Andalucía, esperanza de España

Ayer fue un día histórico para Andalucía. El Parlamento eligió a quien es ya el séptimo presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno. Tras 40 años de democracia y la celebración de 11procesos electorales autonómicos, Andalucía inauguraba la alternancia, una señal inequívoca de salud democrática y un motivo de esperanza para quienes creemos que, con planteamientos serios, con políticas distintas, Andalucía puede ser una de las regiones más prósperas de Europa. Nuestra tierra puede ser todo lo que merece ser.

El presidente del Partido Popular del PP andaluz lidera este cambio histórico. Lo ha hecho con un discurso en el que ha apelado al diálogo sincero, propio de quien es consciente de que los grandes cambios solo pueden fundamentarse sobre la base de grandes consensos. Y lo ha hecho también con la determinación de quien no renuncia a sus objetivos de hacer de Andalucía un motor de dinamismo, crecimiento y empleo, tanto como un referente de defensa de la unidad de España. De sumar para alcanzar metas comunes.

En este tiempo, desde la celebración de las elecciones, el Partido Popular y los partidos que le han apoyado en la investidura han dado muestra de esa voluntad de sumar. Porque para sumar, es mejor centrarnos en lo que nos une que en aquello que nos separa. Porque no tenemos un minuto que hacerles perder a los andaluces y tenemos que ser capaces de acordar para lograr avanzar. Eso ha hecho Juan Manuel Moreno, alcanzando los pactos necesarios para lograr el cambio imprescindible, sin opacidades, sin dobleces y con transparencia en la hoja de ruta que se presenta para Andalucía.

Y esa voluntad de diálogo va más allá, más lejos y más hondo. Porque el cambio que necesita Andalucía requiere la colaboración de la sociedad civil. Los agentes sociales, las pymes, los autónomos, los empleados públicos, las familias, la economía social, tienen ahora la mejor oportunidad para contribuir a un cambio integral y en positivo para Andalucía. Que no deje a nadie atrás y que traiga un mejor futuro para todos.

Porque situar a las personas en el centro es la clave de ese giro copernicano en la política andaluza que representa el Partido Popular y que traerá consigo el nuevo presidente de la Junta. Él lo sabe bien porque así ha fraguado su trayectoria. Lo ha demostrado gestionando las políticas sociales desde la máxima responsabilidad en un momento difícil. Lo ha venido haciendo en Andalucía en su labor de oposición, escuchando, atendiendo y compartiendo los problemas de la Andalucía real, la Andalucía más acostumbrada a pisar el albero que las alfombras de San Telmo.

Por eso es la persona más adecuada para liderar el preciso cambio de enfoque, de pasar de una Junta de Andalucía pagada de sí misma y costeada por los andaluces, a una Administración que sirva a las personas y genere oportunidades para todos. Y para eso tiene que compartir su protagonismo con una sociedad civil que, siempre que se han dado las condiciones, ha dado muestra de un intenso dinamismo. Ése es el cambio conciliador que representa Juan Manuel Moreno. Un cambio de Gobierno que cuenta con la sociedad andaluza en sentido amplio. Un cambio profundo, construido entre muchos, con ambición pero con humildad, con mucho trabajo por delante, pero también con una nueva ilusión en el futuro.

Ahora toca empezar a orear la casa común. Y para eso se han acordado más de una veintena de medidas en materia de regeneración democrática y transparencia, a través de una profunda auditoría y modernización de la Junta de Andalucía.

De hecho, la auditoría, control y evaluación de las cuentas públicas son condiciones necesarias para que Andalucía pueda llevar a cabo una auténtica revolución fiscal centrada en la rebaja de impuestos, que sitúe nuestra tierra en un polo de inversión, crecimiento empresarial y creación de empleo.

Si en estas décadas, en un entorno tan desfavorable al emprendimiento, con impuestos altos y un sinfín de trabas y cargas administrativas, son innumerables las historias de éxito, es fácil imaginar lo que podremos lograr trabajando con el foco puesto en la competitividad, el crecimiento y el empleo de calidad.

En Andalucía reside un espíritu emprendedor inagotable que, sin duda, en un entorno favorable a la actividad económica se va a convertir en un motor de crecimiento en sectores tan potentes como la industria, desde la vertiente agroalimentaria a las innovaciones tecnológicas, el potencial del sector turístico, las energías renovables o el gran patrimonio que supone el valor incalculable de nuestra cultura andaluza, en todas sus manifestaciones.

A partir de ahora Andalucía puede encarar nuevos horizontes y dejar atrás las rémoras que han frenado su actividad productiva. Para apostar por una educación pública que mira a la excelencia y la libertad de elección; para incrementar la inversión en I+D+i y asimilarla a la de los países europeos; impulsar la competitividad, estimular la generación de nuevos nichos de crecimiento, respaldar el emprendimiento y las start-up, tomar posiciones de liderazgo en la digitalización de la economía, o fomentar la internacionalización y la exportación como motor de crecimiento.

Y sobre todo Andalucía se fija como referencia en su horizonte el empleo. Porque el empleo es la mayor herramienta de transformación social. Transforma vidas, hace posible proyectos personales, familiares y sociales. Es, en definitiva, el motor de la economía real y la mejor garantía para mejorar la vida de las personas.

El empleo pone en marcha los círculos virtuosos y a través del incremento de la recaudación permite financiar servicios públicos de calidad, la reducción de las listas de espera en el sistema andaluz de salud o la implementación del programa de bilingüismo en todos los centros educativos. Pero, sobre todo, es la respuesta estratégica para competir con todo el talento andaluz en un entorno global cada vez más competitivo. Andalucía puede así desplegar todo su potencial y convertirse, creando empleo, en una de las más firmes fortalezas de la economía española.

Andalucía es una de las comunidades más extensas de España. La más poblada y la que tiene más personas en edad de trabajar. No ha logrado, sin embargo, situarse entre las que más oportunidades de empleo genera en nuestro pais. El cambio de gobierno en Andalucía supone una ocasión única para impulsar económicamente una región y sobre todo potenciar su capacidad de crear empleo. Apostar por el talento desde las aulas y en todas las direcciones, a través de la conciliación y la corresponsabilidad, el emprendimiento, la Formación Profesional Dual y el compromiso firme con la contratación estable.

Los andaluces han decidido con su voto abrir esta posibilidad y comenzar a ser protagonistas de su futuro. Algo que nos tiene que llenar de esperanza. La inoperancia que hasta ahora se ha manifestado en la falta de determinación para ejecutar políticas de empleo, los problemas en la prestación de servicios públicos, las deficientes políticas educativas o la ausencia de política de emprendimiento son reversibles. Andalucía tendrá ahora un Gobierno autonómico preparado a afrontar reformas que lo hagan posible. Y una sociedad dispuesta a aprovechar las oportunidades.

Ése es el objetivo del nuevo presidente de la Junta, junto a un gran equipo de profesionales: un proyecto transformador por el empleo, el bienestar y el progreso. Los andaluces compartimos esa ambición, esa esperanza, convencidos de que nuestros deseos de cambio y mejora pueden cumplirse.

La esperanza es lo que ha motivado el cambio y lo que subyace en él. Andalucía ha dicho basta. Ha dicho basta de conformismo y de recetas experimentadas hasta la saciedad, que no terminan de funcionar. Basta de eslóganes vacíos y de complejos infundados. Somos una tierra que merece representar los mejores valores de nuestro país, que defendemos como propios. Que defendemos la España real que vivimos y sentimos.

España como una sociedad viva en torno a la familia, con vocación de progreso y capacidad de superación. La España honesta, trabajadora, resiliente que ha dado, durante la peor crisis de su historia democrática, lo mejor de sí misma.

Andalucía es y puede ser el mejor reflejo de esta España. Lo será aún más cuando libere todo su potencial económico, social y político, cuando convierta todo su potencial en un motor de prosperidad, cohesión y fortaleza en un país de ciudadanos libres e iguales.

Merecemos esta oportunidad. La oportunidad de demostrar a quien no lo sepa de lo que somos capaces los andaluces si nos dejan.

Como dice nuestro himno: "sea por una Andalucía libre, España y la humanidad"

Fátima Báñez, ex ministra de Empleo, es diputada del PP por Huelva.

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