Alfredo Pastor

Este archivo solo abarca los artículos del autor incorporados a este sitio a partir del 1 de diciembre de 2006. Para fechas anteriores realice una búsqueda entrecomillando su nombre.

Un distinguido economista británico, seguramente con la distancia que le da el resultado del Brexit, pronostica para la eurozona un futuro poco esperanzador. En su opinión, esta sólo puede elegir entre cuatro alternativas no excluyentes: una periferia condenada a ir reduciendo salarios y precios hasta recobrar la perdida competitividad; una Alemania obligada a una política expansiva que le haga perder su ventaja competitiva y la sitúe al nivel de esa periferia; una corriente de transferencias, de duración indefinida, entre centro y periferia, y la ruptura de la eurozona. Una carta reciente aparecida en el Financial Times ofrece lo que su autor considera como la solución obvia: “Licenciar al cinturón del ajo (garlic belt )dela eurozona.…  Seguir leyendo »

Mientras nuestras fuerzas políticas van liquidando una interminable partida de manilla (botifarra en Catalunya), a la que los ciudadanos corrientes estamos convidados sólo en calidad de mirones, alejémonos de la mesa para tratar de extraer algunas enseñanzas del Brexit, ese acontecimiento que todos adivinamos tan importante, aunque no sabemos a ciencia cierta qué consecuencias va a tener para unos y otros, ni cuándo se van a producir. Dejemos de lado las posibles consecuencias económicas, sobre lo que mucho se ha escrito sin decir gran cosa, ya que no se sabe cuál de los muchos caminos posibles será el elegido por las partes en liza; dejemos también de lado las consecuencias políticas, un terreno aún más nebuloso, para centrarnos en la luz que los resultados pueden arrojar sobre el mundo en que vivimos.…  Seguir leyendo »

La abundancia de discusiones sobre el futuro del capitalismo sugiere que, más allá de los altibajos de la coyuntura, algo no va bien. Quizá pueda una frase del socialista inglés R. H. Tawney venirnos en ayuda: “Las ambiciones económicas –decía Tawney– son buenas sirvientas, pero malas señoras”. Buenas sirvientas lo son, desde luego: ¡cuánto les debemos! Vivimos rodeados de objetos –desde nuestros calcetines hasta la bombilla eléctrica, de nuestro portátil hasta el WhatsApp– que deben su existencia a que alguien ambicionó hacerse rico con ellos. Pero hemos concedido a ese deseo una importancia excesiva, hasta elevarlo a la categoría de virtud, adornándolo a menudo con el nombre de espíritu de empresa.…  Seguir leyendo »

Se ha confirmado lo que hasta ahora era sólo un rumor: la eurozona concederá a Grecia una reestructuración de su deuda externa, sin que hasta ahora se haya decidido cuál de las opciones existentes va a ser de aplicación. Es una buena noticia porque indica que las autoridades de la eurozona están por fin entrando en razón y admitiendo lo que algunos pensaban desde hace tiempo que era inevitable. Pocos detalles: las autoridades griegas dispondrán de una cantidad en efectivo de unos diez mil millones de euros, destinados en su mayor parte a pagar atrasos, y el resto no se concretará hasta el 2018, pasadas las elecciones federales alemanas, sin que a nadie se le escape la relación de causa y efecto entre una cosa y otra.…  Seguir leyendo »

Desde hace unas semanas, fuentes generalmente bien informadas hablan de avances en la resolución de una de las secuelas más graves de la crisis, el problema de la deuda europea. Hay un consenso general, entre los observadores que no son parte interesada, sobre el daño que causa el excesivo peso de la deuda en las cuentas del sur de la eurozona: contribuye a impedir que se consolide la recuperación y condena el mercado de capitales de la eurozona a sufrir una volatilidad mayor de lo deseable. Es de esperar, pues, que esos intentos de solución terminen por dar fruto, y quizá sea este un momento para dar un repaso a alguna lección que de todo ello podemos aprender.…  Seguir leyendo »

No basta con cambiar para mejorar. Dicen que una parte de nuestra clase media está dispuesta a votar al Partido del Cambio y sus satélites, y confieso que me cuesta entenderlo –a menos que se trate de un voto de castigo que a estas alturas sería irresponsable– porque no tengo la impresión de que Podemos vaya a centrarse en remediar las desgracias de nuestras clases medias.

¿Tienen estas motivos para estar descontentas? Desde luego. A unos les ha dado de lleno la crisis con su saco de desgracias, que no merece la pena detallar; algunos han vuelto a la pobreza que creían haber dejado atrás para siempre, y esa vuelta ha estado jalonada de amarguras: la pérdida del empleo, de la vivienda, la deuda.…  Seguir leyendo »

Los hechos son conocidos: el déficit público español para el 2015 resulta haber superado en casi un punto (unos diez mil millones de euros) no sólo el compromiso contraído por el Gobierno hoy en funciones con las autoridades comunitarias, sino también las ominosas advertencias de estas. Los medios se han hecho eco del estropicio poniendo el énfasis en sus consecuencias económicas. Pero, con ser estas nada desdeñables, mucho más grave es el hecho mismo, muestra de un modo de obrar impropio del país que pretendemos ser, herencia de una picaresca que merecíamos dar por desterrada de nuestros usos. La indignación que suscita ver que sigue con nosotros la España inferior de que habló Machado es la que inspira, querido lector, este artículo.…  Seguir leyendo »

Los aspavientos de la Unión Europea frente al éxodo de Oriente Medio serían grotescos si el asunto no fuera tan triste. El análisis del coste-beneficio de cada Estado en el corto plazo es un procedimiento completamente inadecuado para encauzar el proceso de acogida a los refugiados, más aún cuando los costes y beneficios no se miden por aumentos o disminuciones del bienestar de los ciudadanos de cada país, sino por las ganancias o pérdidas de poder para sus gobernantes: por eso las negociaciones entre estados están llevando a un callejón que no tiene una salida honorable. Quizá la fábula que les ofrezco, que varias tradiciones comparten, ayude a hallar un camino honorable para resolver el problema.…  Seguir leyendo »

No hace mucho que nuestro Tribunal Supremo falló que el abucheo que la afición brindó al Rey en el campo del Barça no fue delito. Una vindicación de la libertad de expresión, sí, pero entendámonos: silbar, al amparo del anonimato, al Rey, que viene a compartir un rato con nosotros no deja de ser la más miserable de las protestas, y muestra de una pésima educación. Creo que en un país como Estados Unidos, más respetuoso con la libertad de expresión que el nuestro, los responsables de algo parecido no hubieran sido llevados ante la justicia, pero hubieran pasado un mal rato antes de salir del estadio.…  Seguir leyendo »

Cualquiera que haya visto películas de guerra recordará la escena: un tren desembarca a sus pasajeros, cargados de comestibles ocultos entre sus ropas, que han ido a comprar en el campo para complementar lo que les da el racionamiento oficial. Al final del andén esperan los agentes encargados de confiscárselos: los de Abastos, los burots. Entre rabiosos y resignados, los pasajeros les entregan los víveres que habían de suplir la mísera dieta cotidiana. Ocurre a veces que un agente hace la vista gorda y deja pasar a una mujer con un bulto de comida bajo el abrigo. Corrupción, claro; pero al mismo tiempo diríamos que es una muestra de bondad.…  Seguir leyendo »

En su viaje a la Cólquida en busca del vellocino de oro, Jasón y sus argonautas hubieron de pasar por las Simplégades, rocas que se entrechocaban violentamente y que a punto estuvieron de triturar su nave. Esta es, al parecer, la imagen que ofrecen a algunos las puertas giratorias que en su imaginación separan al sector público del privado; uno de los partidos políticos, en este caso Podemos, ha propuesto que sean prohibidas. La idea es seguramente fruto de la inexperiencia y no es del todo acertada. Es oportuno verlo precisamente ahora, cuando, coagulado el magma postelectoral y ocupados los asientos del nuevo ejecutivo, esas puertas pasen una temporada trabajando a pleno rendimiento, incorporando al sector público a procedentes del privado y buscando acomodo en este a algún desposeído de su cargo en aquél.…  Seguir leyendo »

Los entendidos califican de caótica, cuando no de ingobernable, la situación política nacida de las recientes elecciones generales. Para quien prefiere ignorar los recovecos de la política, sin embargo, la cosa no puede estar más clara: el elector español ha dado a su partido el mandato bien preciso de entenderse con los demás. Por primera vez, ninguno podrá mandar sin atender a los otros; no bastará con soportar, ni siquiera con escuchar las voces discrepantes: habrá que tomárselas en serio.

“Ya no más”, parece haber dicho el elector a los viejos partidos, y se comprende. En el terreno político, el PP es coautor de un tratamiento de la cuestión catalana que la deja bastante peor de lo que estaba hace cuatro años, mientras que las promesas federalistas del PSOE no terminan de inspirar confianza.…  Seguir leyendo »

Sepultados por el alud de propuestas económicas con que unos y otros nos han obsequiado durante la campaña, llega el momento de salir a respirar; al proceder esas propuestas no ya de un dúo, sino de un conjunto de solistas más variados, la tarea es urgente: como dejemos que los sonidos de los instrumentos empiecen a chocar entre sí, el resultado será una cacofonía insoportable. Es necesario disponer de un principio ordenador, una varita mágica que permita separar la cizaña del grano.

¿Cuál debe ser la contribución de nuestra economía a la construcción de una sociedad mejor? La respuesta, la varita mágica, ha sido bien desarrollada por Miquel Puig (La gran estafa, ed.…  Seguir leyendo »

En 1956, el sociólogo francés Georges Friedmann publicó un libro cuyo título lleva este artículo: Le travail en miettes. Él se refería a la atomización de las tareas resultado de la creciente división del trabajo. Aquí trataré de la atomización temporal de los contratos laborales y de algunas de sus consecuencias.

Hoy, en España, el 23% de los contratos tienen una duración no superior a siete días, y casi la mitad dura hasta tres meses; en el extremo opuesto, sólo el 8% son de duración indefinida. Por consiguiente, las cifras de creación de empleo que se atribuyen los organizadores de esos eventos y congresos de los que parece depender nuestra prosperidad futura tienen algo de espejismo: con la estructura actual de duración de los contratos, 100.000 nuevos empleos equivalen a 16.000 de duración anual.…  Seguir leyendo »

Uno de los remedios propuestos para hacer frente a la lenta pero persistente caída de la participación del trabajo en la renta nacional ha sido la elevación del suelo legal de los salarios, el llamado salario mínimo interprofesional o SMI en España. Las reclamaciones iniciadas hace más de un año en el ramo de los trabajadores de comida rápida en Estados Unidos, que piden casi duplicar su salario mínimo actual, y que se han extendido por todo el país, han vuelto a poner de moda una antigua controversia que merece ser traída aquí porque el asunto tiene un interés inmediato para nuestro caso.…  Seguir leyendo »

Las perspectivas del trabajo –o, por ser más concretos, las del trabajador– se han ido ensombreciendo, durante las últimas décadas, en todo Occidente; la crisis es sólo una manifestación aguda de tendencias más profundas. El oscuro presentimiento de que eso tiene mal aspecto ha ido manifestándose en forma de problemas más concretos, para los que van ofreciéndose soluciones, que es obligado analizar. Empezaremos por una propuesta del profesor Robert Skidelsky (“¿Salario mínimo o renta básica?”), sin pretender hacer justicia a todo el artículo, que contrapone renta a salario mínimo; de este último nos ocuparemos en otra ocasión. Skidelsky considera que garantizar una renta básica incondicional sería preferible a elevar el salario mínimo, si de lo que se trata es de asegurar a todos un “ingreso vital” universal.…  Seguir leyendo »

¿Cómo sacar partido de los casi dos meses que faltan para las elecciones catalanas? Largo periodo, que pondrá a prueba los recursos creativos de sus protagonistas pero del que no cabe esperar gran cosa. ¿Un serio y profundo debate, como pedía don Antonio Garrigues en estas páginas? Ni hablar: el debate murió recién nacido, cuando fue recurrida la convocatoria de la consulta del 9 de noviembre, cuya prohibición consagró al presidente del Gobierno como proveedor estable de votos independentistas. No: de ahora en adelante escucharemos bravatas –“este proceso no lo para ni Dios”– contestadas con la sempiterna amenaza del recurso a la Justicia.…  Seguir leyendo »

Habrá motivos para sostener que el acuerdo impuesto por la Unión Europea al Gobierno griego es el mejor posible; los hay, y de más peso, que permiten calificarlo de desastroso. Sus detalles y posibles consecuencias están y seguirán siendo objeto de comentarios de todo orden; el que sigue quiere centrar la atención sobre los peligros de conceder a reglas de buena conducta el rango de imperativos morales de universal aplicación.

Decía Keynes –cito de memoria– que un político es a menudo prisionero de las ideas de un economista difunto. En el caso que nos ocupa el economista es Walter Eucken (1891-1950), inspirador del pensamiento liberal alemán, raíz intelectual de la economía social de mercado que informó la política económica de la posguerra.…  Seguir leyendo »

La crisis griega ha vuelto a poner a Europa donde siempre, al borde del precipicio. Aunque las posibilidades de un abandono irreversible de Grecia son muy remotas –ni Europa está sola en el mundo ni es tan soberana como quizá se imagina–, los últimos meses han dado nuevo impulso a las fuerzas centrífugas que laten en el seno de toda unión, y han engrosado las filas de los escépticos. Como la historia está llena de acontecimientos imprevistos, valdrá la pena coger el toro por los cuernos y preguntarnos cuál podría ser el mapa de una Europa fragmentada, por mucho que uno ni la crea probable ni mucho menos la desee.…  Seguir leyendo »

Los europeos en los momentos bajos solemos consolarnos pensando que, si bien no todo es de color de rosa –nuestra población envejece, nuestros jóvenes no encuentran trabajo, el cielo de nuestros hijos se cubre de nubarrones–, algo muy importante nos queda: nuestros valores. Europa se define a sí misma como depositaria y guardiana de unos valores compartidos. Tenemos, desde luego, una abundancia de valores de diversa procedencia: de las varias ramas del cristianismo, de la gloriosa revolución de 1688, de la Ilustración, de la Revolución Francesa… aunque haya algunos solapamientos entre ellos son, efectivamente, muchos valores. Es lástima que, para el resto del mundo, esos valores se hayan manifestado más a menudo en escritos y sermones que en actos: para sus habitantes la panoplia de valores ha traído consigo una estela de destrucción.…  Seguir leyendo »