Andrés Ollero Tassara (Continuación)

Las coyunturas electorales tienden a suscitar profundos análisis sobre las causas que generan el voto en uno u otro sentido. No me considero nada experto en tan delicados augurios previos o diagnósticos posteriores, pero alguna que otra observación acaba brindando el trajín cotidiano. Quizá dos anécdotas de corte académico puedan tener algún valor simbólico.

El joven, dinámico y recién incorporado capellán de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Rey Juan Carlos tuvo a bien propiciar una conferencia del presidente del Foro de la Familia Benigno Blanco sobre una cuestión tan actual como la asignatura «Educación para la Ciudadanía».…  Seguir leyendo »

Los análisis jurídicos ayudan a descubrir perspectivas y matices que a primera vista tienden a escapar con facilidad, como he tenido ocasión de señalar al abordar problemas de teoría del derecho en lo que he titulado, para no engañar a nadie, «El derecho en teoría». Buenas pruebas de la importancia de tales matices encontramos en el actual debate sobre la polémica asignatura «Educación para la ciudadanía».

Me centraré sobre todo en dos aspectos: la frontera en justicia y tolerancia y el papel que nuestra Constitución atribuye al «mantenimiento del orden público» como única «limitación» admisible para las manifestaciones de la libertad ideológica.…  Seguir leyendo »

La polémica sobre la asignatura «Educación para la ciudadanía» ha suscitado reacciones tan variadas que parecen agotar toda posible novedad al respecto. De ahí mi preocupación, al comprobar que la mía no encaja en ninguna de las hasta ahora expuestas. Quizá todo se deba a mi curiosa condición de catedrático de Filosofía del Derecho.

En el fondo, se estaría reduplicando un fenómeno bien conocido en la filosofía jurídica. Tras la última guerra mundial se planteó una crítica al positivismo jurídico, como presunto culpable de los desmanes que la habrían generado. Esta teoría jurídica aparecía así como éticamente perniciosa, dando de camino ocasión a una efímera resurrección del derecho natural.…  Seguir leyendo »

Entre las habituales quejas ciudadanas se han convertido en frecuentes las que, más que cuestionar alguna decisión pública merecedora de abierta discrepancia, señalan que ha sido adoptada sin debate previo alguno. Siendo la democracia el sistema que permite sustituir la mera imposición del poderoso por una deliberación con participación ciudadana, la situación no deja de resultar sorprendente. Si no hay debate, o si éste resulta bloqueado, ya no se trata como ciudadanos a los destinatarios de las decisiones que afectan a los valores, sino más bien como súbditos.

Si nos preguntamos qué factores tienden a bloquear el debate público en nuestro país, habría que señalar en primer lugar uno un tanto paradójico: el enrocamiento partidista.…  Seguir leyendo »

Ronald Dworkin, a caballo entre Oxford y Nueva York, se ha autoimpuesto desde hace años la ardua tarea de nutrir de argumentos teóricos al individualismo radical característico de buena parte de la izquierda norteamericana. Su empeño es digno de admiración por muy diversas razones.

Resulta admirable, para empezar, cómo no rehuye tema alguno, por vidrioso o polémico que resulte; muy al contrario. Hace ya decenios, animando a tomarse «Los derechos en serio», abordó el espinoso debate sobre la llamada «acción afirmativa», destinada a contrarrestar positivamente la discriminación de las minorías. Hacerlo sin abandonar la perspectiva individualista no deja de revestir su mérito.…  Seguir leyendo »