¿Qué somos más: sainete, drama o novela?
«Precisamos de urgencia una pluma que los identifique y relate su encarnadura. Una pluma capaz de inspirarse en la maestría del realismo mágico», escribía hace un par de días Juan Luis Cebrián en Del esperpento español al realismo mágico.
Se refería Cebrián a la necesidad de un escritor que retrate nuestra pequeña corte monclovea de los milagros y la catadura política y moral de sus cabezudos y tarascas. Era un buen artículo el suyo. Solo un par de objeciones: llamar a la mujer de PSánchez «su Dulcinea» convierte al marido de la catedrática en don Quijote (y eso, ni de broma), y considerar que el realismo mágico es la herramienta adecuada para contar lo que está sucediendo en España lo deriva hacia el encantamiento y lo poético, cuando es lo contrario: zafio y vulgar, unos días kafkiano, otros dantesco.… Seguir leyendo »