Antonio Elorza (Continuación)

En circunstancias muy diversas, el mes que ahora va acabándose ha traído consigo una sucesión de acontecimientos políticos donde la relación entre Islam y democracia ha sido puesta duramente a prueba. La más importante puede ser el reto que plantearán el 30 de junio las fuerzas políticas y sociales laicas frente a lo que juzgan instalación de un régimen islamista cada vez más cerrado bajo la presidencia de Mohamed Morsi en Egipto. Unos días antes, las elecciones en Irán parecen comprobar la hipótesis de que el régimen de los ayatolás sigue dispuesto a mantener unas instituciones en apariencia democráticas, con el propósito de que la hierocracia encabezada por el sucesor de Jomeini experimente los menores riesgos posibles y no sea necesario recurrir a la brutal represión que acabó en 2009 con la revolución verde.…  Seguir leyendo »

En un ensayo publicado por el Instituto Elcano en 2005, a raíz del atentado de Londres, planteé de modo provocativo que nos encontrábamos ante una guerra mundial de nuevo tipo, declarada por el terrorismo de Al Qaeda. A diferencia de los conflictos anteriores, se trataba de una contienda sin frentes, armas convencionales ni batallas en campo abierto. Ni siquiera las acciones bélicas se desarrollaban con una cierta continuidad. Sin embargo, era una guerra en la medida que uno de los contendientes estaba dispuesto a mantener la lucha armada hasta la victoria total sobre el adversario, por encima de cuantas derrotas parciales pudiera sufrir.…  Seguir leyendo »

“Pero Santiago, ¡qué bruto eres! ¡Haber echado a los que eran los tuyos!”. Pronunciadas con voz ronca y su inconfundible acento-franco-aragonés, las palabras de Lise Ricol, la viuda de Arthur London, en la recepción de la Embajada francesa de 1996 en homenaje a los brigadistas, dejaron sin respuesta a su viejo amigo. Eran el mejor resumen de la contradicción vivida por Santiago Carrillo durante la crisis del Partido Comunista a principios de los ochenta: todo se hundió tras haber hecho del PCE una fuerza política decisiva para el establecimiento de la democracia en España; propiciado desde mucho antes, en 1956, el clima para que ello sucediera, y asumido el necesario sacrificio de los Pactos de la Moncloa, imprescindibles para que la inflación desbocada no se llevase por delante a la Transición.…  Seguir leyendo »

En el 60º aniversario de la muerte de Stalin, conviene recordar la complejidad de su estrategia de destrucción de la democracia, llevada a cabo en los países ocupados por el Ejército soviético entre 1945 y 1948. A diferencia de Lenin, Stalin era consciente del apego de los trabajadores europeos a las instituciones representativas, algo que no había sucedido en la Rusia zarista. Allí el salto fue bien fácil. Había, pues, que desmantelar la democracia representativa desde su interior hasta alcanzar el monopolio de poder de los partidos comunistas, que acabara convirtiendo las “democracias populares” en sucedáneos de la dictadura del proletariado.…  Seguir leyendo »

En su autobiografía, José María Blanco-White cuenta que Carlos IV explicaba con orgullo que los reyes tenían la suerte de no poder ser traicionados por sus esposas, ya que tendrían que hacerlo con otros monarcas, y estos se encontraban demasiado lejos. Al margen de la veracidad de la anécdota, ajustada a la ingenuidad de aquel Borbón, la misma ilustra los peligros en que también incurrieron otros personajes reinantes al creer que su posición excepcional en la jerarquía del poder les colocaba por encima de cualquier riesgo. Recordemos a Alfonso XIII, cuando por una parte se lamentaba de su falta de popularidad a pesar de su afición a la práctica de deportes de lujo, olvidando que tal exhibición le colocaba a una distancia abismal de su pueblo, y por otra pensaba que nunca le sucedería lo que al zar Nicolás II, abandonado por sus nobles.…  Seguir leyendo »

Cuando en 1927 el joven Pierre Vilar se instala en una residencia para investigadores de Barcelona, no deja de sorprenderle la actitud del conjunto de residentes en relación a España, algo tanto más significativo cuanto que entre ellos encuentran personalidades como Pompeu Fabra y Nicolau d’Olwer. El castellano era para ellos una lengua extranjera, reservada para los iberoamericanos; con otros no catalanes, preferían hablar en francés o inglés. Explicaban puntualmente los rasgos culturales de Cataluña y sus grandes hitos históricos, las derrotas de 1689 y 1714, vinculándolas a la opresión de la Dictadura. Ser de Montpellier, la patria de Jaume el Conqueridor, le valía a Vilar gestos de simpatía.…  Seguir leyendo »

Las revueltas antidictatoriales de la primavera árabe suscitaron una generalizada reacción de sorpresa y satisfacción en el mundo democrático. Al fin la imagen del Islam se separaba nítidamente del terrorismo protagonizado por al-Qaeda y se abría la posibilidad de que una variada gama de regímenes corruptos y opresores cediese paso a gobiernos en que cupiera una u otra forma de participación popular. Estuvo de más sin embargo el bienintencionado optimismo, que a partir de lo sucedido en Túnez y en Egipto apostó por la teoría kissingeriana del dominó, profetizando que un país tras otro derrocaría a sus autócratas para implantar la democracia.…  Seguir leyendo »

En su libro Los rostros del federalismo, Roberto Blanco Valdés pone el acento sobre un factor que ha incidido en el fracaso del Estado de las autonomías —al cual considera una federación— y que sin duda contribuiría a bloquear cualquier intento de reforma que llevase a una racionalización de aquel: “La existencia de partidos nacionalistas que reivindican sin tregua una reacomodación del modelo autonómico español, con la vista puesta en superarlo antes o después, caminando hacia el confederalismo, primero, y hacia la independencia con posterioridad”. La aparición de un espíritu federal, de un patriotismo vinculado a la supervivencia de la Federación, resulta en tales circunstancias imposible.…  Seguir leyendo »

Una de las exigencias del lenguaje democrático que está siendo constantemente incumplida es la de utilizar enunciados unívocos, evitando los eufemismos y cortinas de humo dirigidas a esconder la verdadera significación. La inversión de significados era adecuada para el fascismo, ya que ofrecía lo contrario de aquello que estaba dispuesto a practicar. El “Arbeit macht frei” sería el mejor ejemplo. El habitual recurso de los políticos del día al eufemismo es a su vez un signo de que impera la política como manipulación: a la cadena perpetua se le llama nosequérevisable; al blindaje de las comunicaciones internas del Estado, ley de transparencia, y en el terreno que nos ocupa, al independentismo, soberanismo; a la confederación, federalismo asimétrico; al Estado catalán, Estado propio; a la puesta en marcha de la independencia, “transición democrática”; a la autodeterminación, “derecho a decidir”.…  Seguir leyendo »

La lectura de los primeros pasos de la “primavera árabe” estuvo cargada de optimismo. Las caídas del corrupto Ben Alí y del supuesto faraón Mubarak auguraban movilizaciones en cadena, con las nuevas democracias ocupando el lugar de las dictaduras pro-occidentales y la prueba de que cualquier duda sobre el significado político del Islam era signo de islamofobia.

La realidad mostró muy pronto que las cosas eran más complicadas. Para empezar, no fue lo mismo derribar dictaduras abiertas a cierto grado de pluralismo, como Túnez y Egipto, en definitiva, regímenes autoritarios, que enfrentarse a autocracias, verdaderos neosultanismos, casos de Libia o de Siria, dispuestas a sofocar a sangre y fuego cualquier oposición.…  Seguir leyendo »

En 1984 este diario organizó en Girona con El Monun coloquio sobre el tema “¿qué es España?”. Durante una de las sesiones, desde el público, formulé a Javier Pradera la pregunta de si no hubiera sido mejor el establecimiento de un Estado federal, en vez del Estado de las autonomías, y nuestro desaparecido amigo ofreció una explicación convincente: al federalismo se oponía entonces el grado de desarrollo político muy desigual de las comunidades. Hubiera sido entonces un error forzar la participación equiparable de las mismas en la organización del Estado. El tema es si transcurridas varias décadas, la objeción sigue siendo válida.…  Seguir leyendo »

El viejo revolucionario estaba dispuesto a justificar en todo y por todo la obra del régimen en su medio siglo largo de existencia, y por lo mismo a descalificar airadamente con un “se equivoca, todo es más complejo” cualquier discrepancia de su interlocutor, desde la condena de 20 años de trabajos forzados a Huber Matos en su día por una simple dimisión, hasta el juicio sobre la política de Obama, a su entender peor para Cuba que la de Bush. Todo se explicaba porque la revolución tropezó con un “mundo civil” que se desplomó en 1959 y luego luchó contra un cerco económico que aún la estrangula ahora.…  Seguir leyendo »

En relación al terrorismo, hay círculos de víctimas, y también círculos de responsabilidades. Para empezar, resulta obvio que el centro de la tragedia corresponde a quienes perdieron sus vidas o sufrieron daños –físicos o psíquicos- irreparables por efecto de la acción terrorista. El segundo círculo incluye a familiares y a allegados, que sobrevivieron para llevar la carga que pusieron sobre ellos los atentados. Pero hay un tercer círculo al cual se hace menos referencia: quienes durante años pudieron pensar con sobrados motivos que se encontraban en la lista de espera para ser asesinados. Tuvieron peor fama, e incluso renombradas plumas progresistas condenaron su exhibicionismo por declarar que llevaban escolta.…  Seguir leyendo »

Desde la destrucción de la villa por el bombardeo de la Legión Cóndor, un 26 de abril de 1937, Guernica se convirtió en el símbolo de la resistencia de un pueblo y también de la mentira de Franco. La obstinación del dictador y de sus voceros por sostener la tesis de que la ruina de Guernica había sido provocada por los propios “rojo-separatistas” fue el mejor signo de que la victoria del nuevo régimen iba más allá de la damnatio memoriae de los vencidos y que asumía el rasgo típicamente fascista de presentar a las víctimas de su barbarie como verdugos.…  Seguir leyendo »

En la campaña por la secretaría general del PSOE, la exministra Cristina Narbona reprochó a la pasada dirección del partido lenidad ante el fenómeno de la corrupción, pensando en el fraude inmobiliario. La respuesta del entonces candidato Rubalcaba ante los micrófonos de la SER fue sorprendente: sí, había luchado contra la corrupción, “lo que le ganó buenas broncas”. Resultados: cero. El político confesaba así que, o bien le abroncó Zapatero por oponerse a la corrupción, o bien cayó sobre él la pléyade de corruptos socialistas. Rubalcaba añadía su juicio sobre la “burbuja inmobiliaria”: trajo algo bueno, el dinero (sic), algo malo, el paro, y además la corrupción.…  Seguir leyendo »

“Cuando España alzó el grito de la independencia, sola entre las naciones del continente que habían sido ya esclavizadas o iban a serlo bien pronto, todos los amantes del bien volvieron admirados los ojos hacia ella…”. Las reflexiones desde Londres de José Blanco White sobre “los primeros pasos de la revolución española”, publicadas en 1810 en el prospecto de su periódico El Español, permiten constatar que el cambio político se tradujo desde sus inicios de 1808 en una revolución de las palabras.

Ante todo, la Independencia como objetivo supremo, para nada un mito tardío, aspiración elemental desde el momento en que se percibe el significado de la ocupación francesa.…  Seguir leyendo »

Manuel Fraga fue el prototipo de una personalidad autoritaria. Cuando el relato de su vida destaca la sucesión de posiciones políticas en apariencia contradictorias, desde su lealtad al franquismo y a Franco, que nunca desmentirá, a su implicación sincera en el proceso de incorporación de la derecha a la democracia, es necesario tener en cuenta que siempre hubo un hilo rojo explicativo de su conducta: una adhesión sin reservas al orden establecido, del cual derivaba la autoridad legítima, frente a cualquier tipo de subversión, la de la oposición democrática hasta 1976 o la del 23-F. Firme en sus lealtades, Fraga fue un hombre siempre seguro de sí mismo, escasamente dispuesto a admitir que alguien frente a él pudiera tener la razón.…  Seguir leyendo »

Menospreciados por su respaldo electoral minoritario en Túnez, los salafíes han saltado a primer plano de la actualidad con la primera fase de las elecciones egipcias, como lo hicieran después del 11-S. Su identificación como ala extrema del espectro islamista es relativamente sencilla, y no solo por las barbas de chivo de sus candidatos con chilaba blanca o por el niqab de sus mujeres, marcando por este procedimiento las distancias con los Hermanos Musulmanes, del mismo modo que aquí lo hace la izquierda abertzale respecto del PNV.

La definición salafí descansa sobre un trípode que configuran determinados textos sagrados. Ante todo, el mandato coránico de "constituid una comunidad que llame al bien, ordenando lo que está bien y prohibiendo lo que está mal".…  Seguir leyendo »

A principios de 2008 un conocido periodista preguntó a José Luis Rodríguez Zapatero por el balance de su implicación en el tema del Estatuto de Cataluña: ¿no habría sido una frivolidad formular por anticipado aquella promesa de que "apoyaré el Estatuto que venga de Cataluña"? Sin negar que hubiese pronunciado dicha frase, el presidente dio al responder tres interpretaciones sucesivas de su pasada posición. Una, habría dicho "que apoyaría que el Parlamento de Cataluña hiciera un nuevo Estatuto". Otra, "lo que yo apoyaba es que el Estatuto se reformara". Y por fin, su declaración había sido: "Apoyaré lo que se pueda apoyar y no apoyaré lo que no se pueda apoyar".…  Seguir leyendo »

El humorista del diario tunecino nos presenta a dos personajes que conversan. Uno de ellos expresa su miedo ante la llegada al poder de los islamistas, y cuenta al otro que se ha abastecido, por si acaso, de agua y de leche. "Te equivocas", le contesta su interlocutor. "Harías mejor en almacenar vino y cerveza". Una de las imágenes habituales del islamismo le identifica con la prohibición de las bebidas alcohólicas, y de hecho, siendo Túnez país musulmán, el Gobierno ponía las cosas difíciles a los bebedores de las clases populares, reservando la venta a tenduchos semiescondidos de propiedad estatal y solo en las principales localidades.…  Seguir leyendo »