Un mundo sin hombres
Para matar al padre es conveniente tener uno y la nueva literatura que llega a las librerías contiene una asombrosa ausencia de padres, de hombres en general. Y decir “contiene” es ya un acto deliberado de subrayar la embarrada experiencia que supone una carencia. Sería excéntrico nombrar las infinitas cosas y personas que no tenemos a mano porque no son nuestras, declararse rencoroso o incluso indiferente ante la incomunicación impuesta por un ser ajeno. Que Jude Law o Jon Snow no nos hagan caso por más que aspiremos a ello no es ni doloroso ni siquiera interesante. Pero si la ausencia pesa como una piedra en la mochila es porque su artífice importa, porque el sujeto nos debió pertenecer y no lo hace y porque no estar no significa no existir.… Seguir leyendo »