Alejandro Macarrón Larumbe

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¿Qué efecto tendrá la pandemia de Covid-19 sobre nuestra escuálida tasa de natalidad, la estructura demográfica de España y la esperanza de vida? Muchos se hacen esas tres preguntas desde que el coronavirus irrumpió tan desagradablemente en nuestras vidas.

La esperanza de vida, una vez vencida la pandemia mediante vacunas, fármacos, mejores técnicas curativas, y/o inmunidad de rebaño, debería seguir aumentando a ritmo incluso mayor que el de las últimas décadas, por los avances médicos y los incrementos de capacidad hospitalaria que esta emergencia sanitaria habrán propiciado, y porque cabe esperar que se generalice el uso de mascarillas para no contagiar al prójimo entre los afectados por catarros y enfermedades infecciosas similares, como ya era habitual desde hace años en países como Japón, pero no, ciertamente, en España.…  Seguir leyendo »

Si no deja de caer el número de nacimientos, los españoles nos acabaríamos extinguiendo, y hasta llegar a eso, los que quedasen vivirían en una sociedad muy envejecida, decadente, con mucha soledad y más pasado que futuro. Si no se gestiona la inmigración extranjera en beneficio, a la vez, de foráneos y autóctonos, sufriremos costosas, dolorosas y crecientes fracturas sociales. Además, y en tercer lugar de importancia para el conjunto de España, aunque ahora sea el más acuciante de los tres para los directamente afectados, afrontamos el problema de la España que "se vacía" por combinarse en ella una natalidad especialmente baja -la mayor causa de despoblamiento a nivel provincial- y emigración a lugares con más oportunidades económicas, mejores servicios básicos y/o más vida social.…  Seguir leyendo »

Nuestra sociedad es de las más envejecidas del mundo, por muy infecunda y longeva. De ahí el debate público -que va para largo- sobre sostenibilidad y suficiencia de las pensiones públicas, al que conviene añadir la cuestión de si son justas y equitativas.

En cuanto a si son suficientes, bien podrían serlo en su gran mayoría. El grueso de nuestros jubilados vivirían exclusivamente de ellas (más del 80%, según escuché a una diputada de la comisión del Pacto de Toledo), y ahorrarían dinero desde el pase al retiro hasta fallecer, según prestigiosos economistas como Antón Costas. A esto ayuda el que la inmensa mayoría de ellos no gasten en alquiler de vivienda, por ser de su propiedad, que no pocos perciban rendimientos de activos que poseen, y que todos puedan gozar de prestaciones públicas (sanidad, dependencia, servicios y productos a precio subsidiado para jubilados) que equivalen a renta adicional.…  Seguir leyendo »