Un mito económico de proporciones olímpicas
Según la leyenda olímpica, ser anfitrión de los Juegos constituye un gran beneficio económico para la ciudad y el país elegidos. En realidad, resulta más frecuente que los Juegos sean un despilfarro, algo que Río de Janeiro está descubriendo.
En primer lugar, consideremos la forma en que se asignan los Juegos a una ciudad. El Comité Olímpico internacional (COI), un monopolio global no regulado, lleva adelante una subasta bianual donde las ciudades del mundo compiten entre sí para demostrar su idoneidad. Los ejecutivos de las empresas —frecuentemente, del sector de la construcción— que se beneficiarían con la preparación de los Juegos suelen liderar el proceso de licitación de las ciudades candidatas.… Seguir leyendo »