Álvaro Delgado-Gal (Continuación)

Ecología del intelectual

Seguro que a usted le ha ocurrido alguna vez. Tras una conversación sobre política o moral en la que no se ha llegado a conclusión alguna, su interlocutor dirige los ojos a lo alto y se pregunta, entre implorante y perplejo: «¿Dónde están los intelectuales?». Primero de meterme en harina, adelanto una respuesta. Los intelectuales no están en ningún sitio. En ninguno. Pero no porque no haya intelectuales, al menos en potencia, sino porque no hay sitios. Sitios, quiero decir, en los que puedan estar. Vayamos por partes.

El término «intelectual» ingresó en el vocabulario cultural y sociológico en 1898, con ocasión del affaire Dreyfus en Francia.…  Seguir leyendo »

La derrota de Trump ha producido en muchos europeos, y aparentemente en todos los españoles que se expresan en los medios, una mezcla de alivio y frustración. Alivio, porque se ha entendido que Trump era nefasto. Frustración, por lo apretado del resultado. El 41 por ciento de los encuestados a pie de urna afirmó que la gestión de la pandemia había sido determinante en su voto, de donde se colige que los errores cometidos por Trump para atajar al virus son los que verdaderamente han dado a Biden la victoria. ¿Cómo explicarse que el pueblo americano no se haya pronunciado con más contundencia contra un señor inequívocamente impresentable?…  Seguir leyendo »

Precipitaciones catalíticas

El agua oxigenada tiende a descomponerse en agua convencional y oxígeno. Pero cuando se añade yoduro, la descomposición se acelera y adquiere dimensiones catastróficas. A eso se le llama catálisis, y a la sustancia precipitante, catalizador. La democracia española ha venido sufriendo, de un tiempo a esta parte, sucesivas crisis catalíticas, una tras otra. La penúltima a gran escala corresponde al intento de secesión de octubre de 2017. Hasta ese momento, abundaban las señales de que la evolución del Estado autonómico estaba siendo mala. El enfrentamiento entre PP y PSOE, y la consiguiente necesidad de completar mayorías apoyándose en partidos desafectos a la unidad de España, había provocado, en Cataluña y el País Vasco, una inhibición constitucional enormemente peligrosa.…  Seguir leyendo »

Cien años después de muerto, Galdós se ha personado entre nosotros con estrépito. Merecidísimo, por cierto: «Fortunata y Jacinta», «La de Bringas» o las novelas de Torquemada figuran entre lo mejor que ha producido la literatura española durante siglos. Al tiempo me ha parecido detectar, detrás del homenaje y los actos de recordación, una voluntad quizá inconsciente de desagravio. ¿Raro? No. Hasta hace poco no era aún de buen tono, resultaba incluso extemporáneo, confesar que se leía a Galdós. La necrológica de Ortega, publicada en «El Sol» el 5 de enero de 1920, es elogiosa, aunque, a la vez, ligeramente condescendiente.…  Seguir leyendo »

Allá por el mes de junio, en ese periodo epiceno y sin dibujar que se extiende desde el fin de la primavera hasta los rigores de la canícula, una amiga, profesora de filosofía en la universidad, me contó una historia que yo les referiré a mi vez, cambiando solo, ¡cómo no!, los nombres propios. El hecho duró menos de dos minutos. Conviene que el lector, imaginándose detrás de la profesora, enfoque la escena con una cámara virtual. Se abre la puerta del despacho y entra un alumno que hasta entonces ha respondido al nombre de «Adrián». «Cristina», dice el alumno, «a partir de ahora, por favor, llámame Adriana».…  Seguir leyendo »

Los libros se mueven, o, mejor, nos movemos nosotros. Y entonces el texto cambia, por mucho que las palabras que en él hay escritas sigan siendo las de siempre. Esto, justamente, es lo que me ha ocurrido con Rousseau, a quien sigo leyendo con curiosidad… y creciente desacuerdo. Un hecho sobre todos los demás me desvía del ginebrino: su aborrecimiento de la complejidad social. Se transluce este encono en el uso oximorónico que hace Rousseau de un neologismo, «perfectibilité», inventado por él mismo mientras componía el Discurso sobre el origen y fundamento de la desigualdad. Para Rousseau, la perfectibilidad es un azote, un baldón de la especie humana: cuanto más desarrollado el hombre, cuanto más inteligente, más insidiosas las vías por las que un individuo someterá o sojuzgará a otro individuo.…  Seguir leyendo »

Atiendan a lo siguiente: «Cuando el borde de una falda sube unos centímetros por encima de la rodilla, sea cual fuere el punto del globo en que esto ocurra, a menos de treinta metros hay siempre un siciliano, al menos uno, mirando». La frase procede de «A ciascuno il suo», una novela de Leonardo Sciascia. Uno de los encantos de Sciascia reside, como se ve aquí, en el uso sapientísimo del hipérbaton: el pensamiento permanece en estado de suspensión, intimando y no diciendo, hasta que la palabra final provoca el equivalente a una precipitación química. En esto, Sciascia recuerda a Benedetto Croce, el mejor estilista, según Gramsci, que puede alegar el idioma italiano en el siglo XX.…  Seguir leyendo »

Suicidarse sin quererlo

¿Se está suicidando la democracia española? No, si por suicidio se entiende la cesación repentina de la vida, obrada por propia mano. Sí, en la segunda acepción del DRAE: «Acción o conducta que perjudica o puede perjudicar muy gravemente a quien la realiza». En este sentido atenuado, nuestra democracia se está suicidando: el comportamiento de los partidos y el bloqueo político amenazan con provocar un deterioro quizá irreversible de las instituciones. Permítanme, a continuación, un breve excurso por la gramática. No solemos decir que alguien se suicida contra su voluntad, sino que «se mata» por accidente. Tal ocurre con el que estampa su coche contra un árbol, o ingiere un matarratas confundiéndolo con un tónico para la garganta.…  Seguir leyendo »

El publicitario en la sombra

Ciertos individuos son importantes por sus prendas, otros por su origen y otros por sus coordenadas. Iván Redondo entra en la tercera categoría, sin que ello lo excluya por fuerza de las dos anteriores. A su cargo de jefe de Gabinete añade, según quedó manifiesto al constituirse el último Gobierno, poderes extraordinarios, tanto más intimidantes cuanto que nadie comprende muy bien en qué consisten. Pero ahí acaba todo: la eminencia gris de La Moncloa lo es en el sentido literal, casi radical, de la palabra. Así estaban las cosas, entiéndanme, en ningún sitio en particular, cuando me enteré por un amigo de que Redondo apadrina un blog en el que, día a día, va desgranando su visión de la actualidad.…  Seguir leyendo »

El momento sans-culotte

Para las inteligencias expeditivas el mundo político se divide en dos mitades, una inmaculada y la otra del color de las calderas de Pedro Botero. Encontramos buena muestra de ello en «Spanish Revolution», un vídeo que últimamente ha incendiado las redes y en el que se resume la pandemia aplicando una fórmula simple: la derecha eterna, la derecha condenada a ser derecha, es culpable. Así de claro. Amancio Ortega, por mucho que haya arrimado el hombro para ayudar a sus conciudadanos, es culpable. Ni una palabra sobre las torpezas del Gobierno, en algunos casos muy notables. Solo han obrado mal los que por esencia e instinto llevan la prevaricación en las entrañas.…  Seguir leyendo »

La caja de Pandora

No, seguramente no lo han olvidado aún. A mediados de febrero, en una intervención en el Parlament, la alcaldesa de Vich recomendó a sus afines que no empleasen el castellano si por ventura se tropezaban con un tipo que «no parece catalán». ¿Cómo da muestras de ser catalán o no catalán el que todavía no ha tenido ocasión de pronunciar una sola palabra? Misterio. Dejémoslo estar, y centrémonos en consideraciones más al alcance de quienes no poseemos el instinto racial. El lance de la alcaldesa despertó en mí una sensación familiar, lo que se conoce como un «déjà-vu». De pronto, se hizo la luz.…  Seguir leyendo »

Hacia 1923, gran parte de Italia se había hecho fascista. Giovanni Gentile, Pirandello o Ungaretti aplaudían el régimen naciente o colaboraban con él. Nicola Bombacci, el hombre de Lenin en Italia, iniciaba una aproximación. El éxito político de Mussolini fue repentino y ferozmente rápido. Después un revolcón humillante en los comicios de 1919, lograría recuperar el equilibrio lanzando a sus matones contra un partido socialista al que le había dado la ventolera de fingirse bolchevique. En el 22 tuvo lugar la marcha sobre Roma, seguida de una ganga fenomenal para quien la había convocado: la presidencia del Consejo. En el 25 fue sojuzgado el parlamento.…  Seguir leyendo »

El estado autonómico: paciencia y barajar

La gran crisis catalana ha tenido sobre la nación dos efectos, manifiesto el primero y menos visible y tal vez más importante el segundo. No es cuestión baladí, desde luego, que la mitad de la clase política se haya amotinado en una de las regiones más pobladas de España y la cuarta en renta per cápita. Sin embargo, hay más, mucho más. El espasmo secesionista catalán ha conmovido la creencia de que el Estado autonómico había adquirido su hechura definitiva, punto arriba, punto abajo. Esta idea encerraba un aspecto moral y otro ejecutivo: se entendía que los poderes locales proclives al nacionalismo estaban siendo capaces de conciliar su sesgo ideológico con una lealtad suficiente al país en su conjunto, y que no entrañaba riesgos grandes darle hilo a la cometa.…  Seguir leyendo »

Félix Ovejero y yo somos amigos desde hace tiempo, por mucho que tendamos a pensar lo contrario sobre un número considerable de asuntos. Mejor todavía: somos amigos precisamente por eso, no a pesar de eso. Allegarse a otro porque opina lo mismo que uno, es un acto de militancia. Estimarlo a despecho de que las ideas no concuerden, señala un fervor personal. Bref, discrepo frecuentemente de mi amigo Félix, y, en particular, no coincido con las tesis que ha expuesto en un artículo de «El País» del 28 de octubre («¿Solo nos queda el Estado de Bienestar?»). Según Félix, la izquierda ha reinterpretado el Estado Benefactor, obra de bricolaje histórico y hasta cierto punto del azar, como un diseño inspirado por la razón política.…  Seguir leyendo »

El Partido Socialista ha dado a conocer, el sábado 6 de julio, sus ideas para enquiciar el territorio dentro de lo que denomina «Una estructura federal del Estado». El documento, hecho público en Granada, comprende treinta y seis puntos y no depara grandes novedades, lo que, en sí mismo, no tiene por qué ser malo. Que se delimiten con precisión las competencias del Estado central y las de las CC.AA. es algo que se viene necesitando desde hace mucho tiempo. Que el Senado, una pieza hasta ahora inútil en la gobernación del país, se mude en Cámara Territorial no debería espantar a nadie.…  Seguir leyendo »

¿ DÓNDE están los intelectuales? La cuestión es nueva, novísima, tanto, que a nadie se le habría ocurrido formularla hace cuatro o cinco años. Se daba al intelectual por difunto, y aquí paz, y después gloria. Pero ha venido luego la crisis económica, y con ella, la institucional, y las dos, al superponerse, han generado una especie de malestar, un desasosiego. Se pide que alguien lea las entrañas del ave y explique hacia dónde debe tirar la sociedad. Descartados los curas de almas, que están más en las cosas de allá que en las de acá, se piensa en los intelectuales.…  Seguir leyendo »

Hace unas semanas, un amigo me alargó un artículo a doble página que acababa de aparecer en Le Monde: «Tengo interés en saber qué opinas» dijo. «Yo estoy más bien perplejo». El asunto iba de la crisis de la democracia, sobre la que se pronunciaban dos hombres de nota en el panorama intelectual francés: Pierre Rosanvallon, catedrático en el Colegio de Francia, y Jacques Rancière, profesor emérito en París-VIII. Los dos son hombres de izquierda, y entrados en años. Rosanvallon, un historiador respetable, perteneció en tiempos a la coterie cuyo numen y centro era François Furet. Rancière ha echado los dientes al costado de Althusser.…  Seguir leyendo »

A finales de febrero ocurrió un hecho cuyo importe no sabemos medir todavía: la conversión de Beppe Grillo, cómico de oficio, en la primera figura de la democracia italiana. En las elecciones a la Cámara Baja, y antes de contar los votos emitidos en el extranjero, Grillo aventajó a Bersani, a Berlusconi y a Monti, cuyos pobres resultados se interpretan como la resultante de dos vectores distintos: mal planteamiento de la campaña y enemiga casi ecuménica a la Europa que el imaginario popular identifica con la Merkel y la fiscalización alemana del euro. El hecho cuyo importe no sabemos medir todavía es portentoso, se mire como se mire.…  Seguir leyendo »

España atraviesa momentos de enorme tribulación. Un diario ha publicado la fotocopia, o la fotocopia de la fotocopia, de unos papeles en que aparecen especies y fealdades cuya confirmación apartaría de la vida pública a gran parte de la cúpula del PP. El episodio es equívoco, confuso, increíble en muchos sentidos. Consta que algunos pormenores sueltos son exactos: tal cual aludido ha dado un paso al frente y corroborado noticias que no eran secretas ni manchaban su buen nombre. ¿Hemos de deducir que los demás son culpables? Esto sería monstruoso: equivaldría a dar por buenos unos datos que no sabemos de dónde proceden, ni en qué proporción responden a la verdad.…  Seguir leyendo »

Acaba de vencer el centenario de Marcelino Menéndez Pelayo, tras una agitación académica poco proporcionada a lo mucho que el montañés ha significado en la cultura española. Hará cosa de un año, la universidad que lleva su nombre me invitó a participar en un ciclo, pero respondí que no. Aunque había leído en tiempos la «Historia de los heterodoxos españoles», no recordaba la obra con precisión y preferí no enfrentarme al reto de glosarla recorriendo el libro al trote o improvisando una opinión de circunstancias. Don Marcelino, sin embargo, estaba en mi agenda, por motivos que sería extemporáneo traer aquí a colación.…  Seguir leyendo »