Conrado Blanco (1908-1998): «Solo tengo lo que he dado»
De todos los seres excepcionales que jamás pasarán a la historia, acaso deberíamos esforzarnos por rescatar a aquellos cuya misión principal fue que la humanidad pudiera deleitarse con la creación de otros. La obra de tan singulares visionarios, como el catálogo de un buen editor o la catedral comisionada por un Papa valiente, constituye una aportación que podría considerarse tan clave como la del propio artista. Posibilitar que otros den puede ser más valioso aún, y más difícil, que darse uno mismo. La influencia de Conrado Blanco, a veces sutil pero siempre penetrante, quedó en la memoria de tantos a los que ayudó y en páginas que seguramente se hubieran escrito sin él, pero que tal vez no se hubieran leído o interpretado sin su intervención.… Seguir leyendo »