Alfredo Conde (Continuación)

Una lectura reciente reaviva el recuerdo de Comala, el «pueblo que sabe a desdicha», consumido en la memoria desde aquella otra e inicial de la que pueden cumplirse ya, Dios mío, 40 años, en pleno franquismo, cuando comprar libros era una aventura tan distinta de esta en la que se convirtió ahora. La Comala de Pedro Páramo, en realidad, eran dos. Juan Rulfo lo sabía.
Los que hayan leído la novela Pedro Páramo ya saben de qué estoy hablando. Los que no la hayan leído deberían hacerlo. No porque tenga mucho que ver con las consideraciones que sigan a esta primera, en este artículo, sino porque merece la pena.…  Seguir leyendo »

¿Cuál es el tamaño de las cosas? En una conferencia dictada en la London School of Economics and Political Science, en 1961, y publicada al año siguiente con el título La tradición del conocimiento general, Ernst H. Gombrich alaba el compendio y resumen de creencias que sostienen la fe de la Iglesia condensadas en el Credo de Atanasio.

Lo hace al final de su intervención, después de ponderar la labor de clérigos como san Isidoro de Sevilla ,«que no sintieron vergüenza de ningún tipo por haber escrito compendios sencillos en los que depositaron las pocas ideas sobre el universo y el pasado que consideraron indispensables, (pues) precisamente a partir de escritos de este tipo sería como podría renovarse la idea del conocimiento general».…  Seguir leyendo »

Galicia no tiene una gran ciudad. Pero a través de la A-9, la autopista que la vertebra de norte a sur, acaso se haya alcanzado ya aquel sueño que diseñó el arquitecto Albalat hace unos cuarenta años. Lo llamaba La Ciudad de las Rías...

Como no tenemos una gran ciudad, los gallegos podemos bajar hasta Madrid haciéndonos/sintiéndonos todavía algo provincianos. Quienes padecemos de tal síndrome solemos superarlo calificando estos viajes con frase hecha y antigua, algo faltona y retrechera. «Mañana me bajo al moro», decimos antes de desplazarnos a la capital de las Españas.

Cuando nos bajamos al moro y casi por azar nos encontramos con alguien de Madrid, solemos aguzar el oído y permanecer a la escucha el mayor tiempo posible.…  Seguir leyendo »

Las palabras, los gestos y hasta las sonrisas son símbolos. Los gallegos tenemos (todavía) muchas palabras para denominar la lluvia, que no siempre cae de arriba abajo, como sospecha la mayoría, o para las nieblas, que tampoco son nunca iguales. Hay un tipo de niebla, bajita y cabrona, llamada chasga, que puede estragar una cosecha entera de patatas. Hay otras nieblas, acaso mucho más peligrosas, que pueden arruinar lo que llevó lustros construir y fue posible gracias a enormes esfuerzos realizados en la siembra de palabras. Los chinos, según cómo sonrían, pueden indicar desde enojo hasta complacencia, pasando por unas cuantos estados de ánimo e incluso de conciencia de lo más dispares.…  Seguir leyendo »

Es ahora, transcurrido casi un mes, cuando empieza a tener contestación la pregunta que no pocos gallegos reciben de sus no pocos amigos catalanes. ¿Por qué el bipartito perdió las elecciones? Es ahora cuando está emergiendo la respuesta. Ahora es cuando Touriño las está ganando. Ahora cuando la opinión pública está dando el giro que compensa el de las urnas y se resitúa en el lugar donde estaba.

La sociedad, sobre todo la sociedad, pero también los partidos políticos como representación esencial de las ideas que se agitan en ella, deberán aprender la lección que estos días se está dando con la (tardía) entrada en campaña del ya ex líder del PSG-PSOE.…  Seguir leyendo »

A esta excéntrica más que periférica zona peninsular en la que habita el firmante llegan noticias, confusas, sobre esos dos autobuses de transporte urbano de los que ya disfrutan o disfrutarán los barceloneses. Dicen que uno de ellos luce un cartel en el que se aconseja tranquilidad y despreocupación, pues Dios no existe y mejor dedicarse a disfrutar un poco de la vida. Aseguran las noticias que el otro afirmará, solemne, todo lo contrario, y que mejor vivirla en Cristo, o algo así. No está mal para empezar. Pepsi y Coca-cola se las han visto peores.

Afirman también las noticias que llegan hasta aquí que muchos usuarios han anunciado ya su intención de no subir nunca jamás al autobús considerado blasfemo, el autobús de los ateos.…  Seguir leyendo »

En 1492, los Reyes Católicos promulgaron una pragmática que, bajo pena de 10.000 maravedís de multa y dos años de destierro, conminaba a los gallegos a no celebrar banquetes nupciales por tiempo superior a tres días, limitando de paso el número de platos a ingerir. Los cifraron en una cantidad que será mejor silenciar en un alarde de discreción, prudencia e incluso chovinismo del que nadie deberá avergonzarse.
El pasado día de Nochebuena, en titulares que denunciaban no pequeño regocijo, mejor dicho, que evidenciaban enorme satisfacción, algunos periódicos gallegos daban la noticia de que, en estas fechas navideñas, el marisco se estaba vendiendo un 25% más barato que el pasado año.…  Seguir leyendo »

Acaba de saberse que el ritual católico para exorcizar al maligno se ha simplificado. Antes se requería un proceso algo tedioso, si lo que se pretendía era echar fuera del cuerpo de un cristiano el diablo, no siempre cojuelo, que lo ocupase. Se trataba de un rito que dejaba exhausto no solo al demonio, sino también al celebrante, que acababa hecho fosfatina. Giraban las cabezas, hablaba el diablo con voz cavernosa a través del poseso, levitaba el cuerpo no del demonio sino del pobre diablo poseído, olía a azufre; en fin, que la cosa era complicada y a veces el exorcista necesitaba de varias sesiones.…  Seguir leyendo »

Parece ser que la viuda de un pastor protestante protestó porque se hubiese incluido el nombre de su marido en la celebración de los funerales de Estado que, bajo el rito católico, convocó el Gobierno de España tras el accidente aéreo de Barajas. Es de aceptar que la viuda estuvo en su derecho al mostrar su disconformidad.

Dicho lo que antecede, ya le gustaría al autor de estas líneas que, en el día de su muerte y posteriores, se rezase por él, o por lo que de él quedase, desde muy diversas fes y religiones, implorando la salvación de su alma a los muy diversos dioses cuya existencia se da por demostrada.…  Seguir leyendo »

Si nos lo pensásemos --tras atender a la programación publicitaria de nuestras televisiones con más interés del que solemos dedicarle y sin mayor esfuerzo que el que se nos reconoce para otro tipo de asuntos, entre los que se halla este al que habremos de referirnos más adelante y que, en efecto, lo requiere en mayor y muy concentrada medida-- podríamos deducir que somos un país de estreñidos.
En las pantallas de nuestros televisores, también en las numerosas de los bares y cafeterías, suelen aparecer hermosas y sonrientes señoritas indicándonos, con extremada dulzura, que este o aquel producto, alimentario o farmacéutico, nos facilitará el tránsito o nos aliviará el peso intestinal, sin más esfuerzo por nuestra parte que su previa adquisición y posterior ingesta.…  Seguir leyendo »

Arthur Schnitzler dejó escrito que "el deporte favorito de ciertos políticos, periodistas y esnobs es coger una palabra inofensiva, honorable e incluso noble y mancharla de amarillo, igual que se hacía en el pasado con los judíos para que la chusma pudiera vejarlos, insultarlos o maltratarlos a placer e impunemente. En los últimos tiempos, las palabras que reciben más pedradas de los golfillos callejeros son tres: progreso, libertad y escepticismo".

Primero, lo copio de una selección hecha por Juan Parra de los Aphorismen und Betrachtugen, escritos por el dramaturgo, poeta y médico vienés, de cuya obra me confieso lector apasionado. Luego, me pregunto si, aunque de otra manera, no se sigue manchando de amarillo a los judíos, y cuáles serán las palabras que, así teñidas, a instancias de esnobs, periodistas y políticos, sirven hoy de blanco a esos golfillos callejeros a los que Schnitzler alude con agudeza.…  Seguir leyendo »

Le sucedió hace unos días a un conocido y excelente escritor; dos condiciones estas, la del reconocimiento público y la de la excelencia de la escritura, que no siempre van unidas en un elevado porcentaje de oportunidades que se pudiera considerar, y se considera, amén de cierto, lamentable.

El aludido de modo tan críptico --qué más da, le pudo pasar a cualquiera-- acababa de recibir un importante galardón --importante incluso considerado en su aspecto más prosaico: el económico-- cuando se le acercó un cretino presuntamente ilustrado y, más o menos, le dijo:

--Soy presidente de la Fundación (aquí el nombre de un también excelente, conocido, pero ya extinto literato).…  Seguir leyendo »

Madrid. Víspera de San Isidro. Barrio de Lavapiés. Alrededores de la plaza de Argumosa. Terraza de uno de los restaurantes indios que por allí no escasean. Es la hora de comer. El cronista contempla a la gente que deambula, que va y viene, que se entretiene y detiene debajo de los árboles. Mal que bien se hace entender por un camarero que apenas debe de haber descendido de un avión tras muchas horas de vuelo. Luego intenta escuchar los inexistentes cantos de los pájaros. Más tarde, observa los quiebros que dan los paseantes a fin de no pisar los excrementos caninos que salpican las aceras.…  Seguir leyendo »

Sufiah Yusof es una hermosa mujer de veintipocos años. Si ustedes me admitiesen un lenguaje no sé si pacato o tirando más bien a incorrecto, no sabría si decir de ella que está de toma pan y moja o afirmar de inmediato que está como para cometer por ella una locura. Ya saben, esa actitud, vecina de la pasión desenfrenada, a la que somos tan dados los varones. No tanto ellas, mucho más prácticas y seductoras. Reparen en el hecho, cierto, de que se encumbran en alturas que no tienen, disimulan formas que sí tienen, resaltan otras que no se ofrecerían tan turgentes, ocultan otras, se tiñen los cabellos, se pintan y camuflan, sonríen o gimen según las circunstancias y, aun por encima, consiguen que nos fiemos de ellas.…  Seguir leyendo »

¿Se enojaría el Dios de los cristianos si un niño comulgase con un pan distinto del habitual decidido por la Iglesia, con tal de no ver quebrantada su salud? ¿Se enojará Dios cuando alguien rechaza una transfusión sanguínea destinada a salvar la vida de un enfermo? ¿Lo hará cuando alguien se suicida con tal de llevarse por delante a unas cuantas docenas de transeúntes descuidados? ¿Qué hará cuando alguien ayuda a otro a morir sin dolor y dignamente? ¿Se habrá enojado alguna vez con sus representantes zotes y cretinos?

Hace años, en una pequeña aldea con iglesia románica y largo hórreo donde cabe el océano, un cura algo disparatado y jactancioso apostó con la concurrencia, presente en la taberna del lugar, que él obligaría a todos los demás a arrodillarse al único conjuro de su voz.…  Seguir leyendo »

Hoy, este que escribe, tiene gana de meter bulla; es decir, de escribir algo que huela a rancio sin que necesariamente tenga que ser ese el tufillo que desprenda. Empecemos. Poca gente he admirado tanto, durante los últimos años, como aquel coronel de la Guardia Civil que se descolgó en los periódicos afirmando haber sido maltratado por su esposa; es decir, como un hombre al que su mujer había infligido maltrato físico; no solo psíquico, que parece ser el aceptado. Hay que tenerlos muy bien puestos para hacer tal confesión en un país que, sin ser distinto en tal sentido de muchos otros, por no decir de todos, pasa por ser la cuna del machismo hispánico, al parecer, el más acendrado de todo el orbe occidental.…  Seguir leyendo »

Aunque ya de vez en cuando, las cadenas de televisión todavía siguen emitiendo el vídeo en el que el Rey le pregunta al actual presidente de Venezuela por qué no se calla. Las imágenes que muestran lo sucedido en la cumbre iberoamericana gozan de una más que notable fuerza mediática. No es pues de extrañar que se utilice este recurso para fijar audiencia. En ellas se puede ver cómo el jefe del Estado español le pregunta al jefe de Estado de Venezuela por qué no nos concede a todos la gracia de su silencio. Chávez, demagogo aventajado, acostumbrado a coger --¿sabiamente?--…  Seguir leyendo »

Este verano me llamó un amigo. Buena gente. Como a un servidor de ustedes, desde muy pequeño, le enseñaron en su casa que hay que comer de todo debo confesarles que este mi amigo, pontevedrés de pro, es decir, de los de siempre, de los de toda la vida, es, cómo no, amigo de don Mariano, que también lo es, naturalmente, quiero decir pontevedrés. Don Mariano, ya saben, el que se nos está volviendo algo así como el inmarcesible líder.

Yo también conozco a don Mariano, solo que, como es más joven, en ocasiones me despisto y aún lo cito por su diminutivo.…  Seguir leyendo »

Grato almuerzo en Barcelona. Un editor catalanista, un hostelero liberal, un profesor socialdemócrata, un gallego desconfiado y una joven escritora puesta al día, muy puesta ella y segura de sí misma, se sentaron entre alguna otra y no muy variopinta gente. Cuando se sentaron, el gallego, algo escamado, razonó expresa y manifiestamente que aquello podría devenir en una tertulia mañanera. Mimbres no faltaban para componer tal cesto. A punto estuvo. En un momento dado, la joven y muy galardonada novelista, dueña de un humor profundo y socarrón, mordaz y lleno de ironía, a propósito de algo, exclamó con voz deteriorada, pero totalmente en serio:

--¡Ay, la españolidad está exánime!…  Seguir leyendo »

Existen dos convicciones, generalmente admitidas y desgraciadamente aceptadas, sobre las que conviene realizar una pequeña reflexión por si pudiese ayudarnos a calibrar la realidad, haciéndolo de modo que resulte posible aplicarla a nuestras necesidades reales y de manera que la balanza no soporte más las falsas medidas habituales y esas escoras que avezados navegantes en mares procelosos suelen provocar con sus propios balanceos personales.

La primera de las dos convicciones es la de lo bien que lo hace la izquierda, cuando se dedica a gobernar como lo haría la derecha. Nunca, porque no se ha dado todavía el caso, la equivalente; es decir, lo bien que lo estaría haciendo la derecha, una vez decidida a gobernar como lo haría la izquierda.…  Seguir leyendo »