Andrés Ollero Tassara

Este archivo solo abarca los artículos del autor incorporados a este sitio a partir del 1 de diciembre de 2006. Para fechas anteriores realice una búsqueda entrecomillando su nombre.

Cómo hacer política fuera de la ley

Algunos años de experiencia política no me consiguieron acostumbrar a asumir que las cosas no son como son, sino como parecen. De ahí que, cuando uno de esos mensajes inesperados –que los diarios 'on-line' nos proyectan al móvil– me 'informó' de que la Comisión de Venecia había avalado plenamente la amnistía, no pudiera evitar un mal augurio: lo que faltaba…

Menos mal que el cotidiano ABC, que sigo manejando también en papel, me permitió volver pausadamente a la realidad. Pude comprobar que se trataba de un relato más, de los que enhebran los que siguen convencidos de que no compensa hacer las cosas bien; basta con conseguir que lo parezca.…  Seguir leyendo »

En un reciente encuentro, celebrado en Buenos Aires, entre miembros de las Academias de Ciencias Morales y Políticas de Argentina y España, el Profesor Carlos Rosenkrantz, en la actualidad vicepresidente de la Corte Suprema de su país, a la que se encomienda el control de constitucionalidad, lamentaba la tendencia de dicho tribunal a ignorar sus propios precedentes para fundar sus resoluciones en sentencias de tribunales extranjeros. Este es uno de los principales defectos de la reciente sentencia del Tribunal Constitucional sobre el aborto. No tiene en cuenta la precedente del propio Tribunal, salvo para apoyarse en ella a la hora de aludir a meras obviedades.…  Seguir leyendo »

Votos particulares

La figura de los votos particulares guarda en el Tribunal Constitucional estrecha relación con la independencia de sus integrantes; muy especialmente con la caracterizada como independencia objetiva: la apariencia de imparcialidad que el justiciable está en condiciones de captar en los magistrados, liberados de todo vínculo real que condicione su labor. Se ha argumentado en contrario que la doctrina que el Tribunal establece gozaría de mayor solidez si no se transparentaran de modo razonado los motivos que algunos de sus integrantes aducen para disentir –en todo o en parte– de lo establecido por la mayoría de sus iguales. Es abrumadoramente superior el número de resoluciones apoyadas por unanimidad, si mi cálculo no es inexacto: 1.410, por 442 acompañadas de votos discrepantes en los nueve años en que fui miembro del Tribunal.…  Seguir leyendo »

Debo admitir que sorprendente, lo que se dice sorprendente, es la posibilidad de que el cumplimiento de alguna prescripción concreta de la Constitución pueda suscitar sorpresa, pero peor todavía sería acostumbrarse al incumplimiento. Nada mejor para convertir una situación en acostumbrada que una ley al respecto. Ciertamente, en teoría, toda ley está sometida a la Constitución; a colaborar a hacerlo posible llevo dedicándome, en la práctica, estos últimos años, pero para ello ha de cumplirse una condición: que -si no es el caso- alguien la recurra. Aquí surge la sorpresa. Puede haber vulneraciones groseras de la Constitución que no encuentren quien las recurra; porque a quienes pueden no les interesa o porque no les parezca elegante hacerlo en provecho propio.…  Seguir leyendo »

Con motivo de la pandemia del Covid-19 trascendió a la opinión pública una incipiente polémica doctrinal sobre el dudoso acierto de establecer el estado de alarma, en lugar de recurrir –siempre al hilo del artículo 16 de la Constitución– a un estado de excepción. No es extraño que ello se haya visto reflejado, no con menos discrepancias, en la deliberación sobre el primero de los recursos de inconstitucionalidad planteados al respecto; referido en este caso –conviene no olvidarlo– a las primeras etapas de la respuesta jurídica a tal situación, sin implicar una especie de causa general sobre todo lo posteriormente acontecido sobre el particular.…  Seguir leyendo »

Cumplió cuarenta años nuestra Constitución, marcando un récord histórico, y las más diversas instituciones han rivalizado a la hora de celebrarlo. Bien pronto habrá ocasión de conmemorar jubileo similar en el Tribunal Constitucional, su calificado intérprete, encargado por lo demás de ejercer como «legislador negativo» (Kelsen dixit), extrayendo de nuestro ordenamiento jurídico toda norma que pueda vulnerar el texto constitucional y afecte a los derechos que reconoce.

Es obvio que a eso se dedica el Tribunal, pienso, pero frecuentemente una inocente pregunta me recuerda que subsiste una norma legal, relativa precisamente al Tribunal, que vulnera olímpicamente nuestra Constitución. PSOE y PP, tan poco dados a actualizar el consenso de la transición se pusieron en 2010 por una vez de acuerdo, ¡oh paradoja!,…  Seguir leyendo »

Prohibido a los caballos ir a los toros

Los toros han merecido inesperadamente titulares en informaciones sobre la cotidianidad política. En realidad el asunto no es tan nuevo, porque ya el Tribunal Constitucional tuvo ocasión de pronunciarse sobre una ley del Parlamento catalán que pretendía prohibir las corridas en la Comunidad Autónoma. La empresa resultó fallida, al dictaminarse que la condición de bien cultural las convertía en competencia del Estado. Asunto distinto es que la polémica política consiguiente no haya servido precisamente para multiplicar iniciativas empresariales al respecto, comenzando por la que durante largos años mantuvo el templo taurino catalán por excelencia.

Casualidades de la vida llevaron poco después al Parlamento balear a repetir la tentativa, aspirando a esquivar el resultado ya conocido.…  Seguir leyendo »

La crisis económica, así como actitudes dirigidas a una interesada erosión de las instituciones políticas, han convertido en tópico la afirmación de que en realidad lo que nuestra sociedad experimenta es una grave crisis moral. Discrepo del diagnóstico. Entiendo que con ese juego entre economía, política y moral se eclipsa un elemento particularmente decisivo: el derecho. Este llamativo fenómeno se debería, a mi modo de ver, a dos razones.

La primera podría caracterizarse como clericalismo civil y es fácil adivinarla bajo actitudes laicistas no pocas extendidas, también entre los mismos creyentes. Se considera de sentido común el siguiente planteamiento: hay ciudadanos cuyas convicciones religiosas generan determinadas exigencias morales y, en la medida que las consideran de particular tonelaje, pretenden imponerlas a los demás recurriendo a la capacidad coactiva del derecho.…  Seguir leyendo »

No hace mucho leí un comentario, pretendidamente jurídico, según el cual el magistrado del Tribunal Constitucional Eugenio Gay votaría contra la constitucionalidad de la ley del aborto porque es católico. Me dio mucha pena por partida doble. Por una parte, porque en algunos diarios de prestigio se desconoce, al parecer, el artículo 16.2 de nuestra Constitución. Esto da inevitablemente paso a obvias discriminaciones por razón de religión, excluidas expresamente por el artículo 14, mientras sobre otras, implícitas, suelen mostrarse más sensibles.

El artículo citado, bueno es recordarlo, establece: «Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias». No se trata meramente de recordar que en ocasiones preguntar puede ser ofender, sino de vetar cualquier actitud inquisitorial que derivaría inevitablemente hacia exclusiones discriminatorias.…  Seguir leyendo »

Algunas de nuestras más relevantes instituciones vienen sufriendo una plaga que erosiona su prestigio de modo alarmante. Lo más desconcertante de la situación es que las conductas que tienden a activarla acaban siendo consideradas, a mi modo de ver acertadamente, como legalmente intachables. Puesto a aventurar un diagnóstico, apuntaría a la existencia de un notable déficit de cultura política, como consecuencia de un doble fenómeno aparentemente contradictorio. Por una parte, se espera de la ley más de lo que nos puede ofrecer, incurriendo en el craso error de que bastaría con respetarla para que la confianza depositada en los gobernantes no se viera frustrada.…  Seguir leyendo »

Cuando decidí poner fin a prolongadas tareas parlamentarias me animé —junto a Javier Paniagua, durante años rival dialéctico en el grupo socialista y, como yo, profesor universitario— a poner en marcha una fundación, «Ciudadanía y Valores», que sirviera de ámbito de reflexión al margen de condicionamientos de partido. Jaime Mayor, afortunadamente en activo al frente del grupo español del PP en el Parlamento Europeo, ha decidido poner en marcha una fundación bajo rótulo no muy diverso («Valores y sociedad»), pero con objetivo quizá más ambicioso: lograr que se difunda el humanismo cristiano, no sólo entre creyentes y agnósticos sino incluso en el seno del propio Partido Popular, en cuyos estatutos sigue figurando tras alguna escaramuza.…  Seguir leyendo »

La exhibición de los precios puede considerarse como un índice de civilización. Hay países en los que se exige que su presentación vaya siempre acompañada de la cantidad adicional destinada al impuesto; en otros se oculta la imposición indirecta, como si se diera por supuesto que solo pagará impuestos quien no sepa que lo hace. Rimando con ello proliferará la venta sin factura, salvo que alguien la necesite tanto como para estar dispuesto a pagar el IVA. Un escalón más bajo lo ocupará el precio sometido a solicitud de rebaja o, no digamos nada, el fijado tras un laborioso regateo fiel trasunto del juego de las siete y media.…  Seguir leyendo »

La visita del Papa, al encuentro de una nutrida juventud mundial, ha provocado con Madrid como escaparate una presencia de lo religioso que no se experimentaba hace años. Por las mismas calendas, el Congreso Mundial de Filosofía Jurídica y Social de Frankfurt hacía hueco a un grupo de trabajo sobre «La religión en el ámbito público». Se ve que, escarceos políticos aparte, el asunto merece que se le eche un poco de filosofía. No es para menos.

La doble sentencia del Tribunal Europeo de Derecho Humanos sobre el caso Lautsi contra Italia se ha convertido en paradigma de la dificultad que Europa viene experimentando a la hora de fijar el adecuado emplazamiento de la religión en el ámbito público.…  Seguir leyendo »

¿Tiene el derecho algo que ver con la justicia? Si preguntamos a cualquiera de nuestros vecinos no mostrará la menor duda al respecto. Cuando alguno de ellos exclama «no hay derecho» nos está denunciando la existencia de una injusticia; le tranquiliza no obstante el convencimiento de que, si se le identifica, el responsable será puesto a disposición de la justicia; y así sucesivamente.

Todo lo que tiene que ver con el derecho tiende, sin embargo, a verse situado en un escenario bastante más complejo. Esos mismos vecinos tenderán a vincular la justicia con la moral; en consecuencia admitirán con facilidad que, mientras que por derecho debemos entender algo objetivo, en cuestiones de moral es bueno que cada uno pueda siempre suscribir sus cadaunadas.…  Seguir leyendo »

El alejamiento popular de nuestras instituciones es un fenómeno preocupante, motivado en buena medida por un doble defecto de comunicación. No se trata solo de que se traslade al ciudadano una versión caricaturesca del trabajo real de parlamentarios, jueces o catedráticos; el problema más grave es que no se transmite una idea exacta de lo que institucionalmente cabe esperar de unos y otros. Por supuesto, habrá parlamentarios perezosos, jueces politizados y catedráticos absentistas, pero el problema grave es que la idea que el ciudadano tiene de sus tareas no se corresponde en absoluto con lo que institucionalmente justifica su existencia.

No me resulta difícil aportar experiencias propias.…  Seguir leyendo »

Es curioso hasta qué punto en países bien dispares se acaban planteando problemas semejantes. El diferente contexto anima no obstante a la reflexión. Quiso el azar que mi llegada al aeropuerto de Varsovia coincidiera con la de los restos del presidente Kaczynski, víctima de la tragedia aérea de Smolensko. El conductor que enviaron los organizadores del Congreso sobre «Los valores de la nueva Europa», en el que participábamos tres profesores españoles, nos recibió con dos palabras trabajosamente expresadas: «bloquedada» (la ciudad...) y «presidente», antes de echarse a llorar... No dudó, sin abordar ya enojosas traducciones, en aparcar unos kilómetros más allá y mezclarnos con la cadena de ciudadanos polacos que iba engrosándose a lo largo de todo el recorrido de la inminente comitiva.…  Seguir leyendo »

En mis escarceos como portavoz en la Comisión de Educación del Congreso de los Diputados me alarmó que el entonces ministro Maravall motejara a la enseñanza universitaria como «post-secundaria». Veinte años después en ello estamos...

El bachillerato se ha visto en ese periodo prácticamente erradicado, para convertirse en el apéndice final de la Secundaria. El cuerpo de Catedráticos de Bachillerato, que por la calidad de sus integrantes hacía presente en esa etapa los ideales de excelencia atribuibles a la Universidad, fue pasado por las armas de la reforma educativa. Ésta se centró en localizar y eliminar el fracaso escolar. Tan loable propósito se tradujo en muy positivas iniciativas compensatorias, atentas a la situación de inferioridad de sectores del alumnado derivadas de la marginación social, la escasez de medios económicos en el ámbito familiar, circunstancias fisiológicas que redujeran el rendimiento académico o incluso, más tarde, dificultades de comprensión lingüística de la población inmigrante ajena al ámbito cultural hispano.…  Seguir leyendo »

Hay géneros literarios propensos a provocar extraños compañeros de página. Cuando oímos hablar de la verdad, tiende a darse por hecho que nos referimos a algún tipo de conocimiento; hablar de caridad remite por el contrario a actitudes prácticas. No parece fácil emparejar uno y otro punto de vista. Es cierto que se habla del cariño verdadero, pero es para apostillar de inmediato que ni se compra ni se vende. Las teorías económicas aspiran a ser consideradas verdaderas; vincular la actividad económica con la caridad resulta más bien insólito. Que en plena crisis económica mundial se proponga que la solución está en combinar adecuadamente caridad y verdad no es precisamente un lugar común.…  Seguir leyendo »

Las sentencias del Tribunal Supremo sobre las asignaturas relacionadas con la educación para la ciudadanía ofrecen la oportunidad insólita de asistir a un cruce de argumentos sobre una cuestión de interés general. Es de lamentar que debates como este queden reservados a una minoría de iniciados, capaces de armarse de paciencia y enfrentarse a centenares de folios. Se abordan problemas como la relación entre conciencia personal y derecho, el efectivo alcance del pluralismo como valor superior de nuestro ordenamiento constitucional, la dimensión más excluyente («negativa», diría Kelsen) que positiva de la Constitución al reconocer derechos y contenidos axiológicos, el intento imposible de separar drásticamente ética pública y privada, o la aporía de perseguir en el ámbito educativo una neutralidad moral que no encubra un burdo indiferentismo.…  Seguir leyendo »

Créanme que no son ganas de llevar la contraria, pero a mi la situación de la Justicia en España me parece envidiable. Pensarán que quizá no leo los periódicos; al contrario: cada vez que leo alguna noticia, más o menos estrambótica, sobre la Justicia me produce mayor envidia.

El secreto de mi curioso síndrome radica en mi sufrida y apasionada condición de profesor universitario. Se me ponen los dientes largos al comprobar que cualquier disparate que se produzca en el ámbito de la Justicia se retransmite en directo, lleva a toda la población a llevarse las manos a la cabeza, sea cual sea su nivel de ilustración, consolida liderazgos políticos al grito de «la Justicia es un cachondeo» y, como consecuencia de todo ello, permite pensar que aumentarán las posibilidades de que tanta situación manifiestamente mejorable acabe algún día rectificándose.…  Seguir leyendo »