierno Local. Tanto la Oficina para la Seguridad y la Lucha Antiterrorista como la Unidad de Investigación, Información y Comunidades parecen suponer, prima facie, avances potencialmente considerables, puesto que dispondrán de recursos presupuestarios para poder contratar a unos 100 empleados más “… procedentes de muy diversos entornos y disciplinas”.[16] Dicho esto, si la Oficina para la Seguridad y la Lucha Antiterrorista y la Unidad de Investigación, Información y Comunidades quieren cumplir sus mandatos de forma eficaz es necesario que los demás departamentos y agencias reconozcan y apoyen activamente su papel de liderazgo o coordinación.[17] En este contexto de cambios estratégicos y sistémicos en la aplicación de la política antiterrorista británica, el presente documento analizará las consecuencias de los tres intentos de atentado con coche bomba y posteriormente pasará a analizar los vínculos entre esos incidentes y las propuestas presentadas por el primer ministro en la “Declaración sobre seguridad” que pronunció ante el Parlamento el 25 de julio.

Los intentos de atentado con coche bomba en el centro de Londres y el aeropuerto de Glasgow (junio de 2007)

La utilización de Artefactos Explosivos Improvisados en Vehículos no fue una sorpresa; era uno de los posibles medios de perpetrar atentados suicidas señalados en la respuesta policial del Reino Unido a los atentados del 11-S. En los manuales policiales de respuesta a atentados suicidas se establecieron contramedidas tácticas, “Kratos” para los atentados sorpresa y “Clydesdale” para situaciones en que pudiera disponerse de alguna información de inteligencia previa.[18] Esas medidas se modificaron tras los atentados del 21 de julio y la posterior muerte por la policía de un sospechoso de terrorismo suicida, Jean Charles De Menezes, que resultó ser totalmente inocente. Para la Policía Metropolitana, “Operación Kratos” es actualmente un nombre genérico para referirse a atentados terroristas en que puedan intervenir terroristas suicidas. Dentro de “Kratos” figuran la “Operación Andrómeda”, para “dar respuesta a un avistamiento espontáneo por un miembro de la opinión pública de un sospechoso de terrorismo suicida”, la “Operación Beach”, para “operaciones encubiertas encabezadas por los servicios de inteligencia para localizar y arrestar a personas sospechosas de participar en actos de terrorismo”, y la “Operación Clydesdale”, para “casos en que existan datos de inteligencia o una amenaza creíble de que vaya a producirse un atentado suicida durante un evento planeado por anticipado”.[19] También se adoptaron medidas de prevención contra este tipo de artefactos, como el uso de barreras “Corus” en torno a sitios clave como el Parlamento.[20]

La inteligencia también permitió llevar a buen término la “Operación Crevice”, que consiguió, en marzo de 2004, frustrar los planes de utilizar 600 kg de un fertilizante a base de nitrato de amonio para fabricar artefactos explosivos. El artefacto explosivo que pudiera haberse fabricado a partir de ese nitrato podría haberse empleado, entre otras cosas, para la colocación de un Artefacto Explosivo Improvisado en un Vehículo a la salida de una discoteca de Londres o en un centro comercial, o para atentar contra la red de gas. En marzo de 2006 fueron llevados a juicio siete individuos de nacionalidad británica y etnia paquistaní, con edades comprendidas entre los 19 y los 31 años y procedentes de Crawley, Luton e Ilford, en las afueras de Londres.

El 30 de abril de 2007, cinco de esos hombres, Omar Khayam, Waheed Mahmood, Jawal Akbar, Salah Uddin Amin y Anthony García, fueron condenados a cadena perpetua por delitos relacionados con conspiración para causar explosiones y atentar contra la vida. Los otros dos fueron absueltos. El subcomisionado adjunto Peter Clarke, jefe del Mando Antiterrorista de la Policía Metropolitana y coordinador nacional para Investigaciones Terroristas (NCTI, por sus siglas en inglés), dijo de los condenados: “No eran un grupo de jóvenes idealistas. Eran individuos entrenados, decididos, despiadados... Era la primera vez, desde el 11-S, que en el Reino Unido veíamos a un grupo de británicos decididos a cometer una masacre entre sus conciudadanos”.[21]

Una de las características de los intentos de atentado con coche bomba de 2007, los atentados de Londres del 7 y el 21 de julio de 2005 y la “Operación Crevice” es que algunos de los implicados figuraban en la base de datos del MI5 pero no se consideraban en ese momento objetivos de supervisión importantes, ni como sospechosos ni como colaboradores de sospechosos, algo que ha provocado especulación mediática sobre si podrían haberse evitado los atentados de Londres de 2005 y los intentos de atentado en Londres y Glasgow de 2007. La información que, según el material de los juicios, las autoridades tenían de los sospechosos justificaría esa pregunta. Sin embargo, la crítica debería situarse en el contexto de las presiones a las que se ven sometidos los recursos de que disponen los servicios de inteligencia y la policía en un momento en que la magnitud del problema queda claramente reflejada en las cifras oficiales. En su “Declaración” del 25 de julio, el primer ministro Brown declaró ante la Cámara de los Comunes que las actuales operaciones de contraterrorismo abarcaban 30 tramas conocidas y el seguimiento más de 200 agrupaciones o redes, con aproximadamente 2.000 sospechosos en total.

Independientemente de esto, ha quedado claramente demostrado que ninguno de los individuos vinculados con los atentados de Londres de 2005 o los intentos de atentado con Artefactos Explosivos Improvisados en Vehículos de Londres y el aeropuerto de Glasgow en junio de 2007 figuró en ningún momento, más que de forma periférica, en esas 30 tramas y más de 200 agrupaciones de las que las agencias de contraterrorismo tenían conocimiento.[22] Aunque dos semanas antes de los intentos de atentado de 2007 las discotecas y otros comercios fueron alertados mediante la distribución de un documento de 53 páginas sobre los Artefactos Explosivos Improvisados en Vehículos como posible amenaza terrorista, esta medida fue más que nada una medida rutinaria de concienciación.

En resumen, la información de que dispone la opinión pública es que, en primer lugar, en la noche del 29 al 30 de junio de 2007, se abandonó a la salida de la discoteca Tiger Tiger del Haymarket, en el centro de Londres, un Mercedes plateado con 600 litros de gasolina, clavos y bombonas de gas propano y que, posteriormente, se descubrió otro Mercedes azul con una mezcla explosiva similar en Cockspur Street. También se ha empleado gas propano en artefactos explosivos improvisados empleados recientemente en Irak.[23] Los coches se descubrieron por casualidad, lo que provocó que se avisara a los servicios de emergencia y al personal de desactivación de explosivos, que logró inutilizar el contenido de ambos vehículos. Según la información disponible, estaba previsto hacer explotar ambos coches mediante teléfonos móviles. Posteriormente, en la tarde del 30 de junio, en Escocia, dos hombres condujeron un Jeep Cherokee cargado con una mezcla explosiva similar a la empleada en Londres hasta el edificio de la terminal del aeropuerto de Glasgow.[24] El vehículo ardió intensamente, a lo cual respondieron también los servicios de emergencia. Los dos hombres que conducían el Jeep eran Bilal Tula Ahmed Abdullah, médico iraquí de 27 años que trabajaba en el Royal Alexandra Hospital de Paisley, cerca de Glasgow, y Kafeel Ahmed, ingeniero indio de 27 años procedente de Bangalore. Los dos hombres se habían conocido en Cambridge y puede que mantuvieran vínculos con un mismo grupo religioso en esa ciudad, así como con alguna otra forma de ideología religiosa minoritaria de alguna otra región, como las existentes en Bangalore. En el intento de atentado de Glasgow, Kafeel Ahmed se prendió fuego a sí mismo y sufrió graves quemaduras que posteriormente le provocaron la muerte. La policía ha declarado a esos dos hombres principales sospechosos de los tres atentados fallidos con Artefactos Explosivos Improvisados en Vehículos. El 6 de julio, Bilal Abdullah fue acusado de conspiración para causar explosiones que pudieran hacer peligrar vidas humanas.

A raíz de posteriores investigaciones, el Dr. Sabeel Ahmed de Liverpool, de 26 años de edad y hermano de Kafeel Ahmed, fue acusado el 14 de julio de ocultar información que podría haber llevado a la detención policial de un sospechoso de terrorismo. Por otro lado, tras ser detenido en la autopista M26 en Cheshire, el Dr. Mohammed Asha, jordano de 26 años que trabajaba en el Royal Shrewsbury Hospital, fue acusado de conspiración para causar explosiones. Junto a él se detuvo también a su mujer, una jordana de 27 años que trabajaba como técnico de salud en el mismo hospital. En Brisbane, Australia, se detuvo al primo segundo de Safeel Ahmed, a quien posteriormente se puso en libertad y se permitió regresar a Bangalore. También se detuvo a dos médicos en prácticas del Royal Alexandra Hospital de Paisley, que posteriormente fueron puestos en libertad sin cargos. El material forense recuperado de los dos Mercedes, especialmente los teléfonos móviles, facilitaron el buen ritmo de la investigación tras los incidentes.

La “Declaración” del primer ministro el 25 de julio de 2007

Aunque la “Declaración” del primer ministro se produjo con posterioridad a los tres intentos de atentado con Artefactos Explosivos Improvisados, refleja claramente un proceso de examen de las prioridades estratégicas del Reino Unido en la lucha antiterrorista que se remonta a mucho antes. Sin duda, el contenido de la “Declaración” también se vio, en parte, influido por la ingente cantidad de información que se presentó como prueba en cuatro causas de terrorismo que concluyeron en julio de 2007, con condenas en todos los casos. El 5 de julio de 2007 tres hombres fueron condenados a un total de 24 años de prisión tras admitir los cargos de incitar a la comisión de asesinatos terroristas a través de Internet. Su intención era incitar y reclutar a terroristas suicidas para matar “infieles”. El 6 de julio de 2007, Omar Altimi, de Bolton, Lancashire, fue condenado a nueve años de prisión por seis delitos tipificados en la Ley de Terrorismo de 2000 (Terrorism Act 2000). Al comentar el caso, el Superintendente Detective Jefe declaró que el acusado: “… da la impresión de haber permanecido ‘durmiente’, viviendo en las sombras y preparándose para actuar… Contaba con apoyo y mantenía vínculos con terroristas de todo el mundo”. Algo sumamente importante, el 12 de julio de 2007, cuatro hombres fueron condenados a penas de 40 años de prisión como mínimo por su participación en la planificación del atentado perpetrado en Londres el 21 de julio de 2005. Por último, el 26 de julio de 2007, cinco estudiantes fueron condenados por tener en su poder materiales con fines terroristas. Su intención era recibir adiestramiento terrorista en campos de entrenamiento de Afganistán o Pakistán. Esos casos pusieron de manifiesto, entre otras cosas, la existencia de vínculos internacionales, el uso de Internet con fines terroristas y el solapamiento, en algunos casos, de la delincuencia terrorista con la no terrorista.

Algunos de los 15 puntos de la alocución ya se han analizado con anterioridad, en el apartado “Estrategia y estructura”. En este apartado se analizarán algunos aspectos más genéricos del contraterrorismo que se plantearon en la alocución y se señalará de qué forma pueden guardar relación con incidentes como los atentados fallidos con Artefactos Explosivos Improvisados en Vehículos. Dada la controversia que rodea la idea de la existencia de un vínculo entre los informes de inteligencia y la presentación política que se hizo del dossier sobre las armas de destrucción masiva en Irak, el Gobierno ha respondido al Informe Butler[25] aclarando el papel del funcionario que ocupa el puesto de presidente del Comité Conjunto de Inteligencia. En su alocución, Brown manifestó lo siguiente: “… el presidente del Comité Conjunto de Inteligencia será responsable únicamente de proporcionar a los ministros valoraciones independientes al proceso político y mejorar la eficacia del análisis de inteligencia a nivel de gobierno”.[26] Esta medida debería contribuir también al mantenimiento de un enfoque bipartidista para el problema del terrorismo internacional. En una línea similar, el primer ministro mencionó en su “Declaración” un proceso de consultas sobre el refuerzo y el aumento de la transparencia de los procesos de rendición pública de cuentas del Comité parlamentario de Inteligencia y Seguridad que supervisa las tres agencias británicas de seguridad e inteligencia.

La cuestión de la existencia de vínculos internacionales, que se hace evidente, por ejemplo, en las pruebas presentadas en el juicio de los atentados de Londres del 21 de julio, la “Operación Crevice” y los antecedentes de los detenidos en los presuntos atentados fallidos con coches bomba, es el centro de una serie de propuestas de iniciativas de intercambio de información. En primer lugar, el Gobierno propone apoyar aún más el intercambio de información entre distintas bases de datos de la UE, así como el intercambio bilateral de información entre Estados miembros de la Unión. Con esa iniciativa el Gobierno británico expresa claramente su apoyo al nuevo “principio de disponibilidad” comunitario, afirmando que promoverá la integración de todas las bases de datos de antecedentes penales de la UE. Este punto está vinculado también con la propuesta del Gobierno británico de destinar 5 millones de libras a vincular su “lista de seguimiento” (watch list) con la base de datos de documentos perdidos y robados de la Interpol. Además, el hecho de que se destaque la existencia de vínculos entre la delincuencia terrorista y la no terrorista podría interpretarse, en parte, como una reflexión acerca del problema que plantea la existencia de posibles “lagunas” en los flujos de información entre las agencias de inteligencia y la policía, algo ya mencionado con anterioridad. Concretamente, en un documento de consulta del Ministerio de Interior en que se hace referencia, en parte, a la cuestión de las competencias de intercambio de datos de las agencias de inteligencia, se apunta a que se propondrá legislación para “…dotar a las agencias de seguridad e inteligencia de la misma situación legal que la Agencia para la Lucha contra la Delincuencia Organizada [Serious and Organised Crime Agency, SOCA] en cuanto a su capacidad de obtener y revelar información”.[27] Y, en segundo lugar, aprovechando los vínculos entre los G6 de la UE, el primer ministro anunció que el 7 de julio se había creado un Grupo de Trabajo Conjunto con Francia y Alemania para “… compartir las experiencias británicas e idear formas de desenmascarar y derrotar el terrorismo”.[28]

Por lo que respecta al sistema británico antiterrorista, en la “Declaración” del primer ministro se destacan tres cuestiones muy importantes susceptibles de una mayor consulta pública. En primer lugar, hay que seguir analizando si se permitirá o no el uso de pruebas obtenidas de interceptaciones en los juicios. En segundo lugar, de nuevo en relación con la complejidad que presentan las investigaciones de casos de terrorismo con vínculos internacionales, el Gobierno pretende llevar a cabo consultas sobre la posibilidad de ampliar el actual período de detención sin cargos más allá de los 28 días permitidos en la actualidad.[29] Y en tercer lugar, el Gobierno está analizando incluso si existen prácticas que puedan transferirse o lecciones que puedan aprenderse del sistema francés de jueces de instrucción que se aplica a las investigaciones francesas de casos de terrorismo.[30]

Otra serie de medidas, en forma de propuestas legislativas, reflejan tanto un mayor conocimiento de las actividades terroristas como las complejidades de los procesos de investigación. Por ejemplo, por lo que respecta a la revelación de estados financieros, el apartado 1.b del artículo 19 de la Ley de Terrorismo de 2000 se modificará para incluir a las entidades de carácter benéfico entre los órganos y las profesiones obligados a revelar transacciones sospechosas, y se tratará de conseguir una base jurídica para crear una fuente de muestras de ADN “unificada”, gestionada por la policía y a la que pueda acceder el MI5, así como más controles jurídicos sobre los sospechosos de querer viajar al extranjero con fines terroristas. Por último, el Gobierno legislará para modificar la definición de terrorismo que figura en el artículo 1 de la Ley de Terrorismo de 2000 de forma que incluya “… el terrorismo por motivos raciales o étnicos”.[31]

Conclusiones: Los intentados fallidos con Artefactos Explosivos Improvisados en Vehículos de junio de 2007 han puesto de manifiesto que las valoraciones iniciales que el Reino Unido había hecho del posible abanico de amenazas representadas por el terrorismo islamista estaban bien fundadas. Las estructuras y estrategias de respuesta a esa amenaza terrorista son de naturaleza claramente dinámica y reflejan tanto los intentos de corregir las deficiencias estructurales existentes (entre ellas los problemas de coordinación entre los distintos departamentos y agencias) como las medidas encaminadas a aprobar mayores competencias jurídicas en materia de contraterrorismo en aquellas áreas en que las investigaciones o los problemas experimentados en las operaciones de lucha antiterrorista hayan revelado “lagunas” en la legislación. Los atentados fallidos de junio de 2007 y los datos de que se dispone sobre los antecedentes de los individuos que han sido llevados a juicio recientemente, acusados de delitos relativos al terrorismo, ponen de manifiesto que el Reino Unido se enfrenta a posibles amenazas terroristas procedentes de autores o sospechosos con antecedentes muy diversos: de nacionalidad británica, de nacionalidad no británica con distinto estatus de residencia o inmigrantes recientes. La influencia de diversas fuentes de “radicalización” existentes en las comunidades o los grupos islámicos es sin duda un factor de motivación permanente y supondrá un desafío importante para el Plan de Acción gubernamental Preventing Violent Extremism: Winning Hearts and Minds.

Frank Gregory, catedrático de Seguridad Europea y titular de la cátedra Jean Monnet en Integración Política Europea de la Escuela de Ciencias Políticas, Universidad de Southampton.


NOTAS:

[1] Véanse los documentos previos del autor sobre la respuesta británica al terrorismo tras el 11-S publicados por el Real Instituto Elcano: ARI nº 94/2005, Documento de Trabajo nº 9/2006 y ARI nº 106/2006.

[2] Véanse la “Declaración sobre seguridad” de Gordon Brown al Parlamento, de 25 de julio de 2007, y la carta dirigida por Ruth Kelly, diputada y secretaria de Estado para las Comunidades y el Gobierno Local, al presidente del Comité Conjunto de Derechos Humanos de la Cámara de los Lores y de los Comunes, de 27 de junio de 2007, 19 Informe del Comité Conjunto de Derechos Humanos de la Cámara de los Lores y de los Comunes, período de sesiones 2006-2007, Counter-Terrorism Policy and Human Rights: 28 Days, Intercept and Post-charge Questioning, HL 157 y HC 394, Ev. 67-8 7, The Stationery Office, Londres, 30/VII/2007.

[3] “Declaración” del primer ministro, op. cit.

[4] Véase C. Kelly, New Border and Immigration Agency Gets Started, último acceso el 14/VIII/2007, y The Times, 26/VII/2007.

[5] “Declaración” del primer ministro, op. cit.

[6] Gran Comité de la Cámara de los Lores, UK Borders Bill, Cámara de los Lores, Col. GC36, 2/VII/2007.

[7] The Times, 27/VII/2007. Existe un problema similar con otras ocupaciones, como el profesorado, con grandes retrasos en los controles de seguridad.

[8] Ibid.

[9] Para “Contest”, véase: Gobierno de Su Majestad, Countering International Terrorism: The United Kingdom Government Strategy, Cm. 6888, The Stationery Office, julio de 2006, y también New Security and Counter-Terrorism Science and Innovation Strategy, 11/VI/2007, último acceso el 25/VII/2007.

[10] “Declaración” del primer ministro, op. cit.

[11] Para acceder a información sobre la división del Ministerio de Interior véase, por ejemplo, The Independent, 30/III/2007.

[12] Véase el informe de BBC News de 29/VI/2007.

[13] Véase la carta dirigida por John Reid, diputado y ministro de Interior, al presidente del Comité Conjunto de Derechos Humanos de la Cámara de los Lores y de los Comunes, 19 Informe del Comité Conjunto de Derechos Humanos de la Cámara de los Lores y de los Comunes, período de sesiones 2006-2007, Counter-Terrorism Policy and Human Rights: 28 Days, Intercept and Post-charge Questioning, HL 157 y HC 394 H, Ev. 64, 4, The Stationery Office, Londres, 30/VII/2007.

[14] The Times, 30/VIII/2007.

[15] Ibid.

[16] Ibid.

[17] Los informes iniciales de los “usuarios” de la Oficina para la Seguridad y la Lucha Antiterrorista son positivos: información del grupo de trabajo del Comité de Terrorismo y Cuestiones Conexas de la Asociación de Oficiales Jefe de Policía (ACPO TAM), el ESRC y la Universidad de Southampton celebrado los días 25 y 26 de septiembre de 2007.

[18] Véase Asociación de Oficiales Jefe de Policía (ACPO), The Police Service Response to the Threat Posed by Suicide Terrorism, análisis del Comité sobre Uso de Armas de Fuego de la Asociación de Oficiales Jefe de Policía, marzo de 2006.

[19] Informe nº 8 del Comisionado de la Policía Metropolitana para la Autoridad de la Policía Metropolitana : Events of July 2005 – MPS Response to Suicide Terrorism – Update, 23/II/2006, último acceso el 10/IX/2007.

[20] Para obtener información sobre las barreras “Corus”, véase New Scotland Yard Selects Corus Bi-Steel for Perimeter Security Wall,, último acceso el 31/VIII/2007.

[21] Véase Operation Crevice: Metropolitan Police Service Statement, último acceso el 17/VIII/2007, y también Five Convicted of UK Bomb Plot, Ministerio de Interior, 30/IV/2007, último acceso el 17/VIII/2007.

[22] “Declaración” del primer ministro, op. cit. Véase también el comentario detallado del MI5 sobre los niveles de información de inteligencia disponibles sobre diversos individuos vinculados a una serie de tramas concretas: Rumours and Reality: Facts Behind the Myths, último acceso el 17/VIII/2007.

[23] News, NBC International, otoño de 2007, p. 7.

[24] Véase la declaración a la Cámara de los Comunes de la ministra de Interior, Jacqui Smith, Hansard, 2/VII/2007, Cols. 671 y 672, y véase también Security Incidents Updates – Metropolitan Police Service, 3/VII/2007, último acceso el 17/VIII/2007, y The Times, 30/VI/2007.

[25] “Declaración” del primer ministro, op. cit. Véase también el Informe del Comité de Consejeros Privados de la Reina, Review of Intelligence on Weapons of Mass Destruction, presidente Lord Butler [en lo sucesivo, el “Informe Butler”], HC 898, The Stationery Office, Londres, julio de 2004.

[26] Ibid.

[27] Ministerio de Interior, Possible Measures for Inclusion in a Future Counter-terrorism Bill, 25/VII/2007, párrafos 29 a 31.

[28] “Declaración” del primer ministro, op. cit. Parece que las autoridades alemanas se sirvieron de esos vínculos para desbaratar, recientemente, un importante plan para atentar con una bomba a base de peróxido de hidrógeno; véase The Times, 6/IX/2007.

[29] Ministerio de Interior, documento de consulta sobre la detención sin presentación de cargos, julio de 2007.

[30] Ministerio de Interior, Terrorist Investigations and the French Examining Magistrates System, julio de 2007.

[31] “Declaración” del primer ministro, op. cit.