Adolfo Menéndez Menéndez

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El faro

Cuando nos obcecamos vemos lo que no es, y los espejismos son peligrosos. Es frecuente escuchar que sobran titulaciones en nuestras universidades, sobre todo aquellas cuyos conocimientos no aprecia o no necesita el mercado, y por lo tanto dificultan el empleo de quienes desean cursarlas. ¿Quién decide cuáles son? ¿Quién decide lo que podemos o no podemos, debemos o no debemos, estudiar o aprender? ¿Quién decide qué conocimientos son útiles o innecesarios?

Michael Ignatieff, en el prefacio a la edición española de su libro sobre la vida de Isaiah Berlin, dice que «…Berlin sigue siendo relevante, se podría afirmar, porque su pregunta fundamental -cómo vivir en libertad- es más que nunca la nuestra, en una época en la que, a causa de los nuevos medios digitales y de las políticas tecnológicas de persuasión y manipulación que han surgido a su alrededor es muy difícil distinguir entre conocimiento y opinión, rumor y hecho, verdad y ficción…»

Empleabilidad es el cacofónico neologismo que los apóstoles de lo desechable usan de ariete.…  Seguir leyendo »

Una verdad incómoda

Todos sabemos que donde no hay soldados capaces de una disuasión eficaz, no hay paz; donde no hay paz, no hay imperio de la ley, y donde no impera la ley siempre están ausentes la libertad, el progreso material y la justicia. Esta verdad permanente, con cuantos matices o reflexiones que queramos introducir, resulta ser también una verdad incómoda. Habría que añadir que el olvido de tal verdad, sea de forma deliberada o inconsciente, es cuando menos inquietante, porque arriesga lo que merece la pena ser defendido con absoluta convicción e integridad moral: España. Es decir, Europa, nuestra libertad, nuestra concepción dialogada y abierta de la convivencia, nuestros intereses y, en última instancia, nuestras propias vidas.…  Seguir leyendo »

Decir España

Balbuceamos España antes de decirla, de pensarla o de quererla, por la clara razón de que aquí nacimos. Esta patria es el lugar en que se concretó el viaje milenario de nuestra carne, trepando por los siglos y los huesos, para que nos pudiéramos llamar Ángel González (Premio Príncipe de Asturias) y ser poetas.

Entonces empezamos nuestro viaje en pos del enigma histórico, como lo calificara Claudio Sánchez Albornoz (Premio Príncipe de Asturias). Con Ortega la supimos invertebrada y de la mano de Gerald Brenan escrutamos su laberinto. Nos preguntamos, junto a José Ángel Valente (Premio Príncipe de Asturias), patria, ¿quién tiene tu verdad?…  Seguir leyendo »

Las finanzas han sido el detonante, pero no nos sacarán por sí solas de la crisis, de la crisis nos sacarán la Filosofía, el Derecho y las instituciones. Aunque algunos aún no lo vean y otros se empeñen en hacerlo invisible, por si del corazón de las tinieblas, que Joseph Conrad nos disculpe, fluyera el marfil.

El Derecho sacraliza las formas porque sabe que son garantía de paz, libertad y justicia, su razón de ser. Sabe que los buenos días, disculpe, por favor, nos ayudan a escuchar, dando una oportunidad a la razón para discrepar o para coincidir, sin agredirnos. Lo sucedido recientemente con la ceremonia de toma de posesión del presidente de los Estados Unidos puede servir de ejemplo.…  Seguir leyendo »