El pozo de la pornografía
Tener hijos es afrontar miedos casi a diario. Cuando son recién nacidos si no te despiertan ellos con su llanto, te despiertas tú para pegar la oreja a la cuna y asegurarte de que respiran. Cuántas veces no habré puesto la mano sobre su espalda, su vientre para asegurarme de que se producía ese movimiento rítmico. Saber respirar, como saber comer o saber digerir la leche mamada no es automático. El ser humano nace en una fase de desarrollo muy inferior a la de otros mamíferos; no llegamos al mundo, como los potros o los terneros, capaces de ponernos en pie y andar.… Seguir leyendo »