La política, a la luz de Montaigne
Faltos de proyectos vitales que nos movilicen, y hartos de circunloquios mostrencos que nos paralizan, con un lenguaje académico que supura endogamia esterilizante, nunca como ahora recobran y reclaman su protagonismo los clásicos. Por todos, Montaigne, que nos dejó en herencia el venero inagotable de sus «Ensayos», «un soliloquio deleitoso acerca de cualquier tema casual que pasa por su cabeza», en expresión de Ralph Waldo Emerson. Inagotable deleite y lección insuperable que, en todo tiempo, proyectan la luz del gran humanista, tanto sobre la aventura personal de cada uno de nosotros como sobre el escenario público en el que ineludiblemente nos movemos, las tablas que fugazmente pisamos.… Seguir leyendo »