Antonio Hernández-Gil

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«Ciudadanos de los Estados Unidos de Europa; permitidme que os llame así, porque la república federal europea está fundada en derecho y aguarda a estarlo en los hechos. Vosotros existís, luego ella existe. Podéis constatarla por vuestra unión, que esboza la unidad. Sois el comienzo de un gran futuro». Víctor Hugo presentaba así, en 1869, el III Congreso de la Paz de Lausana, veinte años después de presidir el de París, donde ya lanzó la idea de unos Estados Unidos de Europa, que mirarían cara a cara a los Estados Unidos de América y les tenderían su mano para intercambiar productos, industria, artes, «descifrando el mundo, colonizando los desiertos, y combinando juntos sus fuerzas infinitas para conseguir el bienestar de todos, la fraternidad de los hombres».…  Seguir leyendo »

Respeto

De niño me gustaba oír recitar una poesía popular, a ser posible con fondo de estrellas y rasgueos de guitarra flamenca, que trataba de un personaje real, un malagueño de vía estrecha, reseco, chicuelo, mirada de gallo pendenciero y hocico de raposo tiñoso, que pedía limosnas por tangos y maldecía cantando fandangos. Al poeta le daba pena aquel hombre, pero también le causaba -y este verso se clavó en mi alma de cera- «un respeto imponente». El Piyayo, que así lo llamaban, era una mezcla de cantaor, guitarrista y vendedor ambulante que el poema de José Carlos de Luna retrataba como un pobre hombre -lo fuera o no- enfrentado cada día a la liturgia de partir con sus hijos el pan ganado gracias al modesto arte callejero.…  Seguir leyendo »

La vida, camino hacia la muerte. No sé si es una metáfora o el más real de los caminos, el único por el que, día y noche, todos nos aventuramos. Jorge Manrique cantó nuestras huellas de ríos que van a dar en el mar que es el morir, y el camino de este mundo para el otro, que es morada sin pesar. Antonio Machado, quien tanto pensó la soledad de los campos castellanos cruzados por riberas, álamos y cañadas, dejó dicho que al borde del sendero un día nos sentamos, que ya nuestra vida es tiempo, y que nuestra sola cuita son las desesperadas posturas que tomamos para aguardar … esa cita que nunca falla.…  Seguir leyendo »

Democracia sin alma

Weimar, 31 de julio de 1919. Finalizada la I Guerra Mundial, la Asamblea Nacional alemana aprobaba una nueva Constitución. Eran tiempos de gran inestabilidad política, social y económica, con acciones y reacciones extremas a derecha e izquierda. En noviembre de 1923, después de que Francia ocupara la región del Ruhr al demorar Alemania su pago de las reparaciones de guerra, miembros del Partido Nacionalsocialista dieron en Múnich un fallido golpe de Estado que acabó con Hitler procesado y condenado. En la prisión de Landsberg, comenzó a escribir Mein Kampf (Mi lucha), con ideas antisemitas, militaristas y expansionistas, imaginando la destrucción de los judíos y la invasión de Rusia para que Alemania alcanzara su destino histórico.…  Seguir leyendo »

Hace un año, Emmanuel Macron subrayaba ante el Tribunal de Estrasburgo el compromiso de Francia con los derechos humanos, desde la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 hasta esta supuesta «edad de los derechos». Macron trató del conflicto entre seguridad y derechos centrándose en tres aspectos críticos: la lucha contra el terrorismo, la respuesta ante los refugiados y la situación de las prisiones. Proponía «una reflexión profunda, filosófica y práctica, sobre nuestra política penal, su sentido último, el lugar de la pena, y también la indispensable reinserción social del preso». Hay, en efecto, una reflexión pendiente sobre las reformas procesales que demandan los tiempos, la generalización de penas alternativas y reparadoras, como el trabajo de interés social, y la función transformadora de un nuevo derecho cargado de valores.…  Seguir leyendo »

Sabemos muy poco de Homero, si es que fue una sola persona quien escribió «La Ilíada» y «La Odisea». Dos mil setecientos años hacia atrás, la ficción literaria se mezcla con leyendas y tradiciones no contrastables. Aun así, tenemos completas «La Ilíada» y «La Odisea» en versiones consistentes desde antes del Renacimiento, y sabemos que sobre su épica y su poesía se asienta en buena medida la civilización europea. Platón ya reconocía, siglos después de componerse, que eran la principal fuente de la educación y la cultura griegas. En ese magma histórico-legendario, un texto antiguo inciertamente atribuido a Herodoto cuenta que Homero nació en Esmirna, en lo que hoy es la costa turca del mar Egeo, entre Pérgamo y Éfeso, un arco geográfico con Troya al norte y Mileto al sur, junto a las islas griegas de Quios, cuna de los rapsodas sucesores de Homero que llamamos «homéridas», y de Ios, donde Herodoto y Pausanias localizan la muerte de Homero.…  Seguir leyendo »

El 21 de diciembre de 1511, en la isla de La Española, el dominico Antonio Montesinos pronunció un durísimo discurso contra el maltrato a los indios por los cristianos llegados a América en busca de mejor fortuna: «¿Con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre aquestos indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas? ¿Estos, no son hombres? ¿No tienen ánimas racionales? ¿Esto no entendéis? ¿Esto no sentís? ¿Cómo estáis en tanta profundidad de sueño tan letárgico dormidos?»

Aquellos fueron años de laboratorio social para ordenar una realidad humana desconocida.…  Seguir leyendo »

Estos días en que nuestra Constitución cumple años vale la pena recordar algunas fechas: 20 de noviembre de 1975, muerte de Franco; 4 de enero de 1977, Ley para la Reforma Política; 15 de junio de 1977, elecciones a las Cortes constituyentes; 31 de octubre de 1978, aprobación de la Constitución por las Cortes, ratificada en referéndum el 6 de diciembre de 1978. Fue brevísimo el lapso de tiempo en que se establecieron las bases jurídicas de la convivencia. España se enfrentaba a la necesidad de un nuevo orden para acomodarse a las exigencias democráticas de las que habíamos quedado descolgados.…  Seguir leyendo »

Los suplicantes

El mar era en la antigüedad a la vez límite e infinito, igual que la noche estrellada. Un más allá donde zozobraban las naves de guerra y los viajeros, como pájaros, se perdían con sus penas en el horizonte o surgían de las olas cargados de deseos. El Mediterráneo siempre fue lugar de paso y huida, altar y tumba, la cuna líquida de Europa. En la Grecia de Homero, la Argólida, al este del Peloponeso, comprendía ciudades como Hermione, Epidauro o Argos, y sus costas, dulce o violentamente, eran bañadas por el Egeo. Entre Atenas y Esparta, los argivos, que así se llamaban los habitantes de Argos, siempre estuvieron del lado de Atenas.…  Seguir leyendo »

Grietas de luz y canto

Hubo una época en que de Jueves Santo a Domingo de Gloria las radios de madera sólo emitían música clásica para arroparnos con sonidos elevados, sin palabras o con palabras extrañas, como de otro planeta, y que nada nos distrajera de aquel tiempo de duelo. En las últimas semanas santas logré combinar algunas reflexiones sobre la metáfora de nuestra muerte diaria que es la Pasión y la música que nos enfrenta a nosotros mismos, balanceados por columnas de notas ordenadas como piezas de una catedral gótica. Este año no he sido capaz de escribir nada. Viajé a mi querida Extremadura, increíblemente verde pese a los efectos del cambio climático.…  Seguir leyendo »

El rapto de Europa

Al sur de Creta, en mitad de un mar de viejos olivos que abrazan columnas romanas, están las ruinas de la ciudad de Gortina. Homero la menciona para contar sus naves entre las que fueron a Troya. Allí se conserva uno de los textos jurídicos griegos más antiguos, una compilación de reglas sobre la familia, los esclavos y la economía inscrita en trozos de piedra. Cinco siglos después, los romanos los reutilizaron en la construcción del Odeón. Las Leyes de Gortina aún pueden verse junto a los restos del teatro; doce columnas y seiscientas líneas en dórico arcaico que se leen alternativamente de derecha a izquierda y de izquierda a derecha.…  Seguir leyendo »

«La distinción entre Norte y Sur es real e inteligible; nuestra búsqueda finaliza siempre en uno de los dos polos de la Tierra. Pero la diferencia entre el Este y el Oeste es arbitraria; cambia alrededor del globo». Es una anotación manuscrita de Edward Gibbon en su ejemplar de El declive y la caída del Imperio Romano (1788), una obra imprescindible para comprender la visión occidental del Islam. Como del otro lado ha dicho el poeta palestino Mahmoud Darwish, «el Este no es completamente el Este y el Oeste no es completamente el Oeste, porque la identidad está abierta a la pluralidad, no es una ciudadela o una trinchera».…  Seguir leyendo »

«Somos como viajeros desplazándonos por un nuevo territorio con la ayuda de mapas antiguos; el territorio ha cambiado radicalmente, los mapas no; de modo que nos tropezamos con cursos de agua que no sabíamos que existían, y debemos escalar montañas que nunca imaginamos». Seyla Benhabib, profesora turca de ciencia política en Yale, nos regala esa metáfora desde un cosmopolitismo no ingenuo. También la usa Nancy Fraser, de la New School de Nueva York, para ilustrar cómo en esta sociedad global las escalas de la justicia ya no coinciden con las fronteras de los Estados en los viejos mapas coloreados.

En poco tiempo, mi generación ha viajado por las secuelas de una guerra civil; el aislamiento de la dictadura; la llegada del hombre a la luna; la sed de libertad cuando el régimen agonizaba; la guerra fría; el esfuerzo colectivo por la democracia plasmado en una Constitución socialmente avanzada pero con un dibujo territorial vulnerable; el sueño de Europa progresando hacia la integración; el terrorismo de ETA y su lento final; la guerra de Irak; la crisis económica mundial que creíamos circunscrita al sistema financiero y acabó infectando las cuentas de las administraciones públicas y de los ciudadanos abandonados a su mala suerte; los crímenes del yihadismo; las guerras deslocalizadas; la incapacidad para gestionar los procesos migratorios; el avance de la insolidaridad, los nacionalismos y los populismos, que venden recetas simples para problemas complejos adornadas con eslóganes de falsa seguridad mientras la vieja política está demasiado implicada en los aparatos del Estado y de la economía para merecer la confianza de los ciudadanos.…  Seguir leyendo »

El jardín del bien y del mal

Durante siglos, la pintura fue esencial para crear y comunicar ideas. Era un instrumento de pedagogía social, más allá de la actual pulsión estética asociada al arte como subproducto de una cultura mercantilizada. Servía para construir las imágenes del mundo de forma que, mostrándolo desde diferentes ángulos, contribuía a dotarlo de sentido y a orientarnos por sus laberintos. Hoy el mundo se nos cae a pedazos sin que apenas reconozcamos en los artistas la virtud de hacerlo más hospitalario. Lo pensaba recorriendo la extraordinaria exposición con que el Museo del Prado celebra el quinto centenario de la muerte del Bosco; uno de esos artistas de los que asombra todo, desde los detalles de las naves fabulosas, mitad pájaros mitad peces, que sobrevuelan Las tentaciones de San Antonio de Lisboa, a la atmósfera gris del planeta en tinieblas, a medio hacer el tercer día de la creación, que descubrimos cuando se pliegan las hojas de ese tríptico mágico que llamamos El jardín de las delicias.…  Seguir leyendo »

La ignorancia pública

Los sueños son el acuario de la noche. Víctor Hugo, diputado de la Asamblea francesa al proclamarse la II República, nunca abdicó de su imaginación ni enajenó su independencia. Cuando en noviembre de 1848 la Asamblea debatía recortes en instrucción pública, él alertaba del mayor peligro social: «La ignorancia que nos desborda, que nos invade por doquier». En 1849 pronunciaba un discurso sobre la destrucción de la miseria y en 1850 otro en defensa de la enseñanza pública, para atender la primera necesidad del hombre: la esperanza. Por aquellos años surgía en Estados Unidos el movimiento Know-Nothing, partidarios del no-saber encerrados en posiciones nacionalistas y retrógradas frente a la influencia de extraños socialmente abiertos como los irlandeses católicos.…  Seguir leyendo »

El buen gobierno

A principios del siglo XIV Ambrogio Lorenzetti pintaba los frescos del Buen Gobierno en el Palacio del Pueblo de Siena. Ciudad bellísima, ilustrada por su universidad, las traducciones de Aristóteles y la Summa Theologica de Tomás de Aquino; animada por el pensamiento franciscano y la obra de las órdenes mendicantes en defensa de la piedad pública y la vocación por la pobreza. Un escenario propicio para el humanismo cristiano, capaz de articular inteligentemente la posición del individuo en lo comunitario. Los sieneses, que venían de derrotar a los florentinos en Montaperti, se dieron en 1262 un Estatuto con un sistema propio de gobierno ciudadano –el gobierno de Los Nueve– que tenía entre sus prioridades ordenar la función de las autoridades en la gestión de las limosnas, el patrimonio de los pobres y su asistencia hospitalaria, especialmente a través del Hospital de Santa María, bajo cuya advocación estaba la ciudad, el de la Santa Cruz y la Casa de la Misericordia.…  Seguir leyendo »

Fridtjof Nansen nació en Noruega el 10 de octubre de 1861. De joven fue un gran deportista, ganando varias veces el campeonato nacional de esquí de travesía. También estudió zoología e hizo su tesis doctoral sobre el sistema nervioso central de los vertebrados. En 1888 lideró el equipo que cruzó Groenlandia por primera vez y en 1893 inició una expedición al Polo Norte en la que alcanzó los 86º 14’, récord de latitud, siguiendo una idea arriesgada: había leído a Henrik Mohn, un meteorólogo noruego que proponía la existencia de una corriente oceánica de este a oeste, e imaginó un barco resistente al hielo que, cuando quedara encallado, aprovechando la corriente, llegara lentamente al Polo Norte.…  Seguir leyendo »

Teatro dentro del teatro

EL día 20 de enero se estrenó en los Teatros del Canal de Madrid una nueva versión de Tres Hermanas, de Chejov, a cargo de la compañía La Guindalera, una familia teatral de geometría variable, según las necesidades de cada espectáculo, unida por el amor al teatro y capaz de ponerlo todo en escena: música, decorados, vestuario, luces, vidas. Sus doce años de supervivencia, últimamente sin apoyo público, son un milagro. La representación de Tres Hermanas está dirigida, como muchas de sus creaciones, por el patriarca del grupo, Juan Pastor, quien también interpreta el papel de Chebutikin, un viejo médico militar que les presta su conciencia a los demás.…  Seguir leyendo »

Todo gira en torno a la compasión

EM. Forster veía al comienzo del siglo XX «un mundo regido por la ignorancia y donde la ciencia, que debía haber gobernado, juega el papel de un proxeneta servil». Como muchos escritores, Forster fue más penetrante en la ficción que en la reflexión. En Howards End (1910) uno de sus personajes critica «el vicio de la mente vulgar de dejarse emocionar por la grandeza, de pensar que mil millas cuadradas son mil veces más maravillosas que una milla cuadrada». Tal mentalidad mata la imaginación como «vuestros poetas también están muriendo, vuestros filósofos, y los músicos a los que Europa ha escuchado durante doscientos años».…  Seguir leyendo »

El momento angular

La ciencia no vivía en un gueto. Orazio Grassi, jesuita, arquitecto, matemático y astrónomo, publicó en 1619, bajo el seudónimo de Lotario Sarsi, sus Libra astronomica ac philosophica motivados por la aparición de tres cometas que, siguiendo a Tycho Brahe, estudiaba como cuerpos celestes. Pero su fama le vino por polemizar con un músico, hijo de músico y laudista, que, al contrario que él, pensaba que los cometas eran un fenómeno óptico. Galileo Galilei publicó en 1623 Il Saggiatore contra las tesis de Sarsi. Allí, pese a su error «empírico» sobre los cometas, Galileo, parafraseando al oxoniense Robert Grosseteste, nos dejó unas palabras célebres sobre la ciencia o la filosofía, quehaceres indistintos bajo el imperio de la razón: «Acaso cree Sarsi que la filosofía sea la obra y fantasía de un hombre, como la Ilíada y el Orlando Furioso, libros en los cuales lo menos importante es que lo que dicen sea verdad.…  Seguir leyendo »