Alicia Delibes Liniers

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La lección de Tony Judt

Tony Judt ha sido uno de los intelectuales de mayor éxito en los últimos años, tanto en Inglaterra como en Estados Unidos. Murió en agosto de 2010, víctima de una de las más violentas modalidades de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Cuando la enfermedad ya le impidió moverse, Judt dictaba sus libros a colegas o amigos que luego los transcribían. Así fue como, con la ayuda de Timothy Snyder, profesor de Historia en la Universidad de Yale, pudo escribir Pensar el siglo XX, un libro autobiográfico publicado dos años después de su muerte. En este libro, Tony Judt, alentado por las preguntas y comentarios de Snyder, va narrando su vida al tiempo que expresa su opinión acerca de la actitud y pensamiento de una gran parte de los escritores occidentales del siglo XX.…  Seguir leyendo »

No es fácil establecer con claridad la relación entre el sistema educativo de un país y su situación económica, pero en estos momentos se observan algunos datos que hablan por sí solos. Portugal, Italia, Grecia y España son los países de la UE que sistemáticamente se disputan los últimos puestos del ranking de la evaluación PISA y, curiosamente, son también los peor colocados en desempleo de sus jóvenes. Frente a una tasa media del 22,6% de paro juvenil en el conjunto de la Unión, Italia presenta un 35,9%, Portugal un 36,1% y España y Grecia superan el 50%.

Otro dato interesante: sólo tres países de la UE tienen menos del 10% de la población menor de 25 años en paro.…  Seguir leyendo »

El historiador británico Tony Judt murió en agosto de 2010. Tenía 62 años y padecía la variante más inusual y maligna de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad muscular degenerativa que le fue diagnosticada en 2008 y en la que, según escribió con dramática lucidez el propio Judt, «uno tiene la oportunidad de contemplar, a su conveniencia y sin molestia alguna, el catastrófico progreso de su propio deterioro».

Pocos meses antes de su muerte, incapacitado ya para moverse y con enormes dificultades para hablar, tragar, e incluso respirar, Judt descubrió la forma de superar la angustia de unas noches interminables en las que, abandonado a su soledad, estaba condenado a la más absoluta y cruel inmovilidad: hacer uso de la única facultad que aún le quedaba intacta, la de pensar, y permitir que su memoria deambulara por los recuerdos de su primera infancia, de sus años de colegio, de su vida en Cambridge o de sus veranos en los kibutzim israelíes, para, a la mañana siguiente, dictar los pensamientos almacenados en su cerebro durante la noche.…  Seguir leyendo »