La nueva poesía del espionaje
En un ensayo sobre el discípulo de Ezra Pound y oscuro funcionario de la CIA James Jesus Angleton, Eliot Weinberger, tras notar la curiosa tendencia norteamericana a reclutar espías entre aspirantes a poeta graduados de las facultades de Inglés en las universidades de la Ivy League, nos regala la idea de un libro todavía no escrito sobre “poesía y espionaje”. “Un espía”, dice, “debe averiguar dónde está la mejor información, hacerse de ella sin que lo descubran y lograr transmitirla”. Desde Chaucer hasta Basil Bunting, al menos, los bardos han tenido facilidad para esas tareas, tal vez porque, como pensaba Angleton, un poeta es alguien con sensibilidad especial para la ambigüedad y los sentidos ocultos, casi siempre convencido, además, de servir a unos grandes poderes demasiado imprecisos.… Seguir leyendo »