
Perdidos climáticos
Cuando la lluvia se hizo omnipresente y las aguas empezaron a subir en Porto Alegre, la capital del Estado más al sur de Brasil, hacía solo dos semanas que mi amiga había salido del hospital. Se recuperaba de una operación particularmente difícil para una mujer, la extirpación de un pecho para eliminar un tumor cancerígeno, lo que ya es entrar en territorio desconocido. Entonces las aguas empezaron a subir y subir, los bajos del edificio se inundaron, se fue la luz, el agua que sobraba fuera faltaba en los grifos. Las reservas de alimentos se acabarían en tres días, pero mi amiga ya no podía salir de casa ni pedir ayuda a sus hijos, porque el edificio estaba aislado.… Seguir leyendo »