Así contenta a todos el Gobierno para asegurar su estabilidad

Solía contar Luis María Ansón la historia de los agradaores, esos aficionados a los que, años ha, contrataban los apoderados de los toreros para que le dijeran al diestro lo que este necesitaba oír tras la corrida.

Si la faena había sido un desastre, los agradaores clamaban contritos algo como "poco más se podía hacer con esas cabras escachifollás que le han sacao, maestro".

Si la faena había sido gloriosa, bramaban, brazo en alto, "hay que ver con qué arte ha echao usté la pata p'alante, maestro, no ha nacido otro con sus redaños".

Desde el punto de vista del torero, el agradaor tiene su equivalente en los diestros que torean "con el pico". Es decir, con el pico de la muleta, lo que permite mantener alejado al toro y ejecutar faenas vistosas, pero poco arriesgadas.

Enrique Ponce es el máximo exponente de toreo con el pico. Algo que no le ha impedido permanecer durante décadas en lo más alto de las preferencias de muchos aficionados.

El agradaor y el toreador con el pico tienen su equivalente futbolístico en el jugador tribunero, ese que regala a la grada los regates imposibles, los centros estratosféricos y los remates inverosímiles de un Balón de Oro, pero con la efectividad de un defensa de la liga turca.

Los tribuneros suelen agradar por su juego vistoso a niños y turistas japoneses, pero no engañan a los aficionados veteranos. Aquellos a los que no se compra con florituras de dibujos animados ni piruetas más propias del Bolshói que del Bernabéu.

Si por algo se ha caracterizado el Gobierno de PSOE y Podemos a lo largo de su año escaso de vida ha sido por replicar las tácticas de agradaores, toreros con el pico y tribuneros con aquellos sectores de la sociedad española –sindicatos, padres, ayuntamientos, nacionalistas, CEOE– capaces de poner en riesgo su estabilidad.

Estas han sido las 11 florituras con las que el Gobierno ha regalado los oídos de aquellos que han acudido a él con alguna exigencia, ya fuera esta justa o injusta.

1. La mesa de diálogo

La mesa de diálogo con el independentismo catalán ha sido el modelo de todas las florituras políticas que este gobierno ha regalado a la grada. En este caso, a la grada nacionalista.

Nadie, ni siquiera los propios separatistas, sabe a ciencia cierta si la mesa de diálogo es el paso previo a cambios políticos de calado en la forma política del Estado o un pasatiempo con el que mantener engañado al nacionalismo hasta un cambio de escenario político que les haga innecesarios para la estabilidad del Gobierno.

Pero ahí radica la maestría de la mesa de diálogo: máxima efectividad con la mínima certidumbre.

2. El déficit de los ayuntamientos

Después del rechazo del Congreso a la medida que permitía al Gobierno utilizar el remanente de los ayuntamientos, PSOE y Podemos decidieron dar un giro de 180 grados a su estrategia y suspender las reglas fiscales y de techo de gasto, lo que en la práctica permite a los consistorios endeudarse y utilizar dichos remanentes.

Antes de su cambio de rumbo, el Gobierno sostenía que la Constitución prohibía a las administraciones incurrir en déficit. Una vez consumado ese cambio de rumbo, el argumento constitucional desapareció como por arte de magia del terreno de juego. Un regate tribunero que los ayuntamientos celebraron como una victoria.

Las consecuencias de ese endeudamiento masivo, sin embargo, sólo se verán con el tiempo.

3. Los ERTE

Tras varios tira y afloja con los sindicatos y la CEOE, el Gobierno aceptó el pasado 29 de septiembre prorrogar los ERTE hasta el 31 de enero. Esta prorroga permitirá a miles de empresas de hostelería y comercio, anteriormente excluidas, acogerse a esa amplicación de los ERTE que incluye una exoneración de las cotizaciones de hasta el 85%, entre otras medidas beneficiosas para ellas.

El regate a última hora del Gobierno permitió a la CEOE aprobar por unanimidad el acuerdo y vender la idea de que "no se ha dejado a nadie atrás".

4. Los autónomos

El mismo acuerdo descrito en el punto anterior beneficiará también a 650.000 autónomos en España, de acuerdo a los cálculos de Lorenzo Amor, el presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) y vicepresidente de la CEOE. Entre julio y septiembre de este año, los beneficiarios de esas ayudas habían sido sólo 150.000 autónomos en toda España.

El acuerdo llegó después de que las asociaciones empresariales rompieran la negociación y amenazaran con no volver a la mesa de diálogo.

5. Sin límite de suspensos

La ministra de Educación, Isabel Celaá, ha dado una de cal y otra de arena durante la última semana. La de cal consiste en una orden por la que se permite a las comunidades autónomas pasar de curso a los alumnos independientemente del número de suspensos que atesoren en sus boletines.

Algo que ha hecho sin duda alguna las delicias de asociaciones de padres y de alumnos, pero que podría tener repercusiones futuras evidentes en la formación de estos últimos.

La de arena ha consistido en la intención de Podemos de suprimir el derecho de los padres a escoger centro educativo para sus hijos. Resulta difícil no pensar que la primera medida ha sido diseñada para compensar el malestar que con total seguridad generará la segunda.

6. EH Bildu

El Gobierno decidió romper esa regla no escrita de la política española que considera a EH Bildu como un partido fuera de los límites de cualquier hipotético pacto parlamentario cuando negoció con ellos la derogación total de la reforma laboral de Mariano Rajoy a cambio del apoyo de los simpatizantes de ETA a la prórroga del estado de alarma.

El pacto fue anulado a las pocas horas, menos por rechazo hacia EH Bildu que por la constatación del colapso del mercado laboral que esa derogación generaría, pero el Gobierno no ha cesado de realizar gestos de amistad hacia los herederos de Batasuna desde ese momento. Y entre ellos, el pesar de Pedro Sánchez por el suicidio de un terrorista que cumplía condena en la cárcel.

¿El objetivo? Ganarse el apoyo de Bildu para los Presupuestos Generales del Estado para que este facilite a su vez el de ERC y haga innecesario a Ciudadanos.

7. Ingreso Mínimo Vital

Ha sido una de las medidas más vistosas aprobadas por este Gobierno, pero también una de las más accidentadas y decepcionantes para cientos de miles de españoles.

Porque nadie imaginaba, cuando el Ingreso Mínimo Vital se aprobó el 10 de junio en el Congreso de los Diputados, que varias semanas después de esa fecha apenas se hubieran procesado el 19% de las solicitudes.

Otros cálculos hablaban, a principios de septiembre, de un 90% de solicitudes sin tramitar y de un índice de aprobación de apenas el 25% de esas peticiones de ayuda. Pero el efecto propagandístico de la medida ya había calado en amplias capas de la población española.

8. Un Consejo de Ministros multitudinario

Fue una de las primeras concesiones de Pedro Sánchez y una de las más vacías de contenido real.

Los cinco ministros de Podemos, con la única excepción de Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, carecen de competencias o de presupuestos de relevancia, pero han aumentado el número de miembros del Consejo de Ministros hasta los 23: 18 ministros, cuatro vicepresidentes y un presidente. Algunos de esos ministros, como es el caso de Manuel Castells, parecen, por ejemplo, carecer de otra función que no sea la de conceder entrevistas de forma periódica a los medios.

Pero el objetivo de la concesión de Sánchez no era formar un Gobierno ágil y efectivo, sino dotar de argumentos a su socio de gobierno para justificar frente a su electorado el pacto con el PSOE. Y eso se consiguió con creces.

9. Aumento de inversiones para todos

A cambio del apoyo del PNV para la investidura, Pedro Sánchez se comprometió con los nacionalistas vascos a ceder las competencias de tráfico a Navarra, traspasar las competencias pendientes señaladas en su Estatuto de Autonomía y aumentar la inversión en infraestructuras en la región, entre otras medidas de menor calado.

Sánchez prometió también aumentar las inversiones en Teruel, en la Comunidad Valenciana, en Canarias y en Galicia a cambio del apoyo de Teruel Existe, Compromís, Nueva Canarias y el BNG.

10. Veto al Rey

Resulta difícil no interpretar el veto al Rey durante la entrega en Barcelona de los nuevos despachos del Poder Judicial como una concesión a los nacionalistas destinada a obtener su apoyo para los Presupuestos Generales del Estado.

Algunos han interpretado sin embargo los varios desplantes al Rey como una venganza del PSOE, pero sobre todo del PSC, por el discurso de Felipe VI del 3 de octubre de 2017. Otros, como un intento de minar la imagen de la Corona para un futuro asalto a la Constitución y la conversión de España en una república federal de naciones libremente asociadas.

Sea cual sea el motivo, lo único indudable es que el nacionalismo catalán y vasco recibió el veto al Rey, de forma unánime, como una excelente noticia.

11. La UE

El rescate financiero de la UE a España llegó con condiciones. Entre ellas, reformas en el mercado laboral y las pensiones, en el sentido deseado por los liberales europeos. Y a la cabeza de esos liberales, Mark Rutte, el primer ministro holandés.

Sánchez llegó a Bruselas, vio, prometió y de esas reformas no se ha vuelto a hablar más.

Hasta qué punto logrará la UE forzar la mano de Sánchez está por ver. Pero el presidente volvió de Bruselas con el deseado rescate y eso es lo único que importa por ahora al Gobierno. Si la UE plantea problemas en el futuro, el Gobierno cruzará ese río cuando se tope con él. Quizá con nuevas promesas, como ha hecho siempre hasta ahora.

Cristian Campos

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