Adolfo Suárez Illana

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Parte de la izquierda más rancia de este país está llevando a la, hasta ahora, más sensata y moderada izquierda española –que ha gobernado largos y exitosos años esta nación– y al partido que, más a su izquierda, supo capitalizar la oposición al franquismo y jugar un papel fundamental en la reconciliación de 1978, a un punto de ruptura; no solo entre su propia gente, sino con su propia esencia. Y no por una cuestión ideológica de fondo. No. Tan solo para mantener un gobierno a pesar de haber perdido las elecciones. Perder la esencia para conservar la presidencia. Mal asunto.…  Seguir leyendo »

Concordia y firmeza

La Concordia, esto es, el reconocimiento del distinto como sujeto de los mismos derechos que a mí me amparan, el respeto por aquel que no piensa como yo y que no por ello es mi enemigo, no está reñida con la firmeza en la defensa de los valores y los derechos fundamentales de la persona, especialmente si esta se dirige hacia el que, lejos de respetar y reconocer al distinto, lo persigue y extorsiona hasta que se somete o se rinde; y, si no se somete ni se rinde, lo mata. Eso es, exactamente, lo que hizo ETA durante cuatro largas décadas, y eso es, exactamente, lo que sigue justificando Bildu, la voz de la serpiente, allá donde puede y le dejan, antes y ahora.…  Seguir leyendo »

Indultos y amnistía

Yo no soy contrario a los indultos. Tampoco a las amnistías. Es más, soy un firme defensor de su existencia y de su uso. Son innumerables los casos en que estos instrumentos jurídicos, de innegable carácter político, han sido decisivos para alcanzar la superación de numerosos problemas. Vaya pues por delante mi decidida defensa de su necesidad y vigencia en nuestro ordenamiento jurídico y en nuestro sistema político.

Dicho esto, a nadie se le ocurriría pensar que se puede conceder un indulto o una amnistía –instrumento este que ofrece muchas más complejidades que el indulto y sobre las que no me extenderé aquí, salvo decir que no cabe en nuestra actual Constitución–, sin que se den unas circunstancias concretas.…  Seguir leyendo »

«Con frecuencia se confunde la concordia con el conformismo y con la uniformidad, y creo que nada tiene que ver con ellos. Su raíz estriba precisamente en el pluralismo, la libertad y la solidaridad. Sin ellas no es posible la concordia. La concordia jamás se impone, se busca en común y se realiza con el esfuerzo de todos…

La Transición fue, sobre todo, a mi juicio, un proceso político y social de reconocimiento y comprensión del distinto, del diferente, del otro español, que no piensa como yo, que no tiene mis mismas creencias religiosas, que no ha nacido en mi comunidad, que no se mueve por los ideales políticos que a mí me impulsan y que, sin embargo, no es mi enemigo sino mi complementario, el que completa mi propio yo como ciudadano y como español, y con el que tengo necesariamente que convivir porque sólo en esa convivencia él y yo podemos defender nuestros ideales, practicar nuestras creencias y realizar nuestras propias ideas».…  Seguir leyendo »

La tremenda frase pronunciada por la ministra Celaá, en la que aseguraba de forma categórica que «los hijos no pertenecen a los padres», pone de manifiesto su manera autoritaria de entender el poder; deja al descubierto su desviada interpretación de lo que es un mandato democrático; nos permite vislumbrar su inaceptable vocación del ejercicio del cargo público como imposición de las convicciones particulares e íntimas al conjunto de la sociedad; nos traslada la falta de respeto que tiene por la libertad y la concordia social, que no es otra cosa que el respeto por el «otro», por el discrepante, por el que no piensa como yo y que, no por ello, es mi enemigo, ni deja de ser titular de los mismos derechos que a mi me asisten por estar recogidos en la Constitución Española de 1978 -la llamada Constitución de la Concordia- y en la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU -a la que tanto invoca cuando cree que le conviene-.…  Seguir leyendo »

Concordia social

"Ser sobrios y realizar lo que es posible en vez de exigir con ardor lo imposible ha sido siempre la cosa más difícil", escribió Joseph Ratzinger. Hace 16 años que no me presento a unas elecciones, y jamás pensé que lo volvería a hacer. Pero tampoco pensé nunca que llegaríamos al riesgo de fractura que vivimos, ni que fuera necesario ayudar a restaurar la concordia una vez más. La sobriedad de lo posible, lo más difícil, debe guiarnos en este propósito. Porque es evidente que estamos muy lejos de los niveles de tolerancia, moderación, responsabilidad, realismo y respeto que hemos vivido en España en etapas anteriores de nuestra democracia.…  Seguir leyendo »

Concordia y Libertad

Se me pide últimamente que vuelva la vista cuarenta años atrás para escribir sobre nuestra Constitución de la Concordia de 1978 cosa que, como bien saben, no me cuesta trabajo alguno. Pese a ello, y sin dejar de atender la petición que se me hace, me van a permitir que les invite a irnos un poco más lejos para empezar… Y lo hago, porque si volvemos los ojos a la Castilla de 1450 veremos una incipiente nación dividida por las guerras de sucesión, el caos y la corrupción bajo los reinados de Juan II, Enrique IV y su medio hermano Alfonso, hasta que, en 1474, asume el trono Isabel la Católica.…  Seguir leyendo »

Hace unos días, hablando con su queridísima Isabel, me acordaba de nuestro inolvidable Mingote y de una magistral viñeta publicada en estas mismas páginas hace ya unos años. Como siempre, corrían días convulsos e inciertos por aquel entonces… y el genio, por enésima vez, plasmó en una sencilla ilustración el tema de aquellos días en los que mi padre acababa de cumplir 75 años y se habían publicado cosas de muy escaso valor sobre Don Juan Carlos y él. Aparecían ambos sentados en el pequeño banco de un parque por el que paseaba una ligera y vistosa señora. A su paso, Su Majestad susurraba a mi padre: «¿Has conocido alguna vez la gratitud, Adolfo?»;…  Seguir leyendo »

Hace más de diez años que vengo defendiendo en los medios de comunicación, y allá donde he podido, esta figura penal. Incluso antes de que nadie la llamara de esta forma. Mucho antes de que mi partido la asumiera como propia. En solitario y en compañía de ilustres juristas. Una de las primeras veces que publiqué sobre ella, proponiendo el nombre que hoy ostenta, fue a raíz de la excarcelación del canalla de De Juana Chaos. Desde entonces, muchos han sido los casos de criminales que, desgraciadamente, han venido a ratificar uno de los hechos que con más fuerza reclaman penas de esta naturaleza: la incapacidad de ciertos delincuentes para reinsertarse.…  Seguir leyendo »

Claro que queremos diálogo, pero no como mantra. Queremos un diálogo productivo que necesita de orden, respeto y objetivos. Mi padre, aclamado como artífice del consenso –fruto principal del diálogo– señalaba que ese consenso solo se puede exigir en torno a una cosa: «La voluntad profunda de convivir en libertad».

Cuando se quiebra la convivencia en libertad violando las leyes, rompiendo juramentos, traicionando los mandatos recibidos y utilizando los medios del Estado para alzarse contra él, solo cabe un diálogo: el que se debe dar entre los culpables de esas conductas con los jueces y fiscales. Ese es el primer diálogo que, los que defendemos la Constitución de la Concordia, reclamamos con todas nuestras fuerzas hoy.…  Seguir leyendo »

Elevar a la categoría política de normal

Mucho se está invocando estos días a Suárez y su famosa frase de «…elevar a la categoría política de normal lo que a nivel de calle es simplemente normal». Esa es la verdadera frase, y se refería a la legalización de los partidos políticos y a la inminente democratización de España. Nada más, y nada menos. Se dio un año de plazo, y lo cumplió. El 15 de junio de 1977.

Hay quienes están muy interesados en proclamarse herederos de Suárez; por desgracia, mucho más que en aprender de Suárez y su obra, que es lo importante de Suárez, no él.…  Seguir leyendo »

Yo sí, señor Presidente

Parece haberse puesto de moda la crítica irritada contra aquellos que, en el ejercicio de las responsabilidades para las que les hemos elegido, dirigen los destinos de nuestro partido y, afortunadamente en estos tiempos, también los de nuestro país.

Como bien recordará, señor Presidente, yo he sido muy crítico con algunas cosas de su gestión, pero creo haber conducido siempre mi crítica desde la lealtad y abrazado a las respetuosas razones que he creído me asistían en cada momento. El tiempo de las dificultades debe ser también el tiempo de la lealtad bien entendida. Soy apasionado defensor del debate dialéctico y la discrepancia, pero nunca de la altanería o el desprecio.…  Seguir leyendo »

El artífice del mayor acto de concordia de toda nuestra Historia señalaba que el consenso que la posibilita, se debe ceñir a muy pocas cosas para que pueda ser alcanzado. Realmente, decía: «Tal vez solamente a una: la voluntad firme y profunda de convivir en libertad». Esto, más que una idea, es una creencia y, como muy acertadamente afirmaba Ortega y Gasset, «a las ideas las sostenemos nosotros, pero las creencias nos sostienen a nosotros». Un poco más adelante, en ese mismo discurso con el que aceptaba el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1996, dijo: «La lucha política, la controversia, el debate, el disentimiento, el conflicto no constituyen una patología social...…  Seguir leyendo »

Sí se puede, aunque no se deba

No, no es lo mismo poder que deber; y en España y Francia sí se puede, aunque no se deba. A Dios gracias, y tras muchos años de sufrimientos, en países como Francia o España, sí se puede criticar hasta lo más sagrado para cualquiera. Y se debe poder llegar a escribir o decir cualquier blasfemia sin que nadie deba esperar por ello ser ejecutado en su puesto de trabajo de un tiro en la nuca.

Ha pasado un tiempo prudencial y espero que nadie me acuse de opinar en caliente. Detesto las viñetas satíricas que todos tenemos en mente blasfemando e insultando, ya sea a Mahoma o a Jesucristo.…  Seguir leyendo »

"Miserable! ¿Por qué gritas? Me perteneces porque soy más fuerte que tú. Irás a donde a mí me plazca, por buen cantor que seas, y depende de mi capricho el que me sirvas de alimento o que recobres la libertad. Loco rematado es quien resiste a uno más fuerte que él; además de no conseguir la victoria, a la vergüenza añade el sufrimiento".

Si nos quedáramos sólo con este párrafo que, de la antigua fábula griega de El Gavilán y el Ruiseñor, nos ofrece Hesíodo en su poema Los Trabajos y los Días entremezclándola con la leyenda de Filomena, estaría justificada la más absoluta de las depresiones…

Es Hesíodo un personaje curioso dentro de la historia de la poesía que, en cierta medida, comparte algunos elementos comunes con otro gran poeta de rabiosa actualidad: Miguel Hernández.…  Seguir leyendo »

El miércoles se consumó, finalmente, la amenaza que pesaba sobre la actividad taurina en Cataluña desde hace unos meses. El Parlament ha decidido instar la prohibición de las corridas de toros en su territorio a partir de enero de 2012. Nada extraño en estos tiempos en esa tierra en la que, al menos en el ámbito político y desde hace algún tiempo ya, reina la cultura de la intolerancia. Una tierra donde algunos partidos ya no abordan los problemas desde el prisma de la necesidad común, sino desde un firme y permanente deseo de imponer la exigencia particular.

Visto como aficionado práctico que soy, me produce una profunda tristeza la imposición que se me hace de un veto en Cataluña para practicar libremente lo que considero que es el espectáculo más singular de toda la Tierra: bailar a muerte con un toro bravo en una plaza.…  Seguir leyendo »

Algo nos está pasando… y no es nada bueno. Andamos enredados estos días en buscar y dar argumentos a favor y en contra de la continuación de las corridas de toros en Cataluña. Al margen de lo bueno o malo que pueda resultar tal ejercicio, me parece francamente incomprensible su solo planteamiento: el obligar a todo un sector -representante de un espectáculo artístico que, además, es el más singular de toda la Tierra- a dar razones para que no sea prohibido. Si alguien debiera dar razones, y graves, para el simple planteamiento de una cuestión así, éstos deberían ser los abolicionistas.…  Seguir leyendo »

La ceguera tiene muchas causas, también en la vida política. En unos casos la ambición, en otros la ofuscación y, casi siempre, la enorme distancia que mantienen los políticos con la sociedad, esa sociedad a la que unos llaman pueblo y otros ciudadanos.

La evolución de los partidos en estos últimos treinta años ha distorsionado tanto la vida política que, cualquier cosa que no nazca y muera en ellos, sea vista -por ellos mismos- como poco más o menos que una herejía, como una propuesta ilegítima, como una intromisión intolerable.

Para cualquier persona con inquietudes políticas y un mínimo espíritu crítico, es francamente curiosa la reacción que han provocado las palabras del Rey llamando a todos a «grandes esfuerzos y amplios acuerdos para superar juntos, cuanto antes y con la debida determinación, las graves consecuencias de la crisis».…  Seguir leyendo »

Parece compulsiva la oleada de pesimismo que se cierne sobre buena parte de la clase política española, acompañada en tal faena por no pocos analistas, periodistas y pensadores diversos, que acaban arrastrando tras de sí a un número creciente de españoles.

Todo lo que leo y escucho últimamente viene teñido de un color de fatalidad, cuya simple existencia me entristece y espolea al mismo tiempo. ¿Cómo es posible que gente de gran nivel intelectual, caracterizada por su capacidad de esfuerzo y afán de superación, pueda hablar de forma tan fatalista? ¿Es posible que, junto a la gripe A, se nos haya colado un virus cuyo contacto impregne a su víctima de un fatal determinismo histórico?…  Seguir leyendo »

Estamos viviendo uno de los momentos, desde el punto de vista político, más interesantes que yo recuerde desde la Transición.Dos formaciones políticas antagónicas, enfrentadas e irreconciliables hasta hace tan solo unos días, han alcanzado un pacto de singular importancia. España entera asiste ahora expectante, esperanzada y encogida a la plasmación material de unos acuerdos ya firmados y cuyo desarrollo puede llegar a cambiar el curso de la historia del País Vasco, de una vez por todas. A nadie se le escapa que no es tan solo el cambio de un gobierno autonómico lo que está en juego, sino la posibilidad real de acabar con la falta de libertad en el único rincón de Europa donde todavía se mata por discrepar.…  Seguir leyendo »