El año dadaísta: disparatado, violento, grotesco...
Zúrich, 1916. La neutral Suiza daba cobijo a artistas llegados de toda Europa, esa misma que se desangraba en el campo de batalla desde el verano del 14. En un cabaret con nombre de insigne pensador ilustrado venía al mundo el dadaísmo. Fue aquel el movimiento vanguardista más transgresor. Pura y dura provocación.
Dadá era el azar caprichoso, la descontextualización disparatada, el alarido violento, la destrucción antiartística, el absurdo grotesco. Ni los colores irreales de los fauvistas, ni la descomposición en planos de los cubistas, ni las veloces ráfagas de los futuristas... Ninguna de aquellas maravillosas vanguardias podía competir en rupturismo y radicalidad con el nuevo movimiento alumbrado por Tzara y compañía.… Seguir leyendo »