Carlos Amigo Vallejo

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Sin medida ni precio

Misioneros españoles por el mundo. No me refiero al estimulante programa de televisión, sino a esa gran familia de hombres y mujeres que han sacado de su espíritu lo mejor que tenían para poner en las manos de Cristo y que él lo enviara donde más lo necesitara. El Papa Francisco, como de costumbre, nos ha enviado el mensaje anual para la Jornada Mundial de las Misiones 2017: «La misión en el corazón de la fe cristiana».

En esa maravillosa e inmensa labor llevada a cabo por la Iglesia, sin límite de horizontes geográficos, culturales y sociales, destacan esos hombres y mujeres que, dejando a un lado muchas de las cosas que más quieren, aunque llevándoselas en lo más profundo de su corazón, tratan de meterse en las grandes heridas de la humanidad en entusiasmada disposición para curarlas, y si ello no fuera posible, al menos poner sobre ellas bálsamos que las defiendan de esas malignas infecciones que son el resentimiento, el odio, la venganza o una resignación negativa que aleje cualquier atisbo de poder alcanzar la cuota merecida de dignidad y esperanza.…  Seguir leyendo »

En pocos años han aumentado sensiblemente las vocaciones sacerdotales en las Iglesias de los llamados territorios de misión. Dígase lo mismo acerca de los religiosos, religiosas y catequistas. La escasez, casi penuria, de vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa en antiguos países de tradición cristiana, provoca un estado de ánimo rayando lo agobiante y proclive a situarse en la atalaya inoperante de una continua nostalgia del pasado y el más que preocupante miedo al futuro. Es cierto que podrán existir harinas mejores, dice el Papa, pero el hoy de Dios es nuestro tiempo de salvación, con sus enormes desafíos a nuestra condición de cristianos y miembros de la Iglesia.…  Seguir leyendo »

Las imágenes conmueven, hieren la sensibilidad del compasivo. Pero esos niños, famélicos y desvalidos, son personas con unos incuestionables derechos, no otorgados por la benevolencia del altruista, sino por su propia condición. Y de justicia es que así se reconozca. Viene después la solidaridad recordando vínculos humanitarios. Pues ellos, los pobres y los acaudalados, forman parte de la fina familia humana. Aquí había que hablar de unos derechos sociales universales.

Cuando altruismo, justicia y solidaridad han recorrido su camino, la caridad sigue avanzando. Nada de lo anterior deja de ser obligación, pero el amor fraterno aprendió en la escuela de Cristo, mensaje y ejemplo, que hay que seguir adelante, sin límite, medida, ni precio.…  Seguir leyendo »

Santa Teresa de Calcuta

Entre papeles importantes, con documentos llenos de sabios discursos, no era extraño encontrar una pequeña estampa, con oraciones en inglés, en las que se pedía a Dios la gracia de tener un corazón lleno de misericordia. Los papeles, con informes y relaciones sobre la vida y la acción de la Iglesia, los habían colocado, sobre la mesa de los obispos, los diligentes secretarios del Sínodo. Las estampas, de papel sencillo, amarillento y modelo ya desaparecido de todos los catálogos, nos las ponía, casi a escondidas, Madre Teresa de Calcuta.

Nada hacía pensar en una sutil contestación, por parte de esta buena religiosa, a la grandilocuencia de las relaciones episcopales y de los sabios planteamientos de los expertos sobre la misión de la Iglesia.…  Seguir leyendo »

En la actualidad son trece mil los misioneros españoles, repartidos por 140 países en los distintos continentes. Hombres y mujeres, aunque ellas son la mayoría. Hay obispos, sacerdotes y diáconos, personas consagradas y seglares. También hay que tener en cuenta a esos misioneros y misioneras anónimos que ofrecen su oración, ayuda y sustento a las misiones y que, de algún modo, aparecen y se significan en esa generosa cantidad, más de 13 millones de euros, que la Iglesia española aporta a la causa misionera.

Todo ello demuestra que muchas gentes de España siguen el mensaje, «Vayan y anuncien», que el Papa Francisco proclamó en Washington hace poco tiempo.…  Seguir leyendo »

Fray Junípero y la Marca España

«Y por gracia de Dios y del Rey fui enviado a estas tierras, no para ser juez y encomendero sino padre, enseñarles y cuidarles con la fe cristiana y darles conocimientos a vivir con mejoría». Así justificaba el franciscano fray Toribio de Benavente, al que los indios llamaban Motolinía, el pobre, la razón de su presencia en aquellas lejanas tierras. Eran las mismas ideas y propósitos de otro franciscano mallorquín que ahora es canonizado por el Papa Francisco: fray Junípero Serra.

Había nacido en Petra (Mallorca), en noviembre de 1713. Estudia las primeras letras en la escuela que los franciscanos tenían en su pueblo natal.…  Seguir leyendo »

El cuidado de la casa

De mayor actualidad, casi imposible. Pero huyendo de oportunismos y subida al carro de manifiestos populistas, el Papa Francisco publica una encíclica sobre el cuidado que se ha de tener de la gran casa que es el universo entero. Si el Señor no nos echa una buena mano, poco menos que vamos a perder el tiempo en discursos vacuos e inoperantes. Este recurso a la sabiduría bíblica no es evasión ni espiritualismo degradado, sino acento de responsabilidad. Pues quien a Dios mira y se olvida de la justicia y el derecho incurre en blasfemia, pues deshonra es al Creador y Señor de la armonía y la coherencia.…  Seguir leyendo »

¡Pues sí que está el mundo como para alegrías! Con motivo de la campaña misional de todos los años –el Domund de toda la vida– se anuncia, a bombo y platillo, que está llegando un tiempo nuevo en el que renace la alegría. Lo cual suena, cuando menos, a una frivolidad y sarcasmo casi ofensivo. Y la Iglesia misionera, erre que erre, con lo de la alegría y la esperanza. ¡Con la que está cayendo!

Los informes que periódicamente se nos ofrecen acerca de la acción misionera pueden sorprender. En esto conocerán que sois discípulos míos, en el amor que haya en vuestro corazón y en vuestras manos para ayudar a los necesitados.…  Seguir leyendo »

Aunos les sorprenderá la persona del cardenal elegido. A todos, el nombre con el que debíamos llamarlo: Francisco. Después, y con la admirable y absolutamente original lógica de Dios por delante, veíamos que la persona y el nombre correspondían perfectamente a lo que la Iglesia deseaba y esperaba del nuevo Papa.

Los perfiles, tan rigurosamente elaborados, más se parecían a estatuas inertes que a lo que debía ser el pastor universal de la Iglesia católica. La figura del Papa aparecía raquítica y alicorta. Se le presentaba, y deseaba, como un tecnócrata que había de empeñarse en solucionar unos problemas que más eran reciclaje de asuntos pasados que de la realidad actual.…  Seguir leyendo »

Fue el mismo Juan Pablo II quien dijo que la Iglesia, la única Iglesia de Jesucristo, respiraba por dos pulmones: el de Oriente y el de Occidente. Roma es el signo de la unidad, y con el obispo de esa diócesis, la de Pedro, todas las demás iglesias locales se sienten vinculadas por una tal comunión que la Iglesia católica universal se llama también romana. Aunque sea única y completa la Iglesia, la que vive en Roma, en Corinto, en Bagdad, en Andalucía...

¿Qué huella, qué recuerdo ha dejado Juan Pablo II en Andalucía? ¿Cómo entendía Juan Pablo II la vida de la Iglesia y a las gentes de Andalucía?…  Seguir leyendo »

Primero fue la convergencia democrática, después la crispación política y ahora la crisis económica. Parece como si nos hubiéramos estancado en esta letra del abecedario y todo el empeño se redujera a buscar la palabrita mágica que señalara el problema, pensando que con ello está poco menos que solucionado el conflicto. Como si la aceptación de un estado de crisis lo explicara todo y en el que nada ya se puede hacer. Algo así como un tremendo e implacable tsunami que no deja títere con cabeza. La crisis, en principio, se considera como una situación de dificultad, pero transitoria y no como algo crónico de lo que es imposible salir.…  Seguir leyendo »

Ante una posible y nueva legislación acerca de la interrupción voluntaria del embarazo, y las nefastas consecuencias que de esa ley se van a derivar, hay que ponerse en guardia ante el deterioro que va a sufrir la valoración de la persona y de la misma sociedad. Hay que decir claramente que no se puede conculcar un derecho tan fundamental como es el de la vida, también del que ya ha sido engendrado, aunque todavía no haya visto la luz. Las disposiciones que se avecinan hacen regresar a la ley de los más fuertes, que agravan los problemas sin resolverlos, que en lugar de buscar soluciones adecuadas se pretenda eliminar a quien está en camino de poder vivir como persona.…  Seguir leyendo »

Tormento cruel y vergonzoso era el de cruz, al que sólo se condenaba a los más aviesos entre los criminales. Suplicio reservado para los delitos más viles o para los esclavos perversos. Se colgaba al reo de la cruz para que sirviera de escarmiento y vergüenza pública.

Es fácilmente comprensible que se hablara del «escándalo de la cruz» en una cultura en la que no se podía recordar, sin sentir vergüenza y repugnancia social, todo cuanto podía hacer referencia a la cruz y a los crucificados.
Como si se tratara de una transfiguración, la realidad y el signo de la cruz ha pasando del horror a la gloria; de la vileza del castigo a la bendición; del simbolismo a la realidad de un mundo unido y salvado por la cruz; del instrumento disuasorio para los malhechores, a una invitación a tomar la cruz como camino de salvación; del escándalo al amor del Crucificado; de la tortura, a tener grabadas las «cicatrices de Cristo» (Gál 6, 17), a la aceptación del sufrimiento y de la muerte plenamente identificados con Cristo.…  Seguir leyendo »

«Llena de gracia te llamo porque la gracia te llena; si más te pudiera dar, mucha más gracia te diera». García Lorca, en versos desbordados de elogio a la Madre de Dios, reconoce el amor inmenso que el Señor pusiera en tan bendita mujer: «El Señor está contigo, aun más que Tú estás con Dios».

Buen trato recibiera la Virgen María del mejor de todos los amos. La bondad sólo con generosidad se contenta. Nada pues ha de extrañar que, a la que su madre había de ser, de virtud tal la colmara que purísima la hiciera, que es tanto como decir Santísima.…  Seguir leyendo »

¡Qué grande es la humildad! Se nota en el señorío, en la elegancia, el saber estar y decir. No es cosa de ricos o pobres. Es de señores. De hombres y de mujeres con una dignidad que es para descubrirse. No cuenta el dinero, ni los títulos, ni el linaje, sino en la persona y su mérito.

Aunque parezca que se dan de tortas, son compañeros inseparables. Sin la modestia, el señorío es arrogancia y ridícula apariencia de títulos que no se tienen, porque de ellos sólo pueden hacerse acreedores los humildes, los que son señores de sí mismos y servidores de los demás.…  Seguir leyendo »