Simplemente hombres
Se llama Gisèle Pélicot.
Ha dicho: “Me niego a que se haga a puerta cerrada”. Ha dicho: “La vergüenza debe cambiar de bando”.
Se llama Gisèle Pélicot.
Como ha escrito Lola Lafon en Libération, debería haber un rotundo clamor que acompañe el valor, la conciencia y la generosidad de esta mujer.
Se llama Gisèle Pélicot. Tiene 72 años.
El 2 de septiembre, ante el tribunal penal de Vaucluse, comenzó el juicio a 51 hombres que, espero, cargarán el resto de sus vidas con la vergüenza de lo que le hicieron. Cincuenta y un desgraciados, entre ellos Dominique Pélicot, el marido de Gisèle durante cincuenta años, “sin duda el mayor depredador sexual de los últimos veinte años” en palabras de su hija, Caroline Darian.… Seguir leyendo »