Bonifacio de la Cuadra (Continuación)

Los licenciados en Derecho que superan la memorística oposición a judicatura se convierten, sin apenas más trámites, en titulares de un poder del Estado, con capacidad para disponer de la libertad y hacienda de los ciudadanos, paralizar la actividad administrativa e incluso anular las decisiones del legislador.

Tamaño poderío, acorde con la división de poderes propia de la democracia, debería implicar un cuidadoso sistema de selección de los jueces, que alejara el riesgo de que entre quienes ejercen tanto poder prevalezca la conciencia de pertenecer a una casta intocable.

El sistema español de acceso a la judicatura por oposición, establecido en la Constitución de 1869 -¡hace 140 años!-,…  Seguir leyendo »

Gian Piero Dell'Acqua, un veterano periodista italiano vinculado durante muchos años al diario La Repubblica, mostraba su asombro, en 1977, por la escasa oferta política republicana para las primeras elecciones democráticas, tras el franquismo. Cuando conoció mejor la realidad española, Dell'Acqua, como tantos otros analistas, comprendió que la dialéctica política de la Transición no era Monarquía / República, sino democracia / dictadura.

Y que fue precisamente don Juan Carlos quien propulsó, desde su condición de Rey designado por Franco, el advenimiento de un sistema democrático superador del franquismo, con una Monarquía parlamentaria como forma política del Estado y un sistema de derechos y libertades consagrados en la Constitución.…  Seguir leyendo »

La configuración de nuestro Estado social y democrático de derecho como plenamente laico es una exigencia del sistema político que nos dimos en 1978 y, desde entonces, una asignatura pendiente, en coherencia con la voluntad de "establecer una sociedad democrática avanzada", proclamada en el Preámbulo de la Constitución. Se trata de una decisión urgente, exigible a un Gobierno socialista, y que no admite aplazamientos a cargo de previsibles votos inmediatos católicos ni claudicaciones ante las presiones intolerables de la jerarquía eclesiástica, que muerde su presa sin soltarla.

El funcionamiento de las estructuras sociales básicas -la escuela, la sanidad, la ciencia, la cultura- y el libre discurrir de las relaciones entre los ciudadanos -familiares, sexuales, sociales- necesita, en una democracia sólida, soltar el lastre de unas servidumbres heredadas del nacionalcatolicismo imperante durante décadas y todavía presentes en los usos y costumbres sociales que la Iglesia pretende mantener contra viento y marea.…  Seguir leyendo »

Ahora, cuando desgraciadamente ETA tiene abierta la vuelta a los atentados terroristas y pueden regresar a la actualidad los funerales por los asesinados, es seguramente el momento de analizar el papel de las víctimas y apreciar las diversas funciones que desarrollan en el debate público, así como la instrumentalización que se hace de unas y el olvido con el que se castiga a otras.

Para el Derecho Penal, la importancia de la víctima, circunscrita históricamente a la condición de sujeto pasivo del delito, ha venido siendo escasa. La criminología, con su enfoque más global del fenómeno delictivo, la rescató del ostracismo.…  Seguir leyendo »

En democracia, los votos son muy importantes; los valores resultan esenciales. Alcanzar el poder mediante la victoria electoral es una aspiración legítima y democrática. Ahora bien, consolidar o reforzar la democracia mediante la promoción de sus valores es un logro político de primer orden. Se trata de obviedades que conviene recordar ante los tiempos preelectorales que corren.

El conflicto se produce cuando la lucha por los votos vulnera los valores, en aras de la rentabilidad electoral. Y visto desde el otro lado, ¿qué hacer cuando una política de aplicación de los derechos humanos y de desarrollo de los valores y principios democráticos -un cierto buenismo- provoca un descenso en las expectativas electorales que vaticinan las encuestas?…  Seguir leyendo »

Las invocaciones que muchos políticos y asimilados vienen haciendo en los últimos tiempos al Estado de derecho, como fórmula mágica para acabar con la lacra del terrorismo, suelen utilizar el término con una concepción belicosa y coercitiva que no se corresponde con la realidad jurídico-constitucional a la que apelan. ¿Es ajustado a esa realidad un Estado de derecho como el que propugnan esos opinantes, coactivo, represor, justiciero, armado de leyes, policía y jueces convocados para triturar al enemigo, o, por el contrario, hay que atenerse a la configuración de España como "Estado social y democrático de derecho" que hace nuestra Constitución en su artículo 1.1, en línea con la voluntad proclamada en su preámbulo de "establecer una sociedad democrática avanzada" y, entre otros objetivos, "proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones?".…  Seguir leyendo »

La sanguinaria trayectoria terrorista de Iñaki de Juana Chaos le ha situado, en numerosas ocasiones, durante sus 51 años de vida -20 de ellos en la cárcel-, ante los jueces, encargados por nuestro Estado de derecho de aplicar las leyes y de imponer las penas correspondientes. Así ocurrió durante lustros, hasta que llegó la hora de su excarcelación definitiva, por extinción de las penas impuestas, instante en el que las alarmas políticas y mediáticas desencadenaron un nuevo proceso judicial, que concluyó el 8 de noviembre último con una condena sin precedentes, en mi opinión infundada, a 12 años y 7 meses de cárcel por publicar dos artículos, y que probablemente anulará el Tribunal Supremo.…  Seguir leyendo »