JMJ, ovejas con pastor
La instintiva empatía que he sentido siempre por el ganado ovejuno se debe, quizá, a una cancioncilla escolar de mi infancia granadina: «Tengo, tengo y tengo, tú no tienes nada, tengo tres ovejas en una cabaña. Una me da la leche, otra me da lana y otra mantequilla para la semana». Cincuenta años más tarde recalaba yo en Extremadura, como Pastor de otra grey, evocando también una canción castellano-leonesa: «Ya se van los pastores a la Extremadura».
En las Visitas pastorales (que por algo se las llama así) me era fácil explicarles a los fieles que yo también era pastor y quería prestarles a ellos unos servicios parecidos a los que ellos dispensaban a sus animales: reunirlos, apacentarlos, defenderlos y guiarlos.… Seguir leyendo »