Ante la beatificación de Juan Pablo II El Grande

Fue el mismo Juan Pablo II quien dijo que la Iglesia, la única Iglesia de Jesucristo, respiraba por dos pulmones: el de Oriente y el de Occidente. Roma es el signo de la unidad, y con el obispo de esa diócesis, la de Pedro, todas las demás iglesias locales se sienten vinculadas por una tal comunión que la Iglesia católica universal se llama también romana. Aunque sea única y completa la Iglesia, la que vive en Roma, en Corinto, en Bagdad, en Andalucía...

¿Qué huella, qué recuerdo ha dejado Juan Pablo II en Andalucía? ¿Cómo entendía Juan Pablo II la vida de la Iglesia y a las gentes de Andalucía? En dos ocasiones, 1982 y 1993, el Papa Wojtyla visitó esta región. Pero también la Iglesia andaluza estuvo en Roma con el Papa. Los santos andaluces, por otra parte, intermediarios, en el momento de su canonización, entre Andalucía y el magisterio de Juan Pablo II.

En el programa de la visita papal a España, noviembre de 1982, figuraban dos actos en Andalucía. La beatificación de Sor Ángela de la Cruz en Sevilla y el Encuentro con educadores cristianos en Granada. No hay que olvidar que Sevilla y Granada son las diócesis cabeza de las provincias eclesiásticas andaluzas.

El día 5 de noviembre de 1982, Juan Pablo II estaba en Sevilla para beatificar a Sor Ángela de la Cruz y ofrecer este mensaje a las iglesias andaluzas.

Andrés Manjón y la Escuelas del Ave María son uno de los mejores capítulos de la historia de la educación en Andalucía. Juan Pablo II se encontraría con los educadores en la fe y en Granada.

Con motivo de la Exposición Universal, Sevilla 1992, se había invitado al Papa a visitar tan importante muestra. La Santa Sede respondió que el Santo Padre estaría en Sevilla y Huelva en el año 1993, para presidir los actos del Congreso eucarístico internacional y la coronación de la Señora de los Milagros, en La Rábida. Entre los días 12 y 13 de junio de 1993 rezaría el ángelus desde el balcón de la Giralda, ordenaría sacerdotes en el polideportivo municipal, presidiría la adoración eucarística en la Catedral y la clausura del 45 Congreso eucarístico internacional, e inauguraría las obras caritativas y sociales ofrecidas con motivo del Congreso eucarístico.

La jornada del 14 de junio de 1993, Juan Pablo II la dedicó por entero a Huelva, celebrando la Eucaristía junto a la Señora de la Cinta, coronando la imagen de Nuestra Señora de los Milagros en La Rábida y presidiendo la celebración Mariana en el santuario de Nuestra Señora del Rocío.

Las visitas «ad limina» de los obispos de las provincias eclesiásticas de Granada y Sevilla serían una ocasión privilegiada para el encuentro con Juan Pablo II. El Papa recibiría los informes correspondientes de los obispos andaluces y, como es habitual, dirigiría también su mensaje a las diócesis de Andalucía. Tres han sido las visitas «ad limina» que realizaron los obispos andaluces durante el pontificado de Juan Pablo II: en enero de 1982, en noviembre de 1991 y en junio de 1998. Estaba prevista también la visita en 2005, que no llegó a realizarse por la enfermedad de Juan Pablo II.

Andalucía ha estado presente en el magisterio de Juan Pablo II. Recogiendo las distintas intervenciones de Juan Pablo II, tanto en sus visitas a Andalucía como en el encuentro con los obispos de las provincias de Granada y Sevilla en Roma, así como en ocasión de canonizaciones y beatificaciones de santos y beatos andaluces, estos son los puntos que podemos destacar de lo que Juan Pablo II quiso decir a la Iglesia de Andalucía.

Las catequesis de Juan Pablo II en sus visitas a Andalucía y en los diversos momentos en los que ha tenido que intervenir en asuntos relacionados con esta región podemos resumirlas en cuatro capítulos: situación de Andalucía, la Iglesia en Andalucía, compromiso de evangelización, atención al laicado, religiosidad popular y santidad.

El Papa hablaría de Andalucía como región de muy antigua cultura, donde se fraguó la unidad nacional y salieron las naves del descubrimiento de América. De los múltiples desafíos, actuales y futuros, a la fe, de los problemas socioculturales, económicos, políticos, laborales... De los grandes valores religiosos de Andalucía, de la necesidad de llegar como Iglesia a todas las estructuras: familia, escuela, medios de comunicación... De la catequesis y formación religiosa de niños, jóvenes y adultos, como una de las tareas fundamentales. Del necesario conocimiento de la doctrina social de la Iglesia.

La religiosidad popular andaluza, con numerosas influencias culturales que le dan unas características propias, merece una atención continuada, respeto y cuidado, vigilancia para que los elementos menos perfectos se vayan purificando, fomentar en las hermandades una mayor formación cristiana y una más activa participación litúrgica y caritativa en la vida de la Iglesia. La devoción a la Virgen representa una vivencia clave en la religiosidad popular: hacer del Rocío una verdadera escuela de vida cristiana…

Durante el pontificado de Juan Pablo II muchos han sido los andaluces a los que se reconoce la virtud de modo extraordinario y se les inscribió en el libro de los santos. San Francisco Díaz de Écija, joven dominico martirizado en China. Ejemplo de dedicación al anuncio del misterio de Cristo. San Juan Grande. Patrono de la diócesis de Jerez. Amor a los necesitados, especialmente a los pobres, los enfermos, los afligidos, los que sufrían por cualquier causa. Santa Ángela de la Cruz. Con una dimensión caritativa y social a favor de los más necesitados y con un impacto enorme en la Iglesia y la sociedad andaluzas. Su nota distintiva, la sencillez, buscando la santidad en el servicio a los hermanos, y un gran espíritu de mortificación. San Pedro Poveda, que supo captar la importancia de la función social de la educación, realizó una importante tarea humanitaria y educativa entre los marginados y carentes de recursos.

El Beato Marcelo Spínola y Maestre. Obispo de Coria, de Málaga, y arzobispo y cardenal de Sevilla. Cumplimiento sacrificado de sus deberes episcopales. Amor y entrega los pobres. Preocupación por la formación de los humildes. Independencia eclesial. Encendido amor a Jesucristo. Profunda humildad personal. Beato Diego Ventaja Milán, obispo de Almería, y Beato Manuel Medina Olmos, obispo de Guadix, que fueron imagen viva del buen pastor que ama a las ovejas, no las abandona en el momento de peligro y da la vida por ellas. Beato Manuel González, obispo de Málaga y de Palencia. El obispo de los sagrarios abandonados y de una destacada acción educativa. Beata Victoria Díez y Bustos de Molina, abnegada maestra dentro de la espiritualidad de la institución teresiana. Beata Dolores Rodríguez Sopeña, que supo responder al reto de hacer presente la redención de Cristo en el mundo del trabajo. Beata Eusebia Palomino, hija de María Auxiliadora, con intensa espiritualidad y una profunda humildad en su vida diaria. También fueron beatificadas por Juan Pablo II otras personas insignes nacidas en Andalucía, pero menos conocidas en esta región.

Juan Pablo II estuvo en Andalucía, y el nombre y la vida de Andalucía estarían también presentes en el magisterio del ya próximo Beato Juan Pablo.

Por Carlos Amigo Vallejo, cardenal arzobispo emérito de Sevilla.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *