Arcadi Espada (Continuación)

Querido J:

Cada vez que aparece ante el público Miguel Lorente, el delegado nacional contra la llamada violencia de género, el estrés se adueña primero de las calculadoras y luego de la razón. El delegado Lorente viene casi siempre cargado con negras estadísticas y un curioso e indisimulable afán de culpabilización colectiva. No creo que haya otra estadística en España que se siga con la obsesiva minuciosidad del crimen de pareja. Las razones son difíciles de explicar. España no es ninguna excepción en cuanto a la proliferación del crimen. No estamos ante un problema local; todo lo contrario. No es que las cifras españolas en relación al crimen de pareja estén por debajo de las finlandesas, francesas, inglesas, italianas o húngaras.…  Seguir leyendo »

Querido J:

Jordi Pujol cumplió el otro día 80 años y los celebró con un artículo en La Vanguardia en el que decía que no quería celebraciones porque él es el Niño del Hoyo, el Noi del Clot en vernáculo, que, ¡lo que es la vida!, es también como le llaman al cantante Loquillo. Te lo resumiré rápido. Empezando con sus propias palabras:

«El chico de la hondonada vivía en un oasis. Era su casa. Había aprendido allí las canciones de niño. Había vivido en el oasis con sus padres y sus hermanos. Y con los amigos. Amaba aquel oasis. Pero era un oasis amenazado.…  Seguir leyendo »

Querido J:

En la silla del Rey, un bonito escabel que tengo a un lado de la cama y que hace las veces de mesilla de noche, están desde hace mucho tiempo el último volumen del Journal de Paul Léautaud, la Vida de Samuel Johnson, de James Boswell, y los Ensayos de Montaigne. Creo que son libros adecuados para la cabeza y para la cabecera. Comparten el espacio con los libros que voy leyendo. Hoy con Juicio a la memoria, de Elizabeth Loftus, y Proust y la neurociencia, de Jonah Lehrer. Ayer le hice un sitio al iPad en el escabel y es bastante probable que allí se quede.…  Seguir leyendo »

Querido J:

He leído varias veces la carta que don José Montilla ha enviado a unas 200 instituciones catalanas para advertirles de que deben movilizarse en defensa de Cataluña. Si te parece, comenzaré por la gramática. Se trata de un hombre que en la primera frase ya la parte por la mitad: «Te escribo, para agradecerte el apoyo público». O que encapsula entre comas el énfasis, como todos los bajitos de letra: «Estoy seguro de que Cataluña podrá contar con tu apoyo, de nuevo, y con el de la institución que representas.» Aunque nada como esta última frase: «Juntos, instituciones y ciudadanía, hacemos Cataluña»; donde juntos debe de ser algo así como el Tercer Estado.…  Seguir leyendo »

Querido J:

El 12 de septiembre de 1813, un Parlamento decidió por vez primera en España sobre las corridas de toros. Fue el de las Cortes de Cádiz. Había dos hombres. Uno era murciano. El otro, catalán. Don Simón López. Don Antonio de Capmany. El catalán, culto, ilustrado y acaso por esto de que dijeron rápidamente que no era un buen catalán, defendía las corridas. Ya lo había hecho ante adversarios de más fuste, como Jovellanos. Las defendía porque, a su entender, las corridas de toros eran una expresión del carácter nacional. Las actas de las Cortes de Cádiz correspondientes al día se han perdido, pero hay un valioso artículo de Beatriz Badorrey que reconstruye en lo que puede la polémica, y que voy a seguir ahora.…  Seguir leyendo »

Querido J:

Avisó el amable general Laguna de que este viernes el Consejo de Ministros aprobaría las nuevas ordenanzas de las Fuerzas Armadas españolas. Días antes habíamos tenido una larga conversación sobre las viejas. Mi interés por ellas, impulsadas con valor y conocimiento, en la dura Transición, por el general Gutiérrez Mellado, arrancaba de los numerosos escritos que el columnista Aguilar les había dedicado, glosando siempre su calidad literaria.Es cierto: las ordenanzas de 1978 que ayer acabaron tienen un gran estilo. El gran estilo de los códigos que Stendhal quería para la prosa, y el gran estilo de sus predecesoras, las Ordenanzas de Carlos III, que deben ser consideradas un producto más de la Ilustración.…  Seguir leyendo »

Querido J:

Te confieso que, a primera vista, me ha causado gran extrañeza la audacia de la última decisión del Gobierno. No porque a este Gobierno le haya faltado la audacia: sólo hay que ver la lista de sus fracasos. Pero no me esperaba que corriera el riesgo de legislar, a muy pocos meses de las elecciones y de manera tan llamativa, contra la opinión pública. Lo hizo, y lo hizo muy bien, cuando el asunto de los matrimonios homosexuales, muy al principio de la legislatura. Pero la audacia del Ejecutivo, sea la negociación con los terroristas, las reformas estatutarias o la ley de Memoria Histórica, siempre ha contado con el respaldo de una parte cualitativamente muy apreciable y casi siempre mayoritaria de la opinión.…  Seguir leyendo »

Querido J:

Tal vez habrás oído esta semana al lingüista Gregorio Salvador remarcando lo obvio: que no todas las lenguas valen lo mismo. Esta afirmación sólo es falsa si uno lleva la lengua como un escapulario, porque respecto a Dios vale lo mismo una religión de 100 como otra de tres. Pero si uno utiliza la lengua como un instrumento de comunicación no es lógico sostener que todas las lenguas cumplen su función con igual eficacia. En Cataluña se da una circunstancia poco habitual: la lengua que trajeron consigo los emigrantes era más poderosa (es decir, tenía más poder de comunicación) que la que hablaba la gran mayoría de los que les daban trabajo.…  Seguir leyendo »

Querido J:

El asesinato del industrial José María Bultó Marqués, el 9 de mayo de 1977, fue aquello que se llama un crimen de época. En la frase hay subsumido un juego de palabras, que sólo he advertido al escribirlo. Tal vez recuerdes que el único condenado en firme por este crimen fue un dirigente del llamado Exèrcit Popular Català (Epoca), como con una cierta pompa de acrónimo preferían llamarse. Pero la verdad es que no pretendía jugar, sino subrayar la extraña capacidad de algunos crímenes para iluminar un tiempo. Fue el de nuestra juventud y el de la Barcelona de la Transición, de pronto estremecida por un salvajismo inédito.…  Seguir leyendo »

Querido J:

Imagínate 3.381 muertes al año en España. Más muerte, desde luego, que la que resulta de asesinatos o accidentes laborales. Más, incluso, que las muertes por accidentes de tráfico. Ahora imagínate que ningún periódico español hablara de ello, y habrás comprendido que hablo de suicidas, concretamente del número de personas que se suicidaron en España en el año 2005. ¿Una cifra brutal? Desde luego. Y piensa si le añadiéramos los suicidas que eligen el método del accidente de tráfico. Pero hay otras más brutales, como las de Europa del Este, repúblicas bálticas, Dinamarca o, ¡pásmate joie de vivre!, las de Francia, donde se suicida un policía a la semana.…  Seguir leyendo »

Querido J:

Disculparás el formato que va a tener esta carta. Se trata de una circunstancia parecida a la del tendero que cierra una vez al año, por inventario. En esta hora eterna de España, cualquier escritor político debe hacer un inventario detallado sobre las palabras. Todo partió de que quería haber vuelto esta tarde sobre los crímenes de la T-4, y me atascaba. Así que me receté un bajante metalingüístico. Lo he llamado Diccionario de las palabras afectadas. Verás que este adjetivo es extraordinario para mis fines. Indica por igual el demasiado estudio o cuidado en las palabras, el fingimiento, la acción de una enfermedad o plaga y la imposición de un gravamen.…  Seguir leyendo »