Contra un Bundesrat español
Alemania, de lejos, es una maravilla. De cerca, la cosa cambia. En pocos meses, el fraude de Volkswagen, los activos tóxicos del Deutsche Bank o la truculenta talidomida han confirmado que tampoco hay para tanto. Con el Senado sucede algo parecido. También nos fascina y, sin embargo, de cerca, el “modelo alemán” presenta bastantes sombras. Para empezar, ni es un modelo diseñado para problemas territoriales, ni es alemán, al menos en su gestación: fue impuesto por los aliados a una Alemania derrotada tras la II Guerra Mundial con el propósito apenas disimulado de minar las instituciones (y la ciudadanía) a escala nacional.… Seguir leyendo »