
Cuba, expatria
Leí hace poco que algunas bibliotecas públicas de Dinamarca disponen de un curioso servicio que permite al visitante entrevistar a exiliados. En vez de pedir un libro, se puede escoger conversar durante media con uno de estos 'libros vivos' disponibles, gente etiquetada como «desempleado», «loco» o «refugiado» cuya experiencia se considera lo bastante interesante o aleccionadora como para elevarla a la categoría de bibliografía ambulante.
En alguna carta, Stendhal dejó dicho que cualquier hombre tiene el poder de hacer un buen libro si se limita a contar «la simple historia de su vida». Pero esta máxima redobla su pertinencia cuando se trata de las vidas de quienes han tenido que abandonar su lugar de origen o han sido expulsada de éste por causas que escapan a su voluntad.… Seguir leyendo »