La educación nunca fue ni será neutra
Educar nunca fue neutro. Educar, decía Platón, es enseñar a desear lo bello. Lo bello, decían los griegos, es la expresión visible de la verdad y de la bondad. La potencia del bien se ha refugiado en la naturaleza de lo bello, afirmaba Platón. En los griegos no existe una verdad que no sea bella, o una belleza que no sea expresión de lo verdadero y de lo bueno. Verdad, bondad y belleza, también llamados trascendentales, forman un todo indivisible.
Podríamos decir que la razón de ser de la educación clásica es que el educado aspire a encarnar la belleza. Que sienta placer al hacer el bien, conocer la verdad y saborear lo bello.… Seguir leyendo »