Carissa Véliz

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“Úsalo o piérdelo”, solía decirme mi profesor de latín. Y tenía razón. Décadas después, sería incapaz de declinar verbos en latín aunque me fuera la vida en ello.

Escribo estas palabras en un avión. Hace frío y viento, y el piloto ha mencionado la posibilidad de turbulencia. Si hubiera una emergencia, me pregunto si el piloto tiene suficiente experiencia de vuelo para saber cómo capearla.

Tanto el vuelo 3407 de Continental Connection como el vuelo 214 de Asiana Airlines se estrellaron porque los pilotos no dominaban el aterrizaje sin el uso de automatismos de alto nivel. A medida que el vuelo se ha ido automatizando, los pilotos han ido perdiendo ciertas habilidades necesarias para volar manualmente, como la navegación en base a puntos de referencia y el cálculo de la velocidad y altitud del avión.…  Seguir leyendo »

Recientemente, Blake Lemoine, un ingeniero de Google, llamó la atención del mundo de la tecnología al afirmar que una inteligencia artificial (IA) es sensible. La IA en cuestión se llama LaMDA (abreviatura de Language Model for Dialogue Applications). Es un sistema basado en grandes modelos lingüísticos. “Soy capaz de reconocer a una persona cuando hablo con ella”, dijo Lemoine a The Washington Post.“No importa si tienen un cerebro hecho de carne en la cabeza. O si tienen mil millones de líneas de código. Hablo con ese ser. Y escucho lo que tiene que decir, y así es como decido qué es y qué no es una persona”.…  Seguir leyendo »

Digitalizar es vigilar

Las grandes tecnológicas quieren seguir creciendo, porque las empresas que no van de subida van de bajada, y nadie quiere ir de bajada. Pero han sido tan exitosas y son tan gigantescas, que no es fácil encontrar sitio hacia donde crecer. Como Alicia en el País de las Maravillas, atrapada en la casa del conejo después de haber crecido demasiado, las tecnológicas tienen los brazos y las piernas saliéndoseles por las ventanas y la chimenea de la casa de la democracia.

Una posibilidad para crecer aún más es intentar atraer nuevos clientes. ¿Pero cómo encontrar un público nuevo cuando la gran mayoría de los adultos con acceso a internet en el mundo entero ya son tus usuarios?…  Seguir leyendo »

El documental de Netflix The Social Dilemma pinta un cuadro aterrador del daño que la tecnología digital está causando a los individuos y a las sociedades. La adicción a la pantalla, el aumento de las tasas de suicidio y las interferencias electorales son sólo algunos de los problemas por los cuales tenemos que agradecer a Silicon Valley. Pero lo que el documental no enfatiza lo suficiente es el motor que impulsa esta destrucción social: un sistema económico basado en la violación masiva y sistemática de nuestro derecho a la privacidad.

Los ejemplos anteriores son bastante preocupantes, pero son sólo la punta del iceberg cuando se trata de las implicaciones de la pérdida de privacidad.…  Seguir leyendo »

Tu móvil es un espía y un chivato. Ese intruso en tu bolsillo sabe más sobre ti que tú mismo. Y le va contando a otros todo lo que ve y escucha. El espionaje a los políticos catalanes nos recuerda lo vulnerables que son estos artefactos en los que confiamos nuestros datos más íntimos. Tu móvil sabe dónde vives, con quién duermes, si duermes bien o mal, a qué hora te despiertas, si has roto las reglas del confinamiento, quién es tu familia, quiénes son tus amigos lejanos y cercanos, quién es tu médico, y puede inferir miles de datos más a partir de sus muchos sensores.…  Seguir leyendo »

En una pandemia la prioridad es contener la infección. La pandemia de 1918 mató a entre 50 y 100 millones de personas. Para ponerlo en perspectiva, en la Segunda Guerra Mundial murieron entre 70 y 85 millones de personas. Hay mucho en juego con el coronavirus. En estas circunstancias es necesario poner en pausa algunos derechos, como el de asociación. ¿Es la privacidad uno de ellos? No está claro.

Las telecos en España están ofreciendo al Gobierno controlar los movimientos de las personas que están en cuarentena. Algunas comunidades ya han sacado páginas o apps relacionadas con el virus. La experta en privacidad Gemma Galdón ha ofrecido algunas críticas en Twitter.…  Seguir leyendo »

Por alguna razón un tanto misteriosa, los números redondos suelen inspirar a los seres humanos a dar un paso hacia atrás y tomar perspectiva sobre los grandes temas de nuestro tiempo y nuestras vidas. Empezar el 2020 es una oportunidad para repensar las lecciones de la década pasada y replantearnos la década entrante.

Las primeras dos décadas del siglo XXI se caracterizaron por una pérdida progresiva de la privacidad. Dos fenómenos confluyeron para dar cabida al monstruo de la economía de los datos: el desarrollo de los anuncios personalizados y la preocupación por la seguridad.

En el año 2000, y bajo la presión de encontrar un modelo de negocio sostenible, Google lanzó AdWords (ahora Google Ads), la iniciativa que aprendió a explotar los datos de sus usuarios para vender anuncios personalizados.…  Seguir leyendo »

Uno de los mayores riesgos de la inteligencia artificial es que perpetúe los errores y prejuicios del pasado, camuflándolos bajo un barniz de objetividad. Los sistemas de inteligencia artificial se entrenan a partir de datos que reflejan las decisiones que hemos tomado en el pasado. Cuando la inteligencia artificial de reclutamiento de Amazon discriminó a las mujeres, no fue porque los hombres fueran mejores candidatos para los trabajos disponibles. A través de una base de datos que contenía un historial de contratación, Amazon le enseñó a su sistema que la empresa ha preferido contratar a hombres durante los últimos 10 años.…  Seguir leyendo »

No siempre es fácil ver por qué deberíamos proteger nuestra privacidad. El escándalo de Cambridge Analytica, en el que se usaron datos personales para manipular elecciones, es un ejemplo de cómo perder nuestra privacidad puede tener consecuencias alarmantes: Christopher Wylie, exdirector de investigación de la empresa, asegura que sin su injerencia en el voto del brexit, los resultados habrían podido ser distintos. Este caso ilustra por qué proteger nuestra privacidad tiene que ser un esfuerzo colectivo.

La privacidad es colectiva porque exponer datos sobre nosotros mismos también expone a otros. Las 270.000 personas que aceptaron llenar la encuesta de Aleksandr Kogan, investigador de la Universidad de Cambridge, y utilizar la aplicación de Cambridge Analytica no solo permitieron la cosecha de datos de sus más de 50 millones de amigos, sino que también ayudaron con la fabricación de herramientas que pueden construir el perfil político y psicológico de cualquier persona en el mundo.…  Seguir leyendo »