Adiós al Doctor de la Modernidad
Antes de morir, el Papa emérito Benedicto XVI, a sus 95 años decía con motivo de su dificultad para hablar: «Dios me enseña a valorar más el silencio». A esto se añadía la ceguera del ojo izquierdo como consecuencia de una hemorragia cerebral ocurrida en el año 1991 y una embolia posterior en el año 1994. Quienes hemos tenido la suerte de disfrutar de varios momentos de conversación con él, pienso poder afirmar que su presencia, de inmediato, me hacía sentir, transportado al cielo. Su sonrisa sencilla y diáfana como la de un niño, infundía una confianza sin límites. Con naturalidad y con su capacidad de escuchar e interesarse por lo más intrascendente, aligeraba la pesadumbre que pudiese tener cualquier preocupación.… Seguir leyendo »